En 2017, entre enero y mayo, en el país se habían realizado 195 trasplantes de órganos gracias a 79 donantes. Fue un gran inicio para el que finalmente se anotó como el año en que más trasplantes se hicieron y más donantes hubo. Según los registros del Ministerio de Salud (Minsal), en 2017 se hicieron en total 457 trasplantes gracias a 173 donantes.
Este año, la situación es diametralmente opuesta. Entre el 1 de enero y el 23 de mayo se han realizado 134 trasplantes de solo 45 donantes. Si en 2017 hubo 10 donantes por cada millón de habitantes -cifra récord celebrada por autoridades, especialistas y pacientes- la proyección para 2018 es pesimista, pudiendo convertirse en la tasa de donantes más baja de los últimos 20 años. Si a mayo del año pasado la tasa era de 4,6 donantes por millón de habitantes, hoy, a igual fecha, es de apenas 2,6.
¿Qué pasó? La ley de donación de órganos creó un registro de no donantes. Entre 2010 y 2013, a este registro ingresaban quienes al momento de renovar su carnet o su licencia de conducir contestaban que "no" a la pregunta de si querían ser donantes. Luego, una modificación terminó con esa modalidad y estableció que todos los chilenos son donantes universales, salvo que se señale esta negativa expresamente. Hoy, según el Minsal, el registro tiene unos 4 millones de personas. De ellas, 3,8 millones manifestaron su negativa al renovar sus documentos y menos de 15 mil fueron a la notaría.
A fines del año pasado, la Contraloría General señaló que no se puede consultar a la familia de un fallecido por la voluntad de donar cuando este es parte de este registro. Según Jorge Morales, exjefe de Nefrología y Trasplante del Hospital Barros Luco Trudeau y de Clínica Las Condes, es una de las razones por las que hoy no hay donantes. Además de la falta de conciencia respecto de la importancia de la donación, la "desafortunada redacción de leyes de donación y trasplantes que han adolecido de inspiración y motivación nos han llevado a esta baja".
Erwin Buckel, jefe del Programa de Trasplante de Clínica Las Condes, coincide. "Esta es una debilidad. Tampoco está claro cómo salirse de ese registro. Hay personas que están en él y que nunca fueron consultadas. Hay dos médicos del equipo de trasplantes que están en la lista, pero nunca se les preguntó y no pueden salir", señala
La directora de la recién cerrada Corporación de Trasplante (ver nota secundaria), Ana María Arriagada, cree que el dictamen de la Contraloría se refleja en el número de donaciones porque el 40% de los mayores de 18 años es parte de él. Antes de terminar con el trabajo de la Corporación, alcanzaron a enviar una solicitud al contralor para que interprete la ley desde el derecho a la vida de los pacientes que esperan un órgano para seguir viviendo y seguirán insistiendo junto a familiares de donantes, pacientes trasplantados y en listas de espera.
Jorge Morales, junto al exministro de Salud Jaime Mañalich y otros especialistas están en conversaciones con el senador Guido Girardi, presidente de la Comisión de Salud del Senado y autor de la ley de donante universal, para presentar un nuevo proyecto de ley que modifique este registro. "Una forma de enmendar la situación es que las personas que dijeron no al momento de renovar sus documentos vayan al notario y refrenden su decisión sin costo, con facilidades de horario, y el que no va se convierte en donante universal", dice Morales.
José Luis Rojas, coordinador de Trasplantes del Minsal, reconoce que el dictamen quebró la tendencia al alza que traía la donación. "El promedio de donantes es 120 al año. El 2017 fue muy bueno y de los 173 donantes, cerca del 20% estaba inscrito como no donante, pero consultada su familia accedió a la donación porque había cambiado de opinión o había dado su deseo de ser donante", señala Rojas.
Adelanta que es difícil que el registro sea invalidado, pero dice que se analizan salidas legales como "devolverle a la familia la voluntad de que su familiar sea donante, como se hace en todo el mundo".
Fin de la Corporación de Trasplantes es definitivo
El viernes recién pasado, la Corporación del Trasplante anunció que tras 28 años de funcionamiento cerraba sus puertas. Desde hace siete meses que no recibían recursos estatales para funcionar y los funcionarios que recibían sueldo no lo hacían hace cinco.
La directora de esta institución, Ana María Arriagada, dice que en esta decisión no hay vuelta atrás. "Si bien el ministro de Salud dijo hace dos semanas que los recursos iban a estar, nunca recibimos ninguna comunicación formal de aquello. Nos reunimos con él a las dos semanas de que asumió, planteamos la situación, pero no pasó nada. Hasta ahora (mediodía del lunes) tampoco nos han llamado y eso nos parece una falta de respeto. No me puedo dar por enterada por un WhatsApp. No somos ni invitados ni aparecidos. No podemos funcionar sin recursos y este atraso hace que hoy no tengamos la fuerza ni la capacidad para solventar nuestro trabajo", reclama Arriagada.
José Luis Rojas, coordinador de Trasplantes del Minsal, señala que los recursos estaban comprometidos y que en estas dos semanas se hizo la refrendación presupuestaria y se trabajó en el convenio que se terminó recién entre jueves y viernes, día en que la corporación anunció su cierre. "Pensábamos, después de esto, sentarnos a conversar. Lo que hubo es quizás ausencia de tiempos razonables. Esta era una situación que se venía arrastrando desde el año pasado", dice Rojas.
Según Arriagada, no hay pie atrás en la decisión. "Hoy preferimos que con ese dinero el Minsal se haga cargo del apoyo a las agrupaciones de pacientes, a los atletas trasplantados. Los proyectos los tenemos listos, que ellos los ejecuten. No cerramos porque queremos, ni porque hayamos completado la tarea, es porque no podemos más".