Hay quienes dicen que los zapatos pueden hablar mucho sobre quién eres y lo que transmites a otros. Y si de zapatillas se trata, no hay ninguna duda que dejaron de ser vistas como un mero calzado con suela de goma o por su funcionalidad, para pasar a ser definitivamente un ícono de valor y un gran diferenciador de nuestra vestimenta cotidiana.
Hace un par de años, el amor y cuidado por las zapatillas era algo más vinculado a quienes se denominaban sneakerhead (Cabeza de zapatilla), fanáticos de este tipo de artículo que dedican tiempo y dinero a coleccionar, vender o intercambiar ejemplares que no se encuentran con tanta facilidad en el mercado.
En medio de eso, algunos amantes de las zapatillas se dieron cuenta de que, si querían darles larga vida a sus bienes, había que hacer algo al respecto. Para mantenerlas como nuevas y usarlas en ocasiones especiales no bastaba con guardarlas en cajas apiladas. Tenían que brindarles algo muy crucial: higiene.
A partir de ese momento, fueron poco a poco apareciendo jóvenes que ofrecían sus servicios para lavar zapatillas de otros. La idea era no solo dedicarse a aquellas que son de lujo, como las Air Jordan, Yeezy o Balenciaga, sino que de cualquier tipo para ampliar el nicho.
Con los productos adecuados, sumado a la dedicación digna de un artista, pueden revivir calzados que se consideraban perdidos y que iban a terminar en la basura.
Cuidar zapatillas de otros
Roberto “Tito” Zamora (36) es uno de los pioneros en este oficio. Desde pequeño que las zapatillas tienen un significado especial en su vida, hasta el punto en que las rabietas que más recuerda de su niñez son por haberle pedido un par de sneakers de moda a sus padres y que no pudieran comprarlos por distintos motivos.
Ese amor por el calzado siguió hasta su adultez y le permitiría, quizás sin saberlo, convertirlo en su propia fuente laboral.
Era el año 2017 y Roberto se sentía saturado de su trabajo. Como algunas de las zapatillas de su colección no estaban en buen estado, pensó que era una buena idea intervenirlas y restaurarlas con pintura para probar qué resultaba. Se convirtió en una especie de terapia porque combinaría dos de sus grandes pasiones: las zapatillas y el arte, ya que también le encantaba el graffiti.
La restauración de zapatillas, para darles una segunda oportunidad respetando el estilo original, sería el inicio del camino de Sneakersolution, el servicio de Roberto que hoy reúne más de 33 mil seguidores en Instagram. La restauración tuvo buenos resultados, pero también quería intentar con otras alternativas adicionales.
—Me dije “todo lo que pinto siempre lo tengo que lavar”. Así empezamos a buscar fórmulas para los líquidos. —cuenta Roberto a La Tercera— Yo diría que la mitad de la colección de zapatillas que tenía en ese entonces la perdí, porque fui haciendo prueba y error.
En ese mismo año fue incorporando otros servicios que hoy son el sello de Sneakersolution: lavandería y venta de productos de limpieza para las zapatillas.
Ahora los días de Roberto no paran de estar ocupados. Su refugio es un taller que instaló en su hogar en La Florida, donde posee todas las herramientas posibles para lavar, customizar y crear los kits de limpieza junto a otras tres personas. Antes, llegó a instalar tres sucursales de Sneakersolution en distintas ciudades, que luego por los efectos de la pandemia tuvo que cerrar.
A Sergio Cáceres (24) le ocurrió una experiencia similar. En 2019 cursaba su primer año de Ingeniería Civil Industrial cuando partió ofreciendo el servicio de lavandería de zapatillas a personas cercanas.
Unos meses después, Cáceres, un Sneakerhead declarado, percibió que prácticamente todos los productos de limpieza que se podían usar eran de origen extranjero. El problema ahí era que en ocasiones se descontinuaban o no tenían el resultado esperado, por ejemplo, al momento de sacar una mancha muy molesta.
—Todo comenzó por una necesidad mía como consumidor y que conocía el nicho de las zapatillas en Chile, entonces sabía que podría haber una oportunidad —dice Sergio a La Tercera.
En medio de esa búsqueda creó su propio shampoo básico biodegradable para lavar este tipo de calzado. Así se originó Sneakclean, como llamó a su emprendimiento. Y le funcionó bien: podía dejar las zapatillas como nuevas.
Con ese primer avance fue experimentando y ampliando la familia de productos, entre los que se incluyen otros más especializados para materiales como gamuza y toallas húmedas que permiten dar una limpieza exprés a las zapatillas cuando se está en la calle.
Después pudo instalar un local en Providencia, donde además de vender kits de limpieza, hace poco sumó nuevamente el servicio de lavandería. Si bien empezó solo en esto, ahora cuenta con un equipo de 6 personas.
Casi como algo caído del cielo, César Viñals (24) se percató unas semanas antes de que estallara la pandemia por Covid-19 en el país, que había todo un arte detrás de la limpieza y restauración de zapatillas. Toda su vida había sido busquilla y exploraba la forma de generar ingresos adicionales a sus empleos: antes, había vendido ropa americana y relojes.
Si bien César siempre había tenido un gusto por este calzado, fue su trabajo en dos tiendas de retail especializadas lo que lo llevó a enamorarse aún más de ese mundo.
Justo por esa época, en marzo de 2020, el joven se desempeñaba en un local de zapatillas cuando vio que existían productos especiales para mantenerlas en buen estado. Se animó y comenzó a intentar con las suyas, hasta que le comentó a un cliente de la tienda de retail que él sabía cuidarlas.
—Le conté todo y hasta el día de hoy es cliente fiel. Me empezaron a hablar de a poco otras personas, llegó la familia, después vinieron los amigos y luego gente que no conocía. Y ya no paré más —explica César a La Tercera.
El nacimiento de Sneakershower, su emprendimiento, coincidió con el inicio de la cuarentena. Esa fue una señal para no seguir dudando en lo que él creía que podría funcionar y crecer: dejó su antiguo trabajo para dedicarse de lleno a este nuevo oficio que lo apasionó.
En la actualidad lo que caracteriza a Sneakershower es la lavandería, la restauración y personalización de zapatillas. Eso sí, recalca César, lo más solicitado por los clientes siempre ha sido la limpieza. En su cotidianidad puede estar todo el día avanzando en los pendientes, ya que trabaja solo y con plazos determinados.
Hace poco agregó un nuevo proyecto más relacionado al contenido audiovisual, en el que entrevista y desafía con la limpieza de zapatillas a figuras conocidas, como el productor musical Fran C (detrás del beat de “Una noche en Medellín”).
Roberto, Sergio y César tienen algo en común: su oficio es custodiar y revivir pares de zapatillas, a través del ofrecimiento de diferentes servicios o la venta de productos. Se trata de un nuevo mercado que ha ido surgiendo explosivamente en redes sociales como Instagram, a la par del auge que están teniendo las zapatillas de lujo en Chile.
Hay una definición que puede ilustrar de mejor forma este fenómeno para quienes no lo comprenden al principio, expresa Roberto.
—Es muy simple, somos la actualización de los zapateros. Simplemente lo hacemos con el estilo y seguimos la línea del que diseñó las zapatillas. Es como lo mismo que pasó con los barberos, es parte de la misma ola.
El boom de la limpieza de zapatillas
El periodo de la pandemia vino a cambiar varios aspectos de la valorización de las zapatillas en el país. Las medidas sanitarias implicaron que muchas personas tuvieran que estar preocupándose por su higiene y también la de sus objetos personales, incluyendo la vestimenta y el calzado.
Si bien no fue un periodo fácil para muchos emprendedores debido a las dificultades económicas que trajo consigo la cuarentena, podría decirse que no ocurrió lo mismo con los cuidadores de zapatillas que tenían la posibilidad de trabajar con su taller en casa.
—Yo pensé “chuta, pandemia” pero todas las semanas tenía trabajo, nunca hubieron semanas muertas —cuenta César.
Sergio coincide en ese punto. Y también hace hincapié en otro factor fundamental que influyó en que surgieran varios exponentes de este oficio, lo que sigue ocurriendo hasta hoy: el alza del gusto por las zapatillas, especialmente entre los jóvenes.
—Nuestro boom fue el comienzo de la pandemia. Desde ahí el sector nicho de las zapatillas, que las colecciona o las cuida, solo fue en aumento. Nosotros también nos esmeramos en generar cultura, porque nos interesa educar a todo tipo de público en esto de la limpieza.
Quien conoce muy de cerca el mundo sneakerhead y vivió la transformación que ha tenido en el último tiempo es Natalia Martínez (30), también integrante de Sneakclean. Desde muchos hace años que colecciona zapatillas: es de las que va a lanzamientos especiales o siempre anda en búsqueda de modelos muy deseados y que cuesta encontrar.
—En Chile prácticamente hace unos años atrás obtener zapatillas limitadas era nulo, no llegaban, uno tenía que estar comprando online a páginas extranjeras. Como coleccionista te las rebuscabas, hasta que después el mercado se empezó a dar cuenta de que existía este grupo de coleccionistas y que cada vez eran más los que se interesaban por estos modelos exclusivos.
Tal como explica Natalia, en cierto momento las tiendas vieron que en Chile había una necesidad que cubrir y que la cultura sneakerhead estaba siendo algo de un interés mucho más masivo de lo que solía ser.
El 21 enero de 2021, en la prensa y en las redes sociales se difundió la noticia de que cientos de jóvenes se aglomeraron al interior del mall Plaza Vespucio de La Florida por una razón muy particular: el supuesto lanzamiento de las zapatillas Air Jordan 4 WMNS ‘Fish’, inspiradas en los materiales que tiene un traje espacial y cuyo valor ascendía a unos 150 mil pesos. No era información oficial de las tiendas, pero en las plataformas digitales se originó el rumor de que comenzarían a venderse ese día.
Fueron casi 200 personas las que hicieron extensas filas para poder tener la posibilidad de alcanzar uno de esos ejemplares tan codiciados. De acuerdo a medios nacionales, algunos incluso llegaron a acampar durante la madrugada de esa jornada y así ser los primeros en entrar al recinto comercial.
Como eran días donde el virus estaba en sus momentos más críticos, el hecho no pasó desapercibido. Los guardias de seguridad intentaron controlar que se respetara el aforo y el distanciamiento entre los asistentes, pero eso no fue muy cumplido, porque ninguno quería quedarse sin su par.
Ese hito permite entender un poco las barreras que se estaban derribando en el mundo sneakerhead chileno.
Roberto, quien ya lleva en esto varios años, cree que otro de los elementos que intervino en este mercado fue la explosión del género urbano en Chile. Y a eso, suma que el mensaje “de moda” instalado en la actualidad es que la limpieza y la pulcritud tiene que ser una prioridad.
—Todos aspiramos a andar “frescos” por así decirlo. Eso es salud. Después viene el estilo y todo lo que quieras, eso viene por añadidura. Hay gente que le gusta andar súper minimalista pero siempre impecable con sus zapatillas súper blancas, aunque no sean de una marca exclusiva.
Natalia recuerda que antes eso no era así. Por eso, dice, el cambio de esa mentalidad los ha beneficiado.
—Lo que se usaba años atrás era que si tenías las zapatillas más sucias, mejor. Eso con el tiempo se invirtió y ahora hay una preocupación súper grande de parte de gente de distinta edad de andar con las zapatillas limpias.
El futuro del oficio
Como ha ocurrido con otras personas que deciden independizarse con sus pymes, el espacio escogido por todos los que incursionaron en la limpieza y customización de zapatillas fue Instagram.
Al bucear unos momentos por la red social en búsqueda de este rubro es posible hallar no solo las cuentas de Roberto, Sergio y César, sino que aparecen las de otros que también ofrecen servicios de lavandería, productos o restauración. Y no es que hayan solamente en la capital: también hay oferta en regiones.
Una parte importante del mundo de las zapatillas radica en el contenido que se debe hacer constantemente en esa plataforma para poder cautivar al público. Las historias, fotos y reels de los antes y después luego de una limpieza o restauración, pueden llegar a impactar a quien recién está conociendo que existe este tipo de servicio.
—Intentamos que el seguidor de Sneakclean sienta que no lo dejamos abandonado nunca, que siempre pueda preguntarnos de cómo limpiar las zapatillas correctamente. Por eso siempre estamos generando contenido de eso —dice Sergio.
Si bien este pequeño mercado acumula un par de años desde los primeros precursores, aún así se trata de una apuesta en que sus trabajadores confían que seguirá expandiéndose y ganando adeptos en el tiempo. Hay un sentimiento común: el cuidado de las sneakers llegó para quedarse.
—A veces miro para el lado a otros amigos y compañeros que están en otros rubros que les ha bajado mucho el trabajo y digo “chuta, nosotros tenemos harta pega, nunca para”. Siempre estamos con nuevas cosas —apunta Roberto. Cree que mientras se sumen jóvenes o adultos a este trabajo, será aún mejor para todos.
En el caso de Sergio, que inició en esto cuando apenas tenía 19 años, se trata de su primer trabajo y pone toda su confianza en ello tal como lo hizo desde un inicio. Por sus experiencias en todos estos años, está seguro de que el cuidado e higiene dejó de ser cosa de coleccionistas.
—Se han ido valorizando mucho más las zapatillas, ahora es mucho más caro tenerlas. La gente está pensando más en cuidar el ciclo de sus zapatillas de la forma correcta para que duren más.