"Todos los días, cerca de las seis de la tarde, Juan Ostoic -conocido como Don Juan- llega a su escritorio en el piso 14 de La Tercera. Allí guarda en cajas y cajones sus diccionarios. Pacientemente se sienta a maquinar las posibles combinaciones de palabras en sus maquetas de puzles, las que llena siempre a mano y firma como 'Jota O'. Mientras espera los ajustes en diseño, se lee los diarios que trae bajo el brazo y que después comenta con los periodistas y diseñadores. Especialmente las secciones de básquetbol y de hípica. Goloso, siempre tiene una bolsa con dulces.
"La mayoría de la gente que jubila tiene la vida más corta. Me gusta lo que hago y eso me motiva para seguir trabajando. Hago crucigramas desde 1967 más o menos; y trabajo en La Tercera desde el año 81. Nunca me hubiera imaginado cuando joven que seguiría trabajando hasta hoy.
Lo mejor de seguir trabajando es que uno continúa teniendo sueños y proyectos. Tengo dos andando y puede ser que me resulten. Por otro lado, lo peor es estar impedido tanto física como mentalmente. Mucha gente a esta edad sufre de alzhéimer, de parkinson, de demencia senil, uno no se libera de eso.
Decidí seguir trabajando porque puedo ayudar a mi familia. Vivo con mis nietos que están estudiando, yo los ayudo y ellos me ayudan a mí porque con mi señora somos dos personas de edad.
No hay trabajo para los mayores de 80 años y los poderes públicos no ayudan a que la gente se reinserte. Sobre todo la gente vulnerable que podría tener la oportunidad de seguir haciendo labores útiles de ayuda, comunicación y cooperación".