“A veces la vida no es real”, dice en un video de TikTok la joven paquistaní-estadounidense Reem Ikram (25). Sus palabras se deben a que estuvo mochileando durante varios meses en Latinoamérica y casi al terminar su viaje, en su breve paso por un pequeño pueblo al sur de Chile, se topó con una quiltra que conquistó su corazón y que no pudo olvidar más.
Su conexión con la perra mestiza de gran tamaño, color café y blanco y pelo largo fue tan fuerte que se convenció de que no podría dejarla atrás, cuenta la joven a La Tercera. Y la historia tuvo un final feliz: siguiendo su instinto, Reem decidió adoptarla y la bautizó como Zorah, que significa “amanecer” en árabe.
Hoy están juntas en su hogar en Salt Lake City, en Estados Unidos, donde ambas no pueden dar más de felicidad tras haberse encontrado en el lugar más impensado posible.
En octubre del año pasado, Reem emprendió una intensa travesía por el sur de América junto a su novio, Michael Guynn. Durante los siete meses que duró el periplo anduvieron por países como Brasil, Colombia, Ecuador y Perú.
“Quería generar confianza, desafiarme a mí misma y vivir una vida aventurera. Al crecer en una casa musulmana estaba muy limitada en lo que podía hacer, siempre me decían que si quería hacer algo, tenía que esperar hasta casarme y eso no es algo en lo que creo”, señala Reem.
El último punto de su itinerario era Chile, donde buscaron recorrer parte de la Carretera Austral en bicicleta. Si bien muchos les recomendaron que no hicieran la ruta de esa modalidad, especialmente porque en abril el clima puede comenzar a ser un poco más complejo, Reem y Michael decidieron arriesgarse en la aventura.
Ese sería el inicio de cómo se fue gestando su historia con Zorah, la que incluso se viralizó en redes sociales, pues Reem fue contando cada paso desde que encontró a la quiltra chilena.
El encuentro entre una mochilera y una quiltra al sur de Chile
Era la mañana del 5 de abril en la localidad de La Junta, en la región de Aysén. Reem y Michael habían ido a tomar desayuno a una cafetería cerca de su cabaña, y al terminar, se trasladaron a un parque que estaba al cruzar la calle.
“Mientras jugábamos en el parque vimos a dos perros, uno de ellos era Zorah. Pensamos que ambos eran muy lindos, jugamos con ellos y eran muy dulces con nosotros, simplemente estábamos pasando el rato”, narra Reem con claridad.
Después de jugar con ellos, la joven llamó a su madre y le mostró lo hermosa que era Zorah. “Le dije que Michael y yo estuvimos bromeando sobre adoptar un perro mientras viajábamos de mochileros por América del Sur”, cuenta.
Su madre se sorprendió y le pidió hablar con Zorah por teléfono. En ese instante, la mujer habló en idioma urdu a la can: “Si tienes un buen corazón y quieres vivir una vida feliz, vendrás con estas dos personas”. Reem presenció todo ese momento con atención. Le dijo que la llamaría más tarde y con su novio emprendió rumbo hacia la cabaña en que se estaban hospedando.
“Noté que Zora comenzaba a seguirnos y dije ‘mmm, esto es extraño’. No le dimos comida, no teníamos correa, ella simplemente comenzó a seguirnos. Luego, cuando llegamos a la cabaña, ella quería entrar y dormir con nosotros. Pensamos que era muy dulce y la dejamos dormir con nosotros. Nunca se apartó de nuestro lado”, afirma Reem.
Ese día, Reem le habló a Zorah como si se conocieran de toda la vida: “Le dijimos que estábamos recorriendo en bicicleta unos 30 millas por día y que si quería venir con nosotros, nos íbamos a asegurar de hacer muchas paradas y hacer autostop para que pudiera estar con nosotros’”.
La pareja le compró un arnés a la cachorra en caso de que los acompañara, pues tenían que dejar el pueblo al día siguiente. Y les hizo caso. Mientras Reem y Michael pedaleaban con esfuerzo en medio del frío patagónico de abril, Zorah corría a su costado casi sin parar. Nunca los abandonó.
Para cuidar del estado de salud de la perra, la pareja procuraba cuidar de su alimentación lo máximo posible, hacerle muchos cariños y descansar lo que fuera necesario para que pudiera continuar.
“Durante todo este viaje, Zorah fue realmente increíble, es muy obediente, nos escucha, es como si entendiera inglés. También hablamos con ella en español. Es como si pudiera entender todo lo que decíamos. Lo sabía todo”, cuenta Reem con emoción.
Después de 6 días viajando por algunos pueblos de la Carretera Austral, pararon en Coyhaique por unas semanas, donde Reem llevó a Zorah al veterinario para chequear de que su estado de salud estuviera bien y pudieran ponerle vacunas. Era evidente que no podría dejarla y que la decisión estaba tomada desde el día en que ambas se encontraron.
La llegada de Zorah a Estados Unidos
“Queríamos asegurarnos de poder llevarla a Estados Unidos. Si viajas con un perro desconocido durante 6 días haciendo una aventura loca ¿la dejarías atrás? No, quieres tener ese perro en tu vida para siempre, así que queríamos estar seguros de que estuviera vacunada y que tuviera los papeles correctos”, dice Reem.
La parte más complicada llegó en el momento de hacer los trámites necesarios para sacar a Zorah de Chile. Tuvieron que esperar varios días, cambiar sus vuelos e insistir con el personal del aeropuerto. Todo eso lo hicieron para garantizar que Zorah pudiera irse con ellos a Estados Unidos de forma definitiva. Reem salió del país a mediados de abril, mientras que Michael pudo irse la primera semana de mayo.
“Lo logramos. Ahora vive con nosotros, ella está viviendo una vida muy feliz, tiene un hermano y juega con él todo el tiempo. Nos aseguraremos de que podamos correr mucho con ella, para que no se aburra”, expresa la joven.
Luego de que su historia se difundió en TikTok, a Reem la contactaron personas de La Junta que le indicaron que Zorah se llamaba Guampa en su pasado y que había sufrido un abandono de su antiguo dueño. Ahora, eso quedó atrás.
Al reflexionar sobre cómo llegó a su vida esta quiltra, Reem se siente agradecida: “Es increíble, es nuestra perra aventurera”. Y adelanta lo que se podría venir a futuro: asegura que es más que probable que sigan viajando con ella más adelante, ya sea por Asia, Europa e incluso África.