Bernardo Riquelme (49 años) es recordado por ser una de las últimas personas en evacuar Chaitén en 2008. Al momento de la erupción era dueño de la radio Chaitén y al regresar siguió dedicado a la radiodifusión a través de la emisora Palena. Además de estar dedicado a las comunicaciones, fue concejal por dos periodos y no ha visto muchos avances, salvo los que realiza la gente de la propia comuna. "Se instaló la escuela en el mismo lugar, no hay una nueva escuela. La municipalidad se instaló en un hotel, la gobernación en una casa particular que había antes, y así suma y sigue (…). Todavía, a 10 años, hay hartas deudas con Chaitén", dice Riquelme.
Este chaitenino recuerda que mucha gente se fue a Puerto Montt y Chiloé mientras la comuna retornaba a la normalidad. No todos han regresado, pero él fue uno de los primeros en hacerlo, pese a la magnitud de la catástrofe. "Acá es donde sabemos vivir, nos ponen en otra parte y no sabemos desenvolvernos. No tiene que ver con una casa bonita o un mall cerca, sino que se trata de donde uno sabe vivir. Si las personas tienen ganas de comerse un pescado van al mar o al río y pescas. También se trata de la confianza en el vecino, en dejar la puerta abierta", dice.
El retorno de los chaiteninos fue parte de un estudio que realizó el Centro de Investigación para la Gestión Integrada del Riesgo de Desastres (Cigiden). Luis Maldonado, profesor del Instituto de Sociología UC e investigador del Cigiden, señala que para la investigación entrevistaron a personas que habitan Chaitén, a quienes vivían ahí antes de la catástrofe y que actualmente viven en Los Alerces, Puerto Montt.
"Uno de los aspectos que más nos han llamado la atención es que un número significativo de retornados son personas con un bienestar económico alto, no los más pobres. Esto nos dice que hubo retornados que tenían posiciones aventajadas económicamente en la comunidad y, por razón del desastre, potencialmente tenían una pérdida material significativa si abandonaban el lugar original. Otro grupo importante de migrantes a zonas afectadas por catástrofes son personas que no vivieron la catástrofe y que ven una oportunidad para comenzar una vida en estos lugares. Este es un aspecto importante a destacar de Chaitén, en donde un número significativo de los nuevos habitantes son nuevos en la ciudad".
Maldonado agrega que otro de los factores por los que regresan las personas es el apego y la disposición a tomar riesgos.
De acuerdo al estudio, en general, el retorno comenzó a producirse a tres años de ocurrida la catástrofe de Chaitén.
"Nuestros análisis también señalan que mientras más tiempo las personas viven en un nuevo lugar, menor es la tendencia de volver al lugar afectado por el desastre. Una pregunta abierta es si estos patrones se observan en otros desastres", dice el experto.