En base a las novelas negras que publican y a las series de detectives que producen, se podría albergar la idea de que entre los habitantes de los países escandinavos existe una inusual abundancia de asesinos seriales, depresivos con tendencias homicidas y sicópatas depravados. Sin embargo, todo indica que en realidad constituyen una población bastante tranquila e inusitadamente feliz.

En Copenhague, la capital de Dinamarca, donde a las cinco de la tarde todas las personas dejan su trabajo y suben a sus bicicletas para llegar a casa temprano, la felicidad asume distintos rostros: si el clima no es particularmente inclemente, pueden ir a cosechar tomates en el jardín comunitario que han creado con sus vecinos; pero si el frío arrecia, se pueden encender velas y arrebujarse junto a la chimenea para leer la novela o ver la serie sobre el criminal desequilibrado que corresponda, o bien ingerir considerables cantidades de preparaciones azucaradas.

Parte de estas actividades es lo que los daneses llaman "hygge", un concepto aparentemente de difícil traducción y que ha ayudado a popularizar un importante experto en la felicidad global, Meik Wiking, director ejecutivo del Instituto para la Búsqueda de la Felicidad de Copenhague e invitado principal al seminario "Cómo influye el lugar donde vivimos en nuestra felicidad", organizado por la Universidad de los Andes y la Inmobiliaria FG, para el 12 de junio. Wiking es, además, autor de los libros Hygge. La felicidad de las pequeñas cosas y Lykke. En busca de la gente más feliz del mundo, que son una suerte de guías prácticas sobre lo que nos hace felices.

"Hygge" y "Lykke"

Una de las cosas que las personas felices tienen en común, al parecer, es que viven en Dinamarca, como lo hace el propio Wiking. En uno de sus libros menciona que en el promedio combinado de los "informes mundiales de felicidad" desde 2013 a 2017, este país se sitúa en el primer lugar, aunque en los dos últimos informes ha estado en el segundo puesto, tras Finlandia. Los países escandinavos, de hecho, suelen figurar alto en tales reportes, por lo que si algunas sociedades son más felices que otras, el modelo nórdico del Estado de bienestar tendría algo que aportar.

Wiking, por supuesto, no lo ignora, pero utilizando a Dinamarca como ejemplo, en su libro Hygge sugiere que la felicidad está en "las pequeñas cosas": velas, ciertos rituales compartidos. Aparentemente, un elemento esencial es la comida e informa que los daneses consumen el doble de cosas dulces (especialmente pasteles) que los europeos. Para ser verdaderamente "hygge" es necesario consumir mucho chocolate y torta (en su libro incorpora recetas). Pero en su libro Lykke (la palabra danesa para la felicidad), busca un alcance más amplio al explorar cómo otros países se enfrentan al camino de la felicidad.

-¿Cuáles son los secretos de la forma danesa de vivir bien?

-Los daneses somos excepcionalmente buenos para disociar la riqueza y el bienestar. Una vez que se satisfacen nuestras necesidades básicas, nos damos cuenta de que más dinero no conduce a la felicidad y, en cambio, nos enfocamos en lo que nos brinda una mejor calidad de vida.

-¿Puede decir algo acerca de la noción danesa de "hygge"?, ¿es exportable a otros países?

-"Hygge" se le ha llamado a todo, desde "el arte de crear intimidad", "comodidad del alma" y "cacao a la luz de las velas". Algunos de los ingredientes clave son la unión, la relajación, la indulgencia, la presencia y el confort. En mi opinión, la verdadera esencia de "hygge" es la búsqueda de la felicidad cotidiana. Es básicamente como un abrazo, sin el toque físico. "Hygge" no es algo de lo que los daneses sean dueños. "Hygge" puede ser algo para todos en todos los países.

-En Lykke dice que le consultan constantemente cuán feliz es. Reconocerá que es difícil no hacerle esa pregunta: ¿es usted una persona feliz?

-Creo que soy tan feliz como un danés promedio. Para mí, tener una familia sana y amorosa, buenos amigos, mucha libertad personal y sentir pasión por aquello en lo que te pasas la mayor parte de tus horas de vigilia es una buena base para recibir la felicidad.

-La segunda pregunta que más le hacen es cómo se mide la felicidad. No ha de ser fácil. ¿Cuál es la metodología de investigación sobre algo tan subjetivo como la felicidad?

-En contraste con medidas objetivas como el PIB, la medición de la felicidad o el bienestar personal es algo inherentemente subjetivo. Sin embargo, a pesar de que muchas personas pueden ver esto como una debilidad, deben tomar conciencia de sus beneficios. La idea principal de las medidas de bienestar subjetivo es que es la propia persona la que mejor sabe cómo lo está haciendo. Y eso es exactamente lo que estamos tratando de medir y cuantificar. Hay que tener en cuenta que también estamos midiendo la ansiedad y las depresiones de manera igualmente subjetiva. Aunque medir la felicidad es subjetivo, no significa que sea imposible de cuantificar. Expertos de la OCDE probaron métodos para medir el bienestar subjetivo y descubrieron que esas medidas coinciden con muchas de nuestras hipótesis (que son bastante precisas). Por ejemplo: ¿Cree que las personas enfermas son menos felices que las personas sanas? Probablemente sí. Y las mediciones de bienestar subjetivo concluyen lo mismo.

-¿La felicidad se relaciona con las elecciones individuales o está conformada por la sociedad?

-Ambas. Hay algunas cosas que puedes hacer personalmente para aumentar tu felicidad. Por ejemplo, priorizar a los amigos y a los familiares, practicar mindfulness o seguir un estilo de vida saludable. Sin embargo, también hay otras cosas como el sistema educativo o los servicios sociales de un país que contribuyen a su felicidad, las cuales sólo pueden ser cambiadas por la sociedad o los responsables políticos.

