"Poder seguir trabajando en este oficio que es mi vicio, porque es un estilo de vida, un proyecto a largo plazo, de transformación creativa permanente y con sentido social".
Alejando González "Coco" Legrand (71), humorista
"Me da mucho placer mirar la naturaleza. Acá en Tunquén llovió dos días y ya está todo verde alrededor. Es maravilloso. También, contemplar el mar. Con calma. Y escuchar música clásica. En Spotify tengo una lista con Bach, Mozart y Beethoven".
Adriana Hoffmann (78), bióloga y botánica
"Vivir la vida lo más intensamente que pueda en los días que me quedan. Disfruto con venir a la Plaza de Armas, estar acá tranquila, mirar a la gente, ver cómo anda vestida, mirarle los zapatos, si le combinan con la ropa. Eso me gusta".
Julia Bravo (79), dueña de casa
"Estar cómodamente sentado en un lugar con linda vista, leyendo un libro de historia en un día sábado, después de una mañana de deportes y un rico almuerzo con mi familia extendida".
Jorge Carey (76), abogado
"Lo que me causa más alegría hoy es poder seguir (en esta denominada 'edad dorada') trabajando y aportando a la familia y la sociedad. Ser autovalente y no una carga es una gran fortuna. Además, poder seguir compartiendo un matrimonio feliz de más de 55 años. Poder interactuar con mis colegas, sentirme orgulloso de mis hijos y ver crecer a seis nietos maravillosos".
Miguel Kiwi (80), físico
"Tengo familia en el sur y salimos a caminar por Loncoche, Villarrica, Pucón. Caminar por el campo es lo más lindo. Es pura tranquilidad. Me recuerda mi infancia, de niño que salgo a caminar. Imagínese el verde, el olor a campo…".
Ramón García (66), lustrabotas del paseo Ahumada
"Mi mayor placer es estar con mi mujer, leer y escribir. Ese es mi horizonte, es mi vida. Con eso realmente me siento feliz".
Raúl Zurita (68), poeta y Premio Nacional de Literatura 2000
"Me da placer trabajar. Me divierto, me siento activo, vital. Si la salud me acompaña, no dejaría de trabajar antes de los 70. También me da placer estar con mi familia. Los domingos salimos a almorzar. A mi mujer le gustan las parrilladas".
Guillermo Pérez (62), administrador de El Rápido
"Me producen placer los viajes con amigas y amigos. El último que hicimos -que me dejó arruinada- fue al norte de España y Portugal. Me fui con dos amigas hace dos meses y fue una experiencia fantástica. Hace 30 años no pensé que iba a poder hacer un viaje sola, y la verdad es que no sólo sí se puede, sino que las mujeres solas podemos viajar sin sentir peligro. Con los años el placer se modifica. Cuando fui diputada me daba placer descansar. Hoy, además de los viajes, lo que más me da placer es ver la revolución feminista".
María Antonieta Saa (75), consejera regional y ex diputada
"La columnista Eliana Simón decía que las cosas buenas de la vida o son pecado o engordan. Como no estoy dispuesto a confesar las primeras y habitualmente me privo de las segundas (dejé de tomar vino, pero nunca he olvidado lo que me gustaba), hago un examen de mis días normales y lo más agradable en la mañana es dejar de trotar, que es lo primero que hago temprano. Lo mejor del trote es parar, tras lo cual uno se siente muy bien. Enseguida viene el agrado de leer los diarios, que tengo en alta estima y en aras del cual he sacrificado trabajos que me exigían llegar temprano. Y un tercer placer diario es escribir. Lo hago en mi 'blogdehermogenes', en libros que estoy siempre forjando y en mi columna de 'Estrategia'".
Hermógenes Pérez de Arce (82), abogado
"No soy una hedonista del siglo XXI. Tengo mis momentos placenteros y algunos de ellos son reflexivos. A esos momentos no se los puede perseguir ni buscar, llegan. Es lo que me ocurrió hace algunos días cuando pasé frente a una pantalla y vi a unos cuantos hijos de vecino, víctimas de un robo hormiga ejecutado con vileza, que resarcidos de la rapiña buscaban entregar lo recuperado a personas necesitadas. La comparación ejemplar fue la que me dio ese gusto. Los delincuentes eran gente muy adinerada, colusores, que armados con diversas triquiñuelas atacaban a mansalva. Sí, fue muy grato darme cuenta que, en tiempos en que el dinero es el motor supremo por acá, un grupo de hijos de vecino podían moverse en dirección contraria a los de la banda del papel higiénico. Eso le entregaba oxígeno a la atmósfera esa tarde y a mí, una alegría intensa".
Elvira Hernández (67), poetisa
"Me da placer haber reorganizado mi tiempo al darme cuenta de que había pasado toda mi vida metido en mi profesión, dedicando poco tiempo a mi familia y a mí mismo. Por eso decidí -no sin gran esfuerzo- trabajar de manera dosificada y preocuparme de mi estado físico. Así llegué a kinesioterapia. Tengo cuatro sesiones en la semana, que complemento cada día con algo distinto que me hace sentir que plenamente vivo la última etapa de mi vida. Un día es con música, especialmente el piano, instrumento que quise tocar de niño y tuve que esperar al final de mi vida para hacerlo. Otro día juego dos horas golf, idealmente en Santo Domingo. Otro, una clase de conversación en inglés. El último, el día que me queda, lo dedico a leer y pensar. Soy feliz y me siento realizado".
Augusto Schuster (91), médico
"Descansar y dormir. Uno ya está cansado de tanto trabajar. Trabajo desde los 12 años. Trabajé con un zapatero, en una fábrica de carteras, en un frigorífico haciendo helados… A los 20 tuve familia. ¡No he parado! Dormir es lo máximo. Los otros placeres están bien cuando uno es joven, jajaja".
Sergio Díaz (70), conserje de un edificio de calle Huérfanos
"Lo que me produce más placer hoy es mirar desplegados encima de mi cama una serie de libros nuevos y flamantes recibidos por Amazon desde EE.UU. Con ellos debo preparar un curso que comenzaré a dar en NY en enero".
Juan Gabriel Valdés (71), ex canciller
"Los nietos. Tengo 10 nietos. La mayor tiene 22 y el menor, dos años. Me encanta verlos, cuando juegan, cuando corren y que me llamen. No me dicen abuela, les enseñé que me digan Chela. Me gustaría verlos más seguido. Ellos son mi todo".
Graciela Peña (63), dueña de casa
"El placer o la felicidad no es una sola cosa, sino un conjunto infinito de cuestiones que tienen que ver con los recuerdos, las presencias, también con las ausencias… incluso en los dolores podemos encontrar placer. No podría decirte una sola cosa".
Jaime Vadell (82), actor
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