En la era de la instantaneidad, donde el algoritmo de TikTok privilegia que casi todos los videos sean cortos y ágiles para ganar la atención del cibernauta, Constanza Silva (18) crea registros de más de tres minutos para mostrar su propia vida: la de una madre joven y universitaria al mismo tiempo.
Del otro lado de la pantalla, una devota comunidad sigue con dedicación las historias diarias de la estudiante y Erkan, su hijo de tres años. Lo que a muchos les causa curiosidad es que Constanza fue madre en los años iniciales de su adolescencia, pero en sus tiktoks, la influencer se encarga de que los espectadores dejen de lado los prejuicios en torno a su maternidad.
Madre a los 14
En 2019, después de hacerse varios test y tener mucho nerviosismo de por medio, Constanza tuvo la certeza definitiva de que estaba embarazada. No era una noticia menos difícil de afrontar: apenas tenía 14 años y estaba empezando la enseñanza media en el colegio.
No sabía cómo contarle a su familia, ni particularmente a su mamá. Uno de sus miedos era cómo reaccionaría ella, por lo que no quería que llegara ese momento y trató de evitarlo hasta que simplemente ya no se pudo más.
Al final, las cosas sucedieron al contrario de lo que Constanza esperaba. Apenas su mamá supo, la abrazó, la apoyó y le dijo que todo estaría bien. Ese encuentro le permitió darse cuenta aún más de que su embarazo era algo concreto.
Para sentirse acompañada, como otros jóvenes nacidos y criados en el apogeo de Internet, quiso buscar entendimiento y refugio en el ciberespacio. Al ingresar a Youtube, escribió en el buscador términos como “mamá adolescente” y “mamá joven”, pero no hubo resultados a la altura. O al menos, no en su idioma.
Cuando puso los mismos términos en inglés en la plataforma de videos, descubrió un mundo que no imaginó. La lista era eterna: había millones y millones de videos sobre historias de ser madre a temprana edad, siempre en idioma anglosajón. Mientras veía ese contenido, sintió que algo cambió en ella.
—Me ayudó muchísimo verlas y me sentí súper acompañada, me dije a mí misma “no estoy sola” —dice Constanza Silva a La Tercera—. Quería tener una idea de cómo iba a ser mi vida, también creo que es muy importante no sentirse sola en un proceso así.
La vida íntima de una madre adolescente
Erkan fue el nombre escogido para su bebé, quien nació en febrero de 2020. Pasaron unos pocos meses y la entonces adolescente decidió embarcarse en la misión de hacer sus propios vlogs en Youtube sobre su experiencia siendo mamá adolescente.
No como una manera de promoverlo, sino para que otras mujeres que estuvieran atravesando por la misma situación sintieran una compañía, al igual que ella lo buscó en un inicio.
Ese periodo coincidió con la instalación del periodo más duro de la pandemia en Chile, cuando las restricciones sanitarias eran estrictas en todo el país y las aulas escolares estaban cerradas para todos.
Así como todos los estudiantes, Constanza tuvo que enfrentarse a las clases online, con la diferencia de que ella estaba aprendiendo a criar a un bebé.
—Eso me benefició un montón, pero la verdad es que en ese momento no lo veía así —recuerda—. Ahora lo miro hacia atrás y digo “qué suerte tuve de que nació en esa época”, porque gracias a eso yo pude seguir estudiando desde mi casa, cuidar a mi hijo y no ser diferente.
En poco más de dos años ha subido más de 80 videos a Youtube donde aborda sus rutinas diarias, contesta preguntas o muestra momentos significativos en la vida de Erkan: una ida a la playa, su primer Halloween o cuando cumple años.
Desde entonces, la joven tiene más de 400 mil suscriptores en la plataforma de videos.
El salto a Tik Tok
Como en marzo de este año Constanza entró a la universidad a estudiar diseño de ambientes, eso le significó dejar más o menos pausado su contenido en Youtube, principalmente por los largos tiempos que había que dedicar a la edición.
Así fue como migró a TikTok, la preferida de las generaciones más nuevas. Se podría pensar que le costó el cambio por la rapidez que exige la red social, pero eso no ocurrió: en poco más de un mes tiene casi 500 mil seguidores y 6 millones de “me gusta” en sus registros.
Quizás por la cercanía que emite su figura y la de Erkan, quien hoy tiene tres años, muchos usuarios nuevos que no sabían su historia hoy no se pierden ninguna actualización en la vida de la joven. Aunque no los ubican desde un comienzo, dicen que es como si los conocieran de toda la vida.
Cada vez que sube un nuevo Arréglate con Erkan o Un día siendo mamá y estudiante en TikTok, su sección de comentarios se repleta en apenas minutos. Muchos destacan lo carismático y risueño que es Erkan frente a la cámara, aunque Constanza recalca que lo primordial es mantener el respeto si es que él no quiere ser retratado en un video.
—Él tiene mucha personalidad, si por ejemplo estoy grabando un video en la cocina, se asoma y no tiene ganas de aparecer, se va no más —cuenta la tiktoker—. En los videos de bailes o Vístete con Nosotros, Erkan sí aparece más porque son un juego, la pasa bien grabando conmigo y nos reímos.
Otro fenómeno que se repite en sus videos diarios es que la mayoría de las personas le destacan constantemente que es muy buena mamá, pese a su corta edad.
—Leer comentarios de la gente que me dice “lo estás haciendo bien” me llena el corazón. A veces una es muy crítica con su maternidad y piensas “esto lo podría hacer mejor” o “no hice lo suficiente”. La comunidad me apoya mucho día a día, al final son parte de mi vida —explica.
A veces, cuando la agotadora jornada diaria en el jardín infantil y en la universidad llega a su fin, y Erkan se está acostando, Constanza le narra los mensajes de la gente que le elogia su forma de ser o le mandan saludos:
—Se pone muy feliz, se muere de la risa con las cosas lindas que le dicen.
Los costos de una influencer
Al preguntarle si es que se considera influencer, admite que sí, porque sus videos en la red social china han abierto debates fuertes en torno a la niñez y la maternidad.
En paralelo, Constanza advierte en que si ella cuenta públicamente su experiencia de ser madre adolescente, no es sinónimo de que incite a que otros a esa edad sigan ese camino.
“Cada cosa a su tiempo, pero por muchos factores las cosas se dieron así en mi vida”, dice en uno de sus videos.
Aunque tiene una red de apoyo masiva, los prejuicios y el odio son puntos problemáticos que aparecen de vez en cuando en su cuenta. Durante los primeros días de su traslado a TikTok, eso le afectó emocionalmente y tuvo que recurrir a ayuda psicológica.
Después de conversar en terapia sobre ese “lado B” de las redes sociales, ahora sabe manejarlo de mejor manera y está consciente de que los comentarios muy negativos no están bajo su control.
—Sé que hago lo mejor que puedo. El hate no es lindo, pero yo no me lo tomo personal, son solo palabras y al final uno elige si cargar esa palabra con una emoción. O no.