Aunque fueron creadas más bien para la comunicación y el ocio, las plataformas y aplicaciones móviles también han demostrado ser un espacio peligroso para las personas.
Quien vivió esa experiencia en carne propia fue Hannah Palmer, joven influencer de 24 años que vive en Los Ángeles, California. En marzo del 2021, Palmer decidió hacerse una cuenta de OnlyFans para “vender contenido” erótico. Desde ese momento, según dice, ha ganado 5 millones de dólares.
Antes de eso, la joven ya tenía cierta fama en Instagram. Solo en esa plataforma acumula 2.2 millones de seguidores.
La exposición en redes sociales le ha traído a Palmer bonanzas económicas, pero también ha acarreado experiencias de acoso que no podrá olvidar.
Lo anterior, dado que Hannah comenzó a ser víctima de acoso en su propia casa. Un sujeto le sacaba fotografías y grabaciones en el interior de su departamento, así como también cuando ella estaba en el balcón.
Todo ese material era posteriormente comercializado en Internet, sin que ella se enterara.
“Hubo momentos en que tuve miedo en mi propia casa. Es un poco preocupante porque a pesar de que trato de ocultar mi casa y la información privada del público, los influencers no pueden proporcionarse mucha seguridad o privacidad”, aseguró la joven al sitio Daily Mail Australia.
¿Cómo descubrió todo esto? Un día, la modelo decidió buscar su nombre en Google. Ahí se encontró con las grabaciones y fotos que estaban siendo vendidas, no solo de ella, sino que también de otras mujeres del departamento. El acosador resultó ser nada más ni nada menos que un vecino.
Para su resguardo personal, decidió contactar al FBI. Como eso no prosperó, tuvo que ver otras opciones.
“Contraté a una empresa para ayudar a administrar mi seguridad cibernética, lo que me ayudó a sentirme más segura y protegida”, afirmó Hannah.
Sin embargo, esa no sería la última experiencia de acoso de la modelo.
Cuando el acoso se agudiza
Tiempo después de darse cuenta que era su vecino el que la acosaba, Hannah notó que otro hombre la estaba siguiendo.
“No publicaba donde estaba, pero mis amigos lo hacían”, contó a Daily Mail Australia.
El hombre llegó incluso a pedirle fotos de los pies a la modelo. “No era peligroso, pero era extraño”, contó.
La última experiencia de acoso que vivió Hannah tuvo lugar el año pasado, pero esta vez fue un poco diferente.
“Comencé a recibir mensajes de texto de un número desconocido, que incluían fotos de mi casa tomadas desde el patio trasero (del vecino), fotos del interior de mi casa de Zillow y acoso verbal repugnante”, recordó la influencer.
Este acoso fue más allá ya que además de las imágenes, Hannah comenzó a recibir amenazas de violencia y de índole sexual hacia ella y su familia.
La joven de 24 años contó el problema que estaba viviendo a la policía, quienes emitieron una orden de restricción contra el sujeto producto de las amenazas.
“No ha pasado nada desde entonces”, recuerda la modelo.
Con esas experiencias de acoso que vivió, Hannah ha tenido que adoptar más medidas de cuidado que antes. Por ejemplo, ahora utiliza un teléfono para uso personal y otro para lo laboral, adquirió un equipo de seguridad cibernética y compró un sistema de alta seguridad para su hogar.
Después de todo, el costo de las redes sociales nunca ha sido gratis.