Se le dice “adelgazante mágico”, porque sin la necesidad de hacer dietas estrictas y arduo ejercicio, tiene la capacidad de hacerte bajar de peso de un tirón. Se trata de Ozempic, una de las inyecciones para adelgazar que se puso de moda en los últimos tiempos y cuyos resultados son evidentes incluso en personas famosas, como Elon Musk y Oprah.
Y es que, efectivamente, le puede cambiar la vida a las personas.
Un reportaje de Deutsche Welle siguió la historia de Luciano Castro, un hombre adulto que padece obesidad desde hace varios años y que, incluso, se sometió a una operación de bypass gástrico con la que perdió 50 kilos. Sin embargo, con el tiempo volvió su ansiedad por comer, al igual que su obesidad.
“Te operan del estómago, no del cerebro”, comenzó a decir al medio. “Cuando estoy triste, me consuelo con comida. Cuando estoy estresado, me tranquiliza. Y cuando me siento bien, me doy un capricho y como algo”.
Pero cuando empezó a inyectarse Ozempic, su vida dio un giro inesperado: “Cuando me inyecto el preparado, no pienso en comida durante dos o tres días. nada. Me parece realmente increíble, funciona de verdad. Gracias a la medicación, a veces puedo desayunar en la mañana y no comer hasta la noche”.
¿Es seguro utilizar Ozempic? ¿Por qué esta medicación es capaz de quitar el hambre?
Cómo funciona Ozempic, la inyección para adelgazar rápido
Según se explica en el artículo de DW, la sustancia que Luciano se inyecta ayuda a ralentizar el vaciado del estómago, es decir, “engaña” al cerebro y le hace creer que ya comió, para que no tenga más hambre.
Imita la hormona GLP que nuestro intestino libera cuando comemos para decirle al cerebro que está saciado y que es necesario frenar el apetito. Y es que esta hormona está alterada en personas obesas, por lo que el trabajo de Ozempic es “regularla”.
Inicialmente, la inyección —que también se comercializa bajo el nombre de Wegovy, Saxenda y Victoza— se desarrolló para regular los niveles de azúcar en la sangre de las personas diabéticas. La pérdida de peso fue un efecto secundario que se habría dado por casualidad y ahora son muchas las personas que la utilizan, incluso sin tener sobrepeso.
Sin embargo, el médico Zoltan Pataky, de los Hospitales Universitarios de Ginebra, advirtió que “este medicamento solo debe recetarse a pacientes que padezcan obesidad mórbida. No es adecuado para perder unos kilos porque el verano está a la vuelta de la esquina y quieres lucir bien en tu traje de baño”.
A lo anterior se sumó Lucie Favre, endocrinóloga del Hospital Universitario de Lausana: “Implica un riesgo porque el efecto de estas sustancias en personas no obesas aún no ha sido estudiado”.
“Hay un mercado creciente, y en paralelo hay que formar a médicos y expertos. De lo contrario, el producto se degenerará en una cura milagrosa que se prescribe como la aspirina”.
Como todo medicamento, también tiene efectos secundarios: los más frecuentes son náuseas o diarrea. Sin embargo, se han registrado algunos casos de pancreatitis.
Por esto, y por la falta de evidencia, los médicos recomiendan el uso de esta inyección solo para quienes intentan hacer dieta, ejercicio o incluso han tenido una cirugía, pero no han podido mantener los resultados, pese al esfuerzo.
El testimonio de una mujer que utilizó Ozempic para bajar de peso
Magui, una mujer francesa, perdió solo 17 kilos después de su operación de bypass. El médico le había prometido que serían 40. Con ese resultado, le dijo que no podía hacer más por ella y la derivó a un endocrinólogo, que le recetó un preparado de Ozempic.
“Al principio tuve un poco de náuseas, me sentía indispuesta, pero nada grave. Empecé a comer menos a medida que aumentaba la dosis. Al cabo de tres semanas, me acostumbré y ya no tenía náuseas. Me di cuenta que cuando comía demasiada grasa, tenía que ir deprisa al baño”, relató a DW.
Continuó: “Comencé a comer mucho más sano y me sentía bien, como por arte de magia. Trabajaba, tenía mucho que hacer y los kilos se restaron sin darme cuenta”.
El problema de Ozempic y las otras inyecciones para adelgazar es cuando se interrumpe su uso: “Los efectos secundarios pueden llegar a ser incontrolables. En cuanto se suspenden las inyecciones, el ansia de comer puede reaparecer y ser incluso más fuerte que antes”.
Es por esto que, con el boom de este medicamento, los especialistas reafirmaron la necesidad de crear buenos hábitos para no depender de un “remedio milagroso” que, en cuanto se deje de suministrar, la obesidad reaparezca.
“Es asombroso que ahora se hable de ese tratamiento como medida preventiva contra la obesidad, a pesar de que sabemos perfectamente que las soluciones reales se encuentran en nuestro entorno. Hay que protegernos del exceso de calorías, sobre todo a los más vulnerables, que son los niños. Tenemos que prescribir más ejercicio físico. La solución es obvia, pero pensamos en la dirección completamente opuesta”, concluyó la endocrinóloga Favre.