Una de las cosas que más extrañan los astronautas mientras están en misión fuera del planeta es la comida fresca. Esta es una de las razones por las que distintos investigadores busquen la forma de cultivar algunas verduras al interior de la nave.
Recientemente, los miembros de la Estación Espacial Internacional (EEI) pudieron disfrutar de unas lechugas cultivadas en el espacio y próximamente los porotos plantados en maceteros de alta tecnología también podrán ser parte del menú gracias a un trabajo que desarrolla la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología (NTNU).
Silje Wolff, fisióloga del Centro para la Investigación Interdisciplinaria en el Espacio (CIRiS), que es parte de NTNU Social Research, recientemente terminó un experimento que involucró el cultivo de lechuga en el espacio. La lechuga fue plantada en un suelo artificial hecho de roca volcánica para que crecieran en contacto directo con el agua y los nutrientes que se adicionaron. Según Wolff, "el sueño de cualquier astronauta es poder comer alimentos frescos, como fresas, tomates cherry o cualquier cosa que sea realmente sabrosa. Algún día será posible. Prevemos un invernadero con varias variedades de vegetales", dice la investigadora
Considerando que las misiones de la EEI pueden durar hasta seis meses, que un viaje a Marte demora al menos un año, "desarrollar un sistema biológico para que los astronautas puedan producir sus propios alimentos y reciclar todos los recursos" es una necesidad, insiste Wolff. Algo que les permite complementar los alimentos liofilizados y envasados al vacío que comen hoy.
"Los astronautas luchan con tener poco apetito. A menudo pierden peso. Uno de nuestros objetivos es abordar el aspecto psicológico de comer algo fresco. La comida envasada al vacío no le recuerda a la comida. Tener algo fresco que despierte el apetito y lo correcto Los receptores en el cerebro son importantes ", señala la investigadora.
NTNU y CIRiS están colaborando con investigadores italianos y franceses en su búsqueda por cultivar alimentos basados en plantas para largos viajes espaciales. Esto incluye probar sistemas de plantación y de regulación de la absorción de agua y gases como hidrógeno y oxígeno.
El siguiente paso es cultivar frijoles en el espacio para observar el efecto de la no gravedad en la capacidad de las plantas para transportar agua y absorber nutrientes. Para eso están probando en la Tierra el crecimiento de porotos es una especie de centrífuga que cada cierto tiempo, rota para asemejarse a esta falta de gravedad.