Muchas personas dejan de comer chocolate por el miedo a subir de peso. Pero como muchos otros alimentos, es posible disfrutar de su delicioso sabor y textura, siempre y cuando no se convierta en un exceso.
Y es que además de ser la tentación de muchos, el chocolate —en particular el negro, con mayor porcentaje de cacao— también tiene compuestos que mejoran la salud.
Por ello, es fundamental escoger uno que tenga la menor cantidad de ingredientes posibles (que no tenga altas cantidades de azúcar o leche, por ejemplo) para poder aprovechar sus nutrientes.
Además, desde la antigüedad, el cacao ha sido utilizado con fines medicinales, principalmente por sus componentes, como los minerales (potasio, fósforo, hierro, cobre, zinc y magnesio) y los flavonoides, que son potentes antioxidantes.
Estas son las cuatro enfermedades en las que comer chocolate amargo en su justa medida podría ayudar a combatir, acompañado de una alimentación equilibrada y del tratamiento correspondiente con un médico.
1. Problemas cardiovasculares
Un estudio publicado en Circulation: Heart Failure, estimó que el cacao está relacionado con un menor riesgo de enfermedad coronaria y accidentes cerebrovasculares.
Esto sería gracias a los flavonoides, que son capaces de reducir la presión arterial y mejorar la resistencia a la insulina y los vasos sanguíneos.
2. Diabetes tipo 2
Aunque muchos no lo crean, el chocolate puede tener un rol importante en la prevención de la diabetes tipo 2, ya que los flavonoides mejoran la sensibilidad a la insulina y favorece la absorción de carbohidratos.
3. Estrés
¿Te sientes feliz después de comer chocolate? Quizás sea por su exquisito sabor, pero también tiene que ver que los polifenoles que están en su composición ayudan a mejorar las hormonas del estrés y la ansiedad.
Además, algunos estudios encontraron que el cacao puede mejorar el flujo sanguíneo del cerebro, lo que beneficiaría a la función cognitiva y el estado de ánimo.
4. Cáncer
Existen investigaciones que encontraron que comer chocolate puede ayudar a combatir la oxidación celular, ya que los flavonoides son potentes antioxidantes que pueden disminuir el daño que provocan los radicales libres y, así, prevenir el cáncer y las enfermedades cardíacas.