En busca de la felicidad

La búsqueda de la felicidad alguna vez fue una cuestión filosófica. Pero ahora se ha convertido, como casi todas las cosas, en algo económico. El PIB ha sido la medida predominante de la calidad de vida. Pero si el dinero es un factor importante, no es el único.

Lykke, una obra más ambiciosa que Hygge, distingue distintos aspectos de la felicidad, como la unión, el dinero, la salud, la libertad, la confianza y la bondad, dominios que surgen como resultado de los análisis que hizo Wiking de los Informes Mundiales de la Felicidad, que son los factores que construyen un país feliz.

-Según sus estudios, ¿cuáles son los ingredientes fundamentales para alcanzar la felicidad?

-Si miramos la felicidad a través del mundo, la riqueza económica y las relaciones sociales son factores muy importantes. Sin embargo, mientras que la riqueza económica es crucial para la felicidad en los países donde no se satisfacen las necesidades básicas, desempeña un papel menos importante en los países desarrollados. En éstos, a medida que se satisfacen las necesidades básicas, las relaciones sociales son el motor más importante para la felicidad. Tener amigos, personas que te entienden o una familia que te ama es fundamental para nuestras vidas. Aparte de estos dos factores, hay otros: la esperanza de vida saludable (tanto física como mental), la libertad para elegir, bajos niveles de corrupción, la generosidad.

-También por estos lados tenemos estudiosos (y practicantes) de la felicidad. Una de las más visibles es Pilar Sordo, para quien "la felicidad no tiene nada que ver con la alegría y puedes estar feliz estando triste". ¿Qué piensa?

-La felicidad es un término paraguas y puede subdividirse en tres dimensiones. La dimensión afectiva mide la felicidad como un sentimiento que cubre alegría, tristeza, ansiedad, etc. Al medir esta dimensión, vemos que los niveles de felicidad fluctúan mucho. Depende de los sentimientos que el entrevistado tuvo durante el día, a veces los días pueden ser relajados, a veces estresantes. Parece que Pilar Sordo se refiere a la dimensión cognitiva de la felicidad, que se utiliza principalmente para medir la felicidad a largo plazo. En esta dimensión, se le pide al entrevistado que evalúe su vida en general y tiene que pensar (de ahí, lo de cognitivo) sobre eso. Sentimientos como la alegría y la tristeza no tienen un impacto significativo en esta dimensión. La última dimensión, la eudaimónica, mide la felicidad en términos de propósito: cuanto más resuelta sea la vida de una persona, mayor será su puntuación en esta dimensión.

-Los países escandinavos siempre ocupan un lugar destacado en los informes sobre la felicidad mundial. Hay quienes piensan que estas tablas de clasificación tienen menos que ver con la felicidad que con el bienestar.

-Los Informes de Felicidad Mundial crean clasificaciones al medir la dimensión cognitiva de la felicidad. No incluyen la dimensión afectiva / emocional de la felicidad. Como muchas personas asocian la felicidad con la dimensión afectiva, esto puede confundir a la gente respecto de los informes. Una manera más correcta de decirlo sería afirmar que los Informes de Felicidad Mundial están midiendo la satisfacción vital.

-Este año el primer lugar, por segunda vez consecutiva, lo tiene Finlandia. ¿No le da una rabia totalmente poco "hygge" que los finlandeses sean más felices que los daneses?

-No. Que Finlandia haya sido el país más feliz del mundo dos veces seguidas es sólo otra confirmación de que el modelo escandinavo es bueno para traducir el bienestar en felicidad. Estoy seguro de que los daneses son bastante felices teniendo el lugar número dos.

-Chile, según su himno nacional, es la "copia feliz del Edén". Pero en el informe más reciente sólo ocupa el puesto 26 de felicidad. Uno de los dos -el himno o el informe- está errado...

-Lo siento, en realidad no sé qué contestar.

-Participará en el seminario sobre cómo el lugar donde vivimos influye en la felicidad. ¿Cómo afecta el diseño de las ciudades al bienestar de sus habitantes?

-El diseño de una ciudad sin duda afecta la felicidad de sus habitantes. Sólo por nombrar algunos aspectos, la forma en que se diseñan los espacios públicos influye en la felicidad de la población. En el "Informe de políticas de felicidad globales" de 2019 se ha mencionado que generar áreas adecuadas para sentarse, wifi y espacios verdes para las personas son impulsores de la felicidad en una ciudad. Se ha detectado que los autos tienen un impacto negativo en la felicidad de las ciudades, mientras que crear infraestructura para andar en bicicleta contribuye positivamente.

-Lo que podría bendecir la vida para un urbanita puede ser el purgatorio para un amante de la vida rural. ¿Existen diferencias en los niveles de felicidad de las personas en las ciudades y en el campo?

-Esto depende del país mismo. Hemos estado estudiando que en algunos países europeos parece haber una diferencia, pero en otros no parece. En lo que respecta a Chile, primero tendríamos que medir el tema para ver si hay una diferencia en los niveles de felicidad.

-Los chilenos no somos muy sonrientes. ¿Qué consejo nos darías para vivir una vida más alegre o, si se quiere, más "hygge" o "lykke"?

-Hay muchas cosas que las personas pueden hacer para mejorar su felicidad y es difícil hacer un listado. Lo más importante es que hagamos algo que esté mediado por los impulsores de la felicidad, y los más importantes son: las relaciones sociales, la riqueza económica, la salud física y mental, la libertad, la confianza y la amabilidad. Una cosa con impacto podría ser ir de paseo con uno de tus mejores amigos o un miembro de tu familia.

Hygge

Autor: Meik Wