Era la recta final y, mientras sostenía fuertemente las manos de su contrincante, Miss Filipinas, Sheynnis Palacios (23) —la representante para Miss Universo 2023 de Nicaragua— cerró los ojos por unos minutos, solo para volver a abrirlos rápidamente cuando la maestra de ceremonias comenzó a gritar el nombre de su país.
Fue así como se anunció que Palacios sería la coronada de la noche. La mujer comenzó a temblar y a llorar, mientras le ponían la corona sobre la cabeza, le pasaban el icónico ramo de flores y el público gritaba eufórico.
Pero detrás de su participación en el certamen, a la representante nicaragüense la sostiene una dura historia de esfuerzo. Esta es su historia.
Cómo era la vida de Sheynnis Palacios, la Miss Universo 2023
“Llegamos al día más esperado por mi niña interior”, escribió Palacios unas horas antes de que comenzara el certamen, sin saber que se convertiría en la nueva reina universal.
Sheynnis Palacios nació en una familia humilde de Diriamba, Carazo, una ciudad a 42 kilómetros de la capital de Nicaragua.
En 2018, el contexto político se tensionó en el país centroamericano. Sin saber cómo sustentarse, ella y su madre iniciaron un negocio de buñuelos, un postre nicaragüense hecho a partir de la yuca.
En ese tiempo, ella ya había participado de otros concursos de belleza, por lo que habían quienes ya la reconocían en la calle. No obstante, esa “fama” provocó que algunas personas se burlaran del emprendimiento familiar, la acosaran y minimizaran el esfuerzo que estaba haciendo junto a su familia.
Aún así, en todas sus apariciones, ella nunca quiso ocultar que venía de una familia de clase económica baja. De hecho, reveló que su madre emigró a Estados Unidos para buscar nuevas oportunidades, por lo que la nueva Miss Universo se quedó en Nicaragua viviendo con su abuela y su hermano menor.
Es por esta razón que su madre no pudo asistir a la coronación. Aún así, Palacios la hizo sentir presente y, mientras recibía las ovaciones del público, le envió un mensaje mirando a la cámara: “¡Te amo mamá!”.
También expresó sin tapujos cómo la salud mental le juega en contra. Su mayor reto, a lo largo del concurso, fueron sus ataques de ansiedad. Esto la afectó, en especial, la noche final del certamen, donde en uno de los camerinos se descompuso. Sin embargo, lo supo manejar para finalmente salir victoriosa al escenario.
“Está corona está dedica a las niñas de todo el mundo, a mi niña interior, a mi familia y a los más de 6 millones de habitantes de mi país (...) Esta historia está iniciando y traerá grandes cambios para las mujeres y las niñas, que son la construcción de nuestra sociedad”, dijo, tras la noche donde fue coronada.