Una profunda soledad afecta a muchos adultos mayores, quienes experimentan su vejez sin la compañía de su familia o cercanos que se preocupen por ellos. A pesar de que su salud sea buena, un nuevo estudio reveló un panorama desolador: los abuelos y abuelas que no tienen mucho contacto social, tienen un 39% más de posibilidades de morir.
Publicado en la revista médica BMC Medicine, la investigación señaló que las visitas de familiares y amigos son importantes en esa etapa de la vida.
En esta línea, una visita al mes a tus padres o abuelos mayores pueden hacer la diferencia y alargar su esperanza de vida: “Una vez que empiezas a ver a tus amigos y familia mensualmente, el riesgo [de morir] se mantiene estable. Da igual que sea una visita mensual, semanal, varias veces a la semana o todos los días”, aseguró el cardiólogo Jason Gill, uno de los autores del estudio.
Qué pasa con los adultos mayores que no son visitados por sus familias o amigos
El estudio analizó los datos de 458.146 adultos en Reino Unido. Después de 13 años del comienzo del reclutamiento, 33.135 de ellos fallecieron y, lo que tenían en común, es que estaban aislados del contacto social con sus cercanos.
Así, los investigadores llegaron a la conclusión de que la soledad mata.
Los factores que determinaron si un adulto mayor se siente aislado son: si la persona participa o no en actividades grupales, si vive solo o acompañado y si recibe visitas de amigos y familia.
“Cada uno de estos tres factores se asoció con un mayor riesgo de muerte, pero en particular, destacó el de las personas que afirmaron no recibir nunca visitas”, aseguró otro autor del estudio, el profesor Harmish Foster de la Universidad de Glasgow.
Y aunque la investigación no determinó por qué exactamente las visitas alargan la esperanza de vida de los adultos mayores, sí notaron que muchos participantes socialmente aislados tenían comportamientos menos saludables, como el tabaquismo, consumo de alcohol, poco ejercicio y un horario del sueño desordenado.
“Viendo los resultados del estudio, creo que es muy aconsejable que si conoces a alguien que vive solo, que le hagas una visita”, declaró Bryan Strange, director de neurociencia de la Universidad Politécnica de Madrid al diario El País.
Así también coincidió Andrés Rueda, gerontólogo social, quien aseguró que “la soledad es una mala compañera de la fisiología. El estado de ánimo influye en el curso de las enfermedades. En consecuencia, a peor estado de ánimo, peor estado de las patologías”.
En esta línea, Rueda explicó que llegadas a cierta edad, las personas viven mucho mejor en una residencia que en la soledad de sus hogares.
“Somos animales sociales y lo somos, independientemente de nuestra edad”, agregó el doctor.