De acuerdo a las estadísticas, los terremotos a nivel global representan el 29% de las ocurrencias de peligros naturales, el 47% de las muertes humanas y el 35% de las pérdidas económicas mundiales. En el caso de Chile, los eventos sísmicos conllevan un costo promedio de aproximadamente un 1% del Producto Interno Bruto anual, más de dos mil millones de dólares por año.

Es por ello que, considerando lo sísmico del territorio chileno, un grupo de científicos chilenos estudiará por primera vez en el país, la vulnerabilidad y capacidad de recuperación de los sistemas interconectados de energía eléctrica, agua, transporte y salud en grandes zonas urbanas, usualmente afectados tras un evento de estas características.

La investigación, enfocada en las regiones de Valparaíso y Metropolitana, es parte de un proyecto del Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDECYT), y será realizada por investigadores de Ingeniería de la Universidad Católica (UC), asociados al Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (CIGIDEN), y de la University College de Londres (UCL).

"El estudio considerará las interdependencias de estos servicios básicos, que generalmente han sido ignoradas en las investigaciones sobre riesgo frente a desastres de origen natural. Especialmente de dos grandes centros urbanos, que representan más del 50% de la población chilena", destacó Juan Carlos de la Llera, decano de Ingeniería UC.

De la Llera señaló que los daños ocasionados por los terremotos a estos servicios públicos impactan directamente a las personas en el corto y largo plazo, así como las medidas de prevención y mitigación de las compañías relacionadas.

"Aunque la ingeniería ha logrado avances importantes en términos de estructuras, la investigación actual requiere observar la respuesta y resiliencia sísmica de las redes interconectadas de energía

eléctrica, transporte, salud y agua, incluyendo el funcionamiento de estos sistemas antes, durante y después de un gran evento", precisó el investigador.

Como ejemplo de la importancia del estudio, los científicos apuntan al apagón del domingo 14 de marzo de 2010, dos semanas después del terremoto del 27 de febrero y que dañó al Sistema Interconectado Central. A las 20:45 horas de ese día, una falla del transformador eléctrico de Charrúa, ubicado en Cabrero en la Región del Biobío, causó un apagón generalizado desde Taltal hasta Chiloé.

"Naturalmente, esta situación afectó al servicio de Metro de Santiago, demostrando una interdependencia entre este medio de transporte y la red eléctrica. Asimismo, derivó en cuatro incendios en la capital y la suspensión de algunos eventos masivos en el país", detalló Juan Carlos de la Llera.

De acuerdo al experto, el estudio se organizará en varias etapas, incluyendo el análisis de riesgo de los servicios básicos, el trabajo experimental y la simulación a gran escala para evaluar la capacidad de respuesta de las redes interconectadas, entre otros.

"Este proyecto apoyará el desarrollo de un campo de investigación bastante nuevo en ingeniería sísmica. Además el conocimiento sobre este tema podría utilizarse para realizar análisis similares en otros lugares del país y el mundo expuestos a grandes eventos naturales", sentenció.