400 millones de toneladas de plástico. Cada año, el mundo produce esta cantidad, que corresponde aproximadamente al mismo peso que toda la humanidad. Y es que en medio de la crisis medioambiental que está viviendo la Tierra, el plástico es uno de los contaminantes que más alarma, pues está invadiendo los océanos e incluso la sangre humana.
Y la carrera continúa para encontrar la mejor forma de romper los enlaces químicos que forman el plástico y recuperar esos recursos del planeta encerrados en este material, dejando varias propuestas en el mundo científico.
La más reciente: el plástico podría ser combustible
“Los vertederos de desechos plásticos podrían ser los campos petroleros del futuro”, dice Erwin Reisner, profesor de energía y sostenibilidad en la Universidad de Cambridge. “Es rico en energía y en composición química, que queremos desbloquear”.
El investigador está convencido de que el plástico es otra forma de combustible fósil, una de las fuentes que provee la mayor parte de la energía en el mundo, como para el transporte, electricidad, agricultura, para la cocina, etc.
Y es que el reciclaje tradicional, donde el plástico se lava, tritura, funde y reforma, degrada el material con el tiempo, lo convierte en un producto de mala calidad que no funciona para mucho y que, por ende, dejaría de ser reciclable.
En cambio, la propuesta del profesor Reiner, que se trata de reciclaje con luz solar y que no deja residuos nocivos, convierte al plástico en sustancias que pueden utilizarse como materia prima para combustibles sostenibles, como el hidrógeno. También produce ácido glicólico, un producto muy utilizado en la industria de cosméticos.
Y, tomando en cuenta que la producción mundial del plástico aumenta cada día más y que incluso existe la estimación de que se triplique para el año 2060, para muchos, el reciclaje tradicional sigue siendo un enfoque para abordar el problema, pero distintos científicos argumentan que nunca será suficiente.
Por ello, el profesor Reisner dice estar dando “pequeños pasos en la dirección de la comercialización” de su propuesta, cuya tecnología y técnica podría estar desarrollada en un sistema, en los próximos cinco años y así tener la posibilidad de producir combustible y así “acceder a casi toda la industria petroquímica y hacerla sostenible”.
“Tenemos cuatro flujos de valor: la mitigación de los desechos plásticos, la mitigación del CO2 y la producción de dos productos químicos valiosos. Esperamos que esto nos acerque a la comercialización”, declaró.