A 14 años de su arribo a Marte, el robot Opportunity enfrenta una de las crisis más grandes de su estadía en el planeta rojo: la posibilidad de quedar incomunicado para siempre con la Nasa, debido a una enorme tormenta de arena iniciada hace dos semanas, y que interrumpió las comunicaciones con la Tierra.
De acuerdo a la agencia espacial, la tormenta de arena, una de las más intensas de las que se tenga registro, alcanza 35 millones de kilómetros cuadrados de superficie -algo así como el tamaño combinado de Rusia y EE.UU.-, e impide que la luz del Sol alcance los paneles solares del robot, utilizados para cargar sus baterías. Actualmente el robot se encuentra en un modo de bajo consumo e impedido en su movilidad y comunicaciones, aunque existe otro potencial peligro: sus calentadores, que impiden que las baterías se estropeen por el frío de -29°C, también podrían quedar sin funcionamiento, dejando al Opportunity inutilizable. De ser así, se repetiría el episodio ocurrido con su gemelo Spirit en 2010.
La tormenta, detectada el 30 de mayo pasado, de inmediato generó un plan de contingencia para estos casos, con el objetivo de disminuir el consumo del robot y aumentar la captación de energía solar, por lo que es seguro que el aparato apagó todos sus sistemas a excepción de un reloj, programado para reactivarlo cada cierto tiempo y "escuchar" las indicaciones desde la Tierra.
En cuanto al Curiosity, que también se encuentra en Marte desde 2012, además de los paneles solares cuenta con un suministro de energía nuclear, por lo que no tendría que tener mayores problemas.
¿Fracaso?
Lanzado en 2003 y operativo desde 2004 en el suelo marciano, la misión Opportunity está muy lejos de ser un fracaso, ya que inicialmente estaba diseñado para durar 90 días, y actualmente acumula más de 45 kilómetros recorridos. En su travesía, ha analizado rocas y materias en busca de condiciones favorables para la vida, incluso encontrando por primera vez un meteorito. Tampoco se trata del primer inconveniente del robot en su estadía, ya que en 2005 se quedó atascado en una duna de arena, pudiendo salir de forma exitosa tras varias semanas, y en 2007 una tormenta algo menor que la actual interrumpió las operaciones por dos semanas, tiempo en el que se mantuvo incomunicado para ahorrar batería.
Expertos estiman que, de continuar la tormenta, podría abarcar casi todo el planeta, con una duración de más de un mes. Durante la jornada, la Nasa entregará más detalles de lo ocurrido.
Fuente: Nasa