Filóloga y con un doctorado en Computación Lingüística, Pilar Manchón se ha convertido en una de las pioneras en su rubro. Ha sido reconocida como una de los 50 mejores latinos de Silicon Valley y desde 2016 se encuentra en la dirigencia del área de Interfaces Cognitivas de Amazon. Además, realizó estudios de postgrado en Singularity University, la institución académica creada hace 10 años por Google y la Nasa.

La filóloga se encuentra en Chile en el marco de la SingularityU Chile Summit 2018, evento que reúne a expertos internacionales del área de la tecnología, economía y políticas públicas.

Durante su exposición del miércoles, Manchón cuenta que su cargo en Amazon tiene como objetivo crear proyectos de comunicación entre personas y máquinas. "Yo trabajo en el área de Natural Conversation, que son los diálogos naturales. Creamos agentes artificiales que son capaces de mantener una conversación más humana contigo, como Siri (función de Apple) o Alexa (creada por Amazon)".

La inteligencia artificial se crea para hacer más, más rápido, de forma más eficiente y mejorar las expectativas y experiencias que tienen los usuarios.

A diferencia de Siri, Alexa se ha creado como parte de una segunda generación que más que preguntas y respuestas, crea un contexto, explica Manchón. "Más allá del lenguaje natural, estamos hablando de entender no solo lo que estoy diciendo, sino mis expresiones faciales, si estoy sonriendo, si estoy triste o si estoy tensa".

Demostración

Para tener una relación con este agente artificial, Manchón establece un proceso. Primero te tiene que demostrar que es realmente inteligente, que puedes confiar en él, que las recomendaciones que te esté haciendo sean porque es la mejor opción para ti y no porque la empresa desarrolladora le dice que te recomiende eso. Cuando ya confías en el dispositivo, puedes delegarle ciertas decisiones, como ir de compras, ya que sabe tus preferencias, los productos que te gustan y la frecuencia con que los consumes.

Pero como toda innovación, existen retos que Manchón cree que son importantes recalcar. Por ejemplo, el hecho de personalizar el dispositivo versus la intromisión a la privacidad de las personas. "Si yo quiero que mis dispositivos sepan exactamente cómo, cuándo y por qué quiero las cosas, eso implica que tengo que abrirle la puerta a mi vida, a mis datos. ¿Cómo encuentro el equilibrio entre controlar lo que es mi información personal y darle acceso a esa información a esos dispositivos y a los servicios que hacen mi vida más fácil?"

Ante esto, la experta responde: "Lo peor para los usuarios es que el dispositivo sepa algo y tú no sepas cómo ha podido llegar a saberlo. Tiene que haber una cadena lógica intuitiva, por ejemplo, si yo compro cereales todas las semanas y los como en determinado periodo, no es sorprendente que Alexa o cualquier otro servicio aprenda el tipo de cereal que como y aprenda con cuánta regularidad compro cereales".

Otro reto es el tema de las políticas públicas, las leyes y normativas que siempre salen después de las innovaciones tecnológicas. "Hay situaciones que son más vulnerables a los cambios y lo ideal es que la legislación esté a la par de las disrupciones tecnológicas y del impacto que van a tener a nivel social".

Manchón recuerda lo que decía Stephen Hawking, que la inteligencia es la habilidad para adaptarse al cambio, y agrega: "Con la inteligencia artificial no solo estamos creando la habilidad de adaptarse al cambio, sino que estamos creando la herramienta que está creando el cambio. La inteligencia artificial está creando una disrupción, que va a tener un impacto brutal en cómo vivimos nuestra vida, cómo afrontamos nuestro trabajo, cómo hacemos, estudiamos, crecemos y cómo evolucionamos la especie".