Era un grupo de 100 cartas que pasaron 265 años completamente selladas. En ellas habían mensajes de amor escritos por esposas, madres, padres y hermanos, y sus destinatarios eran los 181 marineros que iban en el buque de guerra francés Galatée. Estaban allí para servir en la Guerra de los Siete Años, iniciada en 1756.

Sin embargo, los mensajes nunca lograron ser leídos por ellos. El buque fue capturado por los británicos en 1758, cuando iba navegando desde Burdeos (Francia) a Quebec (Canadá). Posteriormente la tripulación fue arrestada y las cartas quedaron incautadas en el Almirantazgo en Londres, para luego ser enviadas a los Archivos Nacionales.

Dos siglos y medio más tarde, las misivas vieron la luz y fueron leídas por primera vez por Renaud Morieux, profesor de la Facultad de Historia de la Universidad de Cambridge.

El académico las descubrió de la forma más accidental posible. Había ido hasta los Archivos Nacionales buscando más información sobre ciudadanos franceses que estuvieron presos en Inglaterra, cuando pidió una de las cajas “por curiosidad”.

En esa caja había tres grupos de cartas “unidas por una cinta”, contó el investigador. Le preguntó al archivero si las podía abrir y él le respondió que sí.

“Fui la primera persona en leer estos mensajes tan personales desde que fueron escritos”, dijo Morieux en un comunicado. Pasó varios meses analizando su contenido. Ahora, los hallazgos de su investigación los publicó en la revista Annales. Histoire, Sciences Sociales.

Morieux dice que estos escritos proporcionan una “visión poco común” de cómo las vidas de las familias de marineros se vieron afectadas y tensionadas por la guerra.

Cómo eran las cartas enviadas a marineros franceses

Mientras estuvo intentando descifrar los papeles, Morieux se enfrentó a algunos obstáculos. En el siglo XVIII no era fácil enviar cartas desde un lugar determinado a un barco, por lo que muchas veces hacían varias copias. La ortografía era difícil de leer, muchas veces sin puntuación o mayúsculas, y llenaban cada rincón que hubiera en el papel.

A eso se sumaba que algunas personas solicitaban a familiares de otros marineros que añadieran pequeños mensajes para ellos, lo que también complejizaba la interpretación de las notas.

Las cartas tenían una ortografía compleja.

El investigador logró identificar a los 181 hombres que iban a bordo del Galatée, tanto los que cumplían funciones menores como los que eran oficiales superiores.

Para llegar a eso se apoyó en registros de iglesias de Normandía, pues gran parte de los hombres venían de esa zona. Al mismo tiempo, se dedicó a buscar en los árboles genealógicos de los marineros.

Más de la mitad de los escritos provenían de mujeres, como esposas, madres o hermanas. Usualmente el contenido era de amor romántico o familiar, pero también se presentaban ciertos conflictos.

“Podría pasar la noche escribiéndote… Soy tu esposa para siempre fiel”, fueron las palabras que escribió en 1758 Marie Dubosc a su esposo, Louis Chambrelan, primer teniente del Galatée.

Un año después de la carta, la mujer murió sin saber qué Louis seguía vivo. Posteriormente él fue liberado por los ingleses y se volvió a casar.

Otras cartas estuvieron dedicadas al marinero Nicolas Quesnel. Su madre, Marguerite, le escribió para reprocharle sentimientos: “Pienso más en ti que tú en mí”. Más tarde fue la prometida de Nicolas quien le pidió que le diera alguna actualización a su madre, pues lo necesitaba.

A pesar de que lo hizo, la madre del marinero volvió a quejarse pero por otros motivos. “En tus cartas nunca mencionas a tu padre. Esto me duele mucho. La próxima vez que me escribas, no olvides a tu padre”, decía el mensaje.

Renaud Morieux, el investigador que descubrió y descifró las cartas enviadas a marineros franceses. Foto: Universidad de Cambridge.

En su estudio Morieux pudo descubrir que ese hombre no era el padre del marinero, sino que su padrastro, algo que no era de su agrado. “Se trata de tensiones familiares complejas pero muy familiares”, cuenta el profesor.

En la Guerra de los Siete Años, Francia no tenía marineros con experiencia entre sus filas. Gran Bretaña aprovechó esa situación para arrestar a todos los hombres que pudieran y se estima que lograron tener detenidos a más de 60.000 franceses.

Si bien posteriormente muchos fueron liberados, varios de ellos fallecieron por enfermedades o desnutrición.

Morieux cree que una vez que el Galatée fue capturado, dos de los escritos fueron abiertos por funcionarios ingleses para verificar si tenían algún contenido importante. Cuando vieron que eran mensajes de familiares, no le tomaron demasiada importancia.

“Estas cartas tratan sobre experiencias humanas universales, no son exclusivas de Francia o del siglo XVIII. Revelan cómo todos afrontamos los principales desafíos de la vida”, apuntó Morieux.

Luego añadió: “Cuando estamos separados de nuestros seres queridos por acontecimientos que escapan a nuestro control, como la pandemia o las guerras, tenemos que descubrir cómo mantenernos en contacto, cómo tranquilizar, cuidar a las personas y mantener viva la pasión”.