A medida que pasa el tiempo y las personas se hacen más mayores, comienzan algunos síntomas que se relacionan con la vejez, como olvidar ciertas cosas o tener menos concentración durante el día. Y aunque en general sí son propias de la edad, algunas señales podrían indicar el desarrollo o presencia de la demencia.
Los olvidos suelen ser la alerta que la mayoría de las personas vinculan con la demencia, no obstante, los expertos aseguran que no son el síntoma principal de esta enfermedad neurodegenerativa.
Y es que tener problemas con la memoria puede ser síntoma de otros cambios en la salud o, incluso, simplemente tener un mal día.
Por esto, distintos expertos que conversaron con The New York Times determinaron cuáles son los 5 síntomas no tan conocidos sobre la demencia que podrían indicar que una persona está presentando esta enfermedad.
1. Tener problemas económicos
Las personas que tienen demencia pueden comenzar a tener problemas con su dinero a raíz de los síntomas cognitivos que conlleva esta enfermedad.
Por ejemplo, la falta de memoria puede hacer que un adulto olvide pagar sus cuentas de servicios básicos o que se salgan de su presupuesto mensual de gastos.
Según el profesor de neurología de la Universidad de California, Winston Chiong, una de las primeras áreas del cerebro que se ve afectada es la cognición. Y es allí donde los humanos, entre otras cosas, trabajamos la gestión financiera.
Además, el especialista agregó que la toma de malas decisiones financieras puede afectar principalmente a los pacientes que sufren de demencia frontotemporal, una forma rara de la enfermedad que hace que el juicio se vea afectado en fases tempranas.
En esta línea, suelen ser personas que tienen “susceptibilidad a diferentes tipos de manipulación”, o pueden ser “más propensos a ser derrochadores o descuidados con el dinero”, le dijo el médico a The New York Times.
2. Tener dificultad para dormir
Es sabido que a medida que envejecemos, los problemas del sueño aparecen y se incrementan. Los adultos mayores suelen acostarse más temprano, pero despertarse mucho antes de lo que solían hacerlo en su juventud.
No obstante, si el cambio es demasiado drástico, podría ser una señal de demencia.
Por ejemplo, si la persona comienza a despertar a las 3 de la mañana o no logra permanecer despierta en el día.
Ante ello, el académico de neurología de la Universidad de Stanford, Joe Winner, le dijo a NYT que las primeras áreas del cerebro afectadas por el Alzheimer son “muy importantes para regular los ciclos de sueño y vigilia”.
“Así que años antes de que alguien presente cualquier signo de síntomas de memoria, puede experimentar cambios en sus patrones de sueño”.
3. Sufrir cambios de personalidad
Antes de ser diagnosticados, los pacientes de demencia pueden experimentar cambios ligeros en su personalidad: se vuelven menos extrovertidos, agradables y concientes, antes de comenzar con los signos de deterioro cognitivo, según un estudio.
La académica de ciencias del comportamiento y medicina social de la Universidad Estatal de Florida, Angelina Sutin, explicó que estos cambios se aceleran a medida que aparecen más síntomas de demencia.
Es decir, una persona con demencia podría comenzar a ser más retraída o alejarse de sus amigos. Según dijo la experta, que también es autora de la investigación, que las personas a su alrededor se darán cuenta que “ya no sale con tanta frecuencia”, antes de entender que “ha disminuido su memoria”.
También, en el caso de la demencia frontotemporal, la persona puede disminuir su simpatía, ser menos confiada y amistosa, ser cada vez más desorganizada o tener dificultad para completar sus tareas en el trabajo o en la casa.
4. Tener problemas para conducir
Conducir un vehículo es uno de los comportamientos cognitivos más difíciles y complejos que hacen las personas a diario, dijo el profesor de neurología de la Universidad de Washington, Ganesh Babulal a NYT.
El experto identificó que tener problemas para llevar a cabo esta tarea suele ser una de las señales tempranas de la demencia, pues conducir “es la mezcla definitiva del sistema cognitivo”.
Esta alarma es peligrosa, pues si es que algo no está funcionando bien en el cerebro, “el conductor deja de tener el control y corre el riesgo de sufrir un accidente o una colisión”.
Las personas alrededor de un paciente que podría tener demencia pueden buscar arañazos en el auto, señales de algún choque menor o darse cuenta si la persona se salta los semáforos en rojo o los discos pare para entender que podría estar cursando la enfermedad.
Babulal explicó que los conductores con demencia pueden dejar de conducir por miedo, sobre todo de noche, cuando hay mal clima o cuando hay mucho tráfico. También pueden sentirse incómodos de llevar a bordo a sus nietos u otros pasajeros.
5. Experimentar pérdida del olfato
Por último, está la pérdida del olfato. Nuestro sistema olfativo está relacionado con ciertas partes del cerebro que suelen ser las primeras áreas dañadas por la demencia, el Alzheimer e, incluso, el Parkinson.
Es por esto que las investigaciones demuestran que las personas con demencia suelen perder el sentido del olfato años o décadas antes de que comiencen los síntomas más conocidos de la neurodegeneración.
Por ejemplo, es común que una persona con demencia sí sea capaz de detectar un olor, pero que tenga el hábito de identificarlos de forma errónea.
Ronald Postuma, profesor de neurología y neurocirugía de la Universidad McGill, ejemplificó que los pacientes pueden decir: “Qué olor tan agradable. Huele tan dulce. Debe ser gasolina”.