Al entrar a redes sociales como TikTok, es posible encontrar un centenar de influencers que comparten con el público consejos nutricionales para mantener el peso corporal o adelgazar rápidamente, pese a que no son profesionales de la salud.
Una de ellas es la creadora de contenido estadounidense Liv Schmidt, de 22 años, quien en los últimos meses ha acaparado la atención por sus videos con títulos llamativos como “Lo que como en un día”, “Esto es lo que te está haciendo engordar” y “Cómo dejar de comer emocionalmente en tu trabajo”.
En uno de sus registros, por ejemplo, usó emojis de ballenas, vacas y cerdos para luego mostrar que su dieta diaria solo consistía en un batido de proteínas en el desayuno, una barra de proteínas en el almuerzo y un poco de pan en la cena.
Ese tipo de contenido ha permitido que la influencer tenga una gran comunidad de seguidores que está pendiente de sus pasos no solo en TikTok, sino que también en Instagram. En esa plataforma cuenta con un grupo solo para suscriptores, denominado Skinny Group Community Chat, donde comparte consejos más exclusivos y su lista de compras en el supermercado.
Mientras que en Amazon, donde es parte de una tienda, recomienda los productos que son esenciales para una “chica delgada”, como suplementos, prendas y accesorios. Cada vez que alguien compra esos productos, ella gana comisiones, según indica el sitio.
Sin embargo, su figura también ha despertado una ola de reacciones negativas en el ciberespacio.
¿La razón? Schmidt ha sido acusada de promover trastornos de conducta alimentaria (TCA) al destacar los hábitos y trucos que realiza para estar muy delgada, lo que podría ser dañino para menores de edad o personas que están en proceso de superar un TCA.
La polémica influencer que muestra cómo mantenerse delgada
Frente a la indignación que ha generado su contenido, Schmidt ha argumentado que la delgadez le gusta para su estética personal y “no hay nada de malo en eso”. Durante una entrevista que concedió a The Wall Street Journal, se defendió con que ella solo se encarga de mostrar lo que el público desea.
“El peso es un tema delicado, pero eso es lo que quieren los espectadores”, comentó.
Después de varios meses en que la influencer protagonizara controversias, recientemente TikTok decidió deshabilitar su cuenta. Según explicó un representante de la plataforma al medio estadounidense, la razón de que el perfil fuera clausurado fue por violar las políticas de la plataforma.
Aunque se negaron a ser más específicos, las pautas de comunidad son claras si se trata de temas como imagen corporal y trastornos alimentarios. “No permitimos mostrar ni promover trastornos alimentarios ni conductas peligrosas para perder peso, ni facilitar el comercio o la comercialización de productos para perder peso o ganar masa muscular”, detalla la descripción.
Luego del cierre, Schmidt expresó que no había recibido ningún tipo de advertencia que sugiriera que sus publicaciones estaban infringiendo las normas, por lo que no entendía la decisión. También dijo que su única intención era “construir algo genuino” en ese espacio digital.
No pasaron muchos días desde que su perfil fue cerrado, cuando creó uno nuevo en la misma red social. En esa nueva página, su biografía rezaba: “No es un pecado querer estar delgado. Salvando a Estados Unidos de la obesidad, una persona a la vez”. Sin embargo, poco después cambió esa descripción.
La joven no solo ha sido cuestionada por promover trastornos de conducta alimentaria con sus trucos, sino que también de incitar la ira del público en redes. Esto, con el objetivo de aumentar significativamente las interacciones en su perfil e incrementar su número de seguidores.
En una de sus tantas publicaciones, por ejemplo, compartió el siguiente mensaje: “¿Por qué ser estadounidense se siente como una vergüenza secreta? Nuestra tasa de obesidad es básicamente un deporte competitivo”. Y cuando el youtuber Nikocado Avocado se volvió viral por su pérdida de peso de 110 kilos, Schmidt compartió un video donde dijo que se negaba a permitir que él fuera “más delgado” que ella.
Desde su perspectiva, no ha tenido dificultades con la alimentación, aunque confiesa experiencias de sentirse incómoda con su cuerpo. Luego de que en la escuela presentara síntomas de ansiedad, al no querer comer alimentos en la cafetería, comenzó a tomar medicamentos para enfrentar su trastorno de ansiedad generalizada.
Tiempo después, cuando era estudiante de la Universidad de Arizona, la influencer notó la importancia que se le daba al aspecto físico y la presión social que existía por lucir como quienes te rodean. “Si miras a tu alrededor y todas las personas que te rodean son rubias y delgadas, definitivamente sentirás más presión de grupo para encajar en ese estereotipo”, detalló en la entrevista con WSJ.
Más allá de esas reflexiones, Schmidt ha insistido en defender los polémicos videos que realiza y no muestra señales de querer modificarlos. Su razón es que son muchas las personas que desean “saber qué come el resto” y ella solo es sincera al comentarles “que es un trabajo duro”.
Además, asegura que sus publicaciones están especialmente enfocadas en las mujeres que, por sus trabajos, deben pasar la mayor parte del tiempo en el escritorio. “Tengo un grupo de chicas que me siguen como si fuera una secta”, explicó.
Aunque Schmidt también dijo solidarizar con aquellas personas que tienen dificultades con el peso o su imagen corporal, también ha enfatizado en que los usuarios pueden acudir a la “opción de bloquear cualquier contenido” que no sea de su gusto.