Mi pasión por aprender idiomas comenzó cuando pequeña, tenía 14 años y estaba escuchando “Rock Dj”, de Robbie Williams en la radio. Me gustó tanto que, primero, me hice fanática de él y, segundo, me motivé a aprender inglés. Empecé a traducir los temas, pero en esa época no tenía computador ni internet, nada, por lo que esperaba a que mi hermana me imprimiera las canciones y le pedía a mis compañeras sus diccionarios. ¡Eran gigantes!
No entendía nada, así que iba palabra por palabra traduciendo. Sin Wikipedia ni referencias de palabras. Fue, en parte, de forma autodidacta, ya que en el colegio te enseñan, pero las clases no son muy motivadoras.
Al pasar el tiempo mi gusto por aprender otra lengua siguió, así que entré a la universidad a estudiar Pedagogía en Inglés. Mi sueño, en ese entonces, era cambiar el desinterés general que había en los colegios e incentivar a jóvenes y profesores. Además, el saber otro idioma te abre muchas puertas.
Recuerdo que estaba en uno de esos foros de Robbie -sigo siendo muy fanática de él-, conocí a una niña y nos hicimos muy amigas, de hecho, seguimos en contacto. Ella era de Noruega y ahora vive en Escocia. Me compartió una página en donde se intercambiaban idiomas, porque yo quería practicar. Era como Facebook, pero enfocado en lenguas. Te creabas un perfil y ponías cuáles querías ejercitar.
Me hice de muchas amigas e inesperadamente conocí a un joven alemán, él tenía 21 años. Comenzamos a hablar, le ayudé con el español, nos conocimos y gustamos, por lo que fue a Chile a visitarme. La primera vez que nos vimos fue como si nos hubiésemos conocido de toda la vida.
Decidí ponerle foco a mi carrera como: “profesora chilena que enseña español chileno”
Sin embargo, estar juntos no fue fácil, ya que la situación era así: yo me iba para Alemania o él se venía a Chile, que era casi imposible. Tomé la decisión de irme yo a estar con él, aparte siempre quise viajar, aunque nunca me imaginé que sería de esa manera. Puedo decir que una de las razones por las que estoy viviendo fuera de mi país, hace ocho años, es por amor.
Me fui con él a los 21. Mi mamá, mi papá, mi familia entera, no creían que era posible algo así, o sea, no me decían “ah, sí, ándate, que te vaya bien”. Con el tiempo lo conocieron y todo se arregló. Ahora lo adoran al punto de que si los visito sola me devuelven, lo quieren mucho. Por mi parte, me dio tanta seguridad que siempre supe que estaría bien a su lado.
Jamás me imaginé poder viajar a esa edad y que iba a estar con alguien de otro país. Tuve que aprender alemán, y lo hice con ganas. Gracias a que me fui, descubrí este interés por mi propio idioma y por enseñarlo también. Estudié letras hispánicas e inglesas, es decir, aprendí tres idiomas simultáneamente. Suena agotador, sin embargo eso me llevó a saber otras lenguas y tener más experiencia. Además, hice cursos básicos de italiano y chino mandarín.
Volví a Chile de intercambio porque logré tener el apoyo del gobierno Alemán. Estuvimos dos años. Aprendí catalán y mapudungún y cuando me titulé hice mi tesis en la influencia del mapudungún en el español chileno.
Le fui tomando bastante cariño a la forma en que hablamos los chilenos y me di cuenta de que hay varios mitos. Se dice que es super difícil y que hablamos con muchos modismos, que usamos palabras típicas para que no se nos entienda, entre tantas otras cosas ¿La verdad?, cada país de habla hispana, incluso, cada región dentro de un país tiene su propia manera. Por esto, decidí ponerle foco a mi carrera como: “profesora chilena que enseña español chileno”. Pero aún no sabía qué hacer.
Quería un trabajo que me hiciera sentido y que me gustara, pero no tenía esa oportunidad si pasábamos constantemente viajando. Mi marido es astrónomo y lo hacemos todo el tiempo, por eso no tengo una estabilidad. Ahora estamos viviendo en Inglaterra. A veces llegué a sentir vacíos, sentía que estaba en el limbo. Me comenzó a afectar y me hizo dar cuenta de que tenía que crear mi propio proyecto.
Así fue como partió Espanolalachilena.com, pensado en personas que no tienen conocimientos en el idioma y viajarán próximamente a nuestro país. Gente que, por necesidad, quiere aprenderlo.
En la página se habla sobre cómo realmente hablamos en Chile po’, porque nosotros tenemos un modo auténtico. No decimos “hola, ¿cómo estás?”, sino que “hola, ¿cómo estay?”. Incluyo todas esas cosas y tengo un podcast en donde explico chilenismos, la cultura, cómo saludamos, cuando nos “comemos” la “s”, entre otros temas. En un futuro quiero hacer pequeños videos como: “un chilenismo en un minuto”.
Mi pasión se volvió mi profesión y quise enfocarla en esto. Se habla sobre la micro, el metro, el colectivo, la Bip, el supermercado, así como sobre la marraqueta, el huevón, el cahuín, la copucha, el pololo y, por supuesto, el cachái o no cachái. Todo lo que crea el español chileno.
Aquí no se juzga ni se critica ninguna manera de hablar, el objetivo principal es aprender. Yo he hablado con muchos profesores argentinos y los obligan a hablar como el español de España. Siempre se ha debatido cuál es el español real, neutro. ¿Qué significa español neutro? A mi parecer, en todas las lenguas hay diferencias. Yo creo en la autenticidad, eso es lo que quiero transmitir, además de que siento que llevo el espíritu de la enseñanza dentro de mí.
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