Luego de que un niño de 11 años fuera asesinado el fin de semana en Rosario, Argentina, los vecinos y seres queridos de la víctima decidieron atacar con sus propias manos la casa del presunto autor del homicidio, quien al mismo tiempo sería narcotraficante.
Los hechos ocurrieron el lunes por la tarde, después de que se llevara a cabo el velorio de Máximo Jérez, el niño que fue asesinado. Mientras tanto, Cristián Carlos Villazón, denominado “El Salteño” y el supuesto homicida del pequeño, se encontraba con arresto domiciliario dentro de su vivienda.
Fue en ese preciso momento cuando el grupo quiso hacer justicia por Máximo Jérez en el barrio Los Pumitas, de Empalme Graneros.
La rápida destrucción de la casa narco en Rosario
A eso de las 13 horas del lunes, el grupo comenzó tirando enormes piedras e intentando entrar a la fuerza al domicilio del “Salteño”, apuntado como el homicida, para poder lincharlo. Incluso, en medio de la calle los vecinos le prendieron fuego a la moto del sujeto.
El clima de tensión y furia en el lugar era evidente, según se observa en las imágenes captadas en vivo por el canal argentino Todo Noticias.
Simultáneamente a la acción de los vecinos, “El Salteño” salió al segundo piso del inmueble, a lo que parecía ser una especie de terraza. Minutos después recibió el golpe fuerte de una piedra que le dejó la cara ensangrentada, y sacó un arma de fuego para disparar al aire. Sin embargo, su acción no espantó en lo absoluto al grupo que deseaba lincharlo.
Poco después llegó la policía de Santa Fe hasta el barrio y se llevó tanto al supuesto narcotraficante, así como también a dos personas más que permanecían dentro del hogar. La detención solo se pudo concretar con la ayuda de varios funcionarios de fuerzas armadas, que al mismo tiempo tuvieron que recurrir a usar balines de goma para sacar al “Salteño”.
“Reaccionamos así por mi sobrino. Amenazaron a mi hermana que está en el hospital. El señor (”El Salteño”) fue a amenazar a Margarita (la madre de Máximo Jérez). Yo estoy jugada. Cuando todo termine a nosotros nos van a cagar a tiros, ya lo sabemos”, aseguró una de las tías de Máximo, en conversación con el canal argentino.
Sin la presencia del presunto asesino, lo que vino a continuación fue la rápida destrucción de la casa narco. La multitud ingresó sin mayores problemas y prácticamente demolieron la vivienda en solo minutos.
En paralelo, las personas fueron sacando masivamente los objetos del inmueble hasta dejarlo vacío. Los registros que consiguió el canal televisivo son elocuentes, porque todo era válido de ser extraído de la casa: inodoros, colchones, muebles, cocina, ropa, microondas y una bicicleta.
Pero eso no fue suficiente. Hasta el perro de la casa quiso llevarse un joven de la multitud.
Al finalizar el saqueo de todos los objetos, el grupo continuó destruyendo las paredes de la vivienda, aunque prácticamente solo quedaban escombros. Por último, los vecinos prendieron fuego a la casa y también a eventuales búnkers con droga que habían en el sitio.
El crimen de Máximo Jérez
“Era un pibe que jugaba fútbol”, dijo el padre de Máximo, Julio Jérez, en diálogo con el canal Todo Noticias. “Me arrebataron a un hijo”.
La madrugada del domingo, Máximo se encontraba en el barrio Los Pumitas junto a otros niños. “Habían terminado un cumpleaños y los chicos estaban comprando algo en un quiosco. Eran todos niños”, explicó el padre.
De pronto, apareció un vehículo con los vidrios polarizados y desde el interior dispararon hacia los pequeños. En el caso de Maximo, la bala la recibió en el pecho, lo que terminó siendo letal. Otros dos niños de 13 y 2 años, resultaron heridos tras el ataque y fueron trasladados hacia un recinto asistencial.
“Jamás tuvimos una amenaza ni nos metemos con nadie. Somos gente honesta y no le pedimos nada al gobierno. Ahora quién me devuelve la vida de mi sobrino”, aseguró Antonia Jérez, la tía del niño, según consigna el medio argentino La Nación.
En tanto, el fiscal local, Adrián Spelta, apuntó que “la presencia de niños era generalmente un obstáculo o un código para evitar este tipo de ataques. Hoy ya no. Se corrieron todos los límites”.
Debido a la tensión que dejó el crimen del niño y los hechos que vinieron después en la casa del “Salteño”, el gobierno de Alberto Fernández decidió enviar un amplio refuerzo de agentes federales para poder aumentar la seguridad en Rosario, la ciudad natal de Lionel Messi.
Violencia en Rosario
El homicidio de Máximo Jérez es parte de una ola de violencia que desde hace un tiempo se está experimentando en Rosario.
Solo en lo que va del 2023 se han reportado más de 60 homicidios en esa ciudad, lo que deja un saldo de casi un homicidio por día. La mayoría de esas muertes que se han registrado se deben a disputas territoriales entre bandas narcotraficantes, que en ocasiones puede dejar a personas externas como víctimas de las balas.
El mismo día que del crimen en el barrio Los Pumitas, otros asesinatos se registraron en otros puntos de la ciudad: un joven de 24 y otro de 27 también fueron baleados y no pudieron sobrevivir.
Al mismo tiempo, la Escuela N°6430 Isabel La Católica, situada al sur de Rosario, también fue blanco de balas por parte de desconocidos.
Allí dejaron una nota dedicada a Alejandro Núñez y Fernando Morel, dos presuntos líderes narcotraficantes que actualmente estarían internados en la cárcel: “Chuki Moneda Brandon y Fernando Morel, dejen de matar cobanis (policías) y mujeres. Vamos a la guerra, la mafilia”. El incidente no dejó heridos, dado que ocurrió el domingo por la noche.
A eso se suma el ataque a balazos que recibió el supermercado de José Roccuzzo, el suegro de Lionel Messi, que aconteció la semana pasada y que incluso dejó una cruda amenaza para el futbolista argentino. “Messi, te estamos esperando. (El alcalde Pablo) Javkin es narco, no te va a cuidar”, fueron las palabras que se leyeron en el vidrio del negocio.