La gonorrea es una infección de transmisión sexual causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que puede afectar genitales, el recto, cuello del útero y la garganta. Si una mujer está embarazada, también puede infectar a su hijo. El problema es que Chile está aumentando peligrosamente.
Así lo confirma el segundo Boletín Trimestral de Gonorrea elaborado por el Departamento de Epidemiología del Ministerio de Salud, que abarca desde el 1 de enero al 30 de junio. Según este reporte, hasta el 30 de junio se han notificado 1.554 casos nuevos de gonorrea en el país, alcanzando una tasa de 8,4 por cada cien mil habitantes, lo que significa un 13% más que lo registrado en el mismo período del año pasado (1.369), pero un 70% superior a la mediana de casos del quinquenio 2013-2017.
Los casos siguen al alza. Si en 2010 hubo 1.290 casos de gonorrea, en 2017 se registraron 2.768 y todo indica que a fines de este año, los casos nuevos serán cercanos a los tres mil.
Por edad, los casos nuevos se concentran entre los 15 y los 39 años, con mayores tasas de incidencia en el grupo de 20 a 24 años (34,2 por cada cien mil habitantes) y en los de 15 a 19 años (23 por cien mil). Muy de cerca, el grupo de los 25-29 años (22,6 por cien mil). De la población total, son los hombres los más afectados: por cada mujer contagiada, hay seis hombres.
A lo largo del país, las regiones que tienen mayor tasa de incidencia (casos nuevos) son Tarapacá (20,5 por cien mil), Antofagasta (18 por cien mil), Los Lagos (16,6 por cien mil), Aysén (11,7 por cien mil) y Arica y Parinacota (10,8 por cien mil).
Rodrigo Blamey, infectólogo de Clínica Las Condes dice que las infecciones de transmisión sexual (ITS), al compartir la misma vía de transmisión, no solo generan un alza en casos de gonorrea, sino también de otras infecciones, como sífilis, clamidias, VIH y hepatitis B. "Tenemos una epidemia de gonorrea, de sífilis, de condiloma. El VIH también ha aumentado en todo el mundo. Esto se relaciona con el no uso de condón. Es uno de los factores. El uso de aplicaciones que facilitan los encuentros sexuales, también contribuye porque hacen que sean más fácil las relaciones sexuales, con personas que no conoces", dice el especialista.
El vicepresidente de la Sociedad Chilena de Sexología, Mauricio Salas Sironvalle, dice que además de la falta de uso de preservativo esta situación se produce también por falta de educación. Respecto de por qué son más hombres los afectados, el urólogo dice que entre los hombres que tienen sexo con hombres es un poco más frecuente y también es más fácil de diagnosticar.
De la misma idea es Jeannette Dabanch, infectóloga y coordinadora del Comité de Enfermedades Emergentes de la Sociedad Chilena de Infectología. "La gonorrea es silenciosa en las mujeres. Como no da muchos síntomas externos, ya que la infección generalmente se produce a nivel de cuello uterino, hay una subnotificación. Es necesario realizar un examen tipo Papanicolau para saberlo. Puede producir inflamación en las trompas o en los ovarios. Las mujeres contagiadas, al igual que los hombres tienen riesgo de esterilidad. No es una infección inocua", insiste.
Pero Chile no es el único que aumenta sus casos. En Estados Unidos, México, Bolivia, Colombia y varios otros, los casos nuevos también van al alza. Según datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de EE.UU., el año pasado se registraron 555.608 casos, 222 mil más que el año anterior, la mayoría de los casos varones.
En algunas ciudades como Los Angeles, Miami, Las Vegas y Washington hoy se está realizando una campaña con el mensaje "Alerta de gonorrea" y el objetivo de llamar la atención sobre el aumento de enfermedades de transmisión sexual (ETS) registrado en los últimos años en el país (también han aumentado sífilis y clamidias).
Según CDC el 3,6% de los casos de gonorrea tienen cierto grado de resistencia a los antibióticos
"El fenómeno de las bacterias resistentes no es nuevo. En el caso de la Neisseria gonorrhoeae hace algunas décadas se podía tratar con varios antibióticos pero hoy se ha visto que se están volviendo resistentes y es necesario utilizar antibióticos de tercera generación. Pero las alternativas terapeúticas se van agotando. Es un tremendo problema a nivel hospitalario y comunitario. Tampoco es fácil de tratar, muchas veces se requiere que el fármaco sea inyectable y por vía endovenosa", indica Blamey.