Una lata de una bebida energética contiene el equivalente a unas 12 cucharadas de azúcar y unas tres tazas de café. Ello impulsó que las principales cadenas de supermercados en Gran Bretaña prohibieran su venta a menores de 16 años.
La medida incluye a las cadenas Co-op, Aldi y Lidl, que implementaron la prohibición a partir del 1 de marzo, mientras que Morrisons, Waitrose y Asda, más el grupo de farmacias Boots, comenzaron a implementarla el martes.
Según consignó a la BBC la secretaria general del sindicato de profesores británicos, Chris Keates, los altos niveles de cafeína y azúcar de estas bebidas tienen un impacto negativo en el comportamiento de los alumnos en los colegios. "Muchos alumnos y padres piensan que son simplemente otro refresco", dijo la especialista.
En 2013, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria publicó un estudio en el que reveló que la mitad del consumo total de estas bebidas lo realiza la población de entre 12 y 25 años, y que dos de cada 10 niños de entre tres y 10 años consumen estos refrescos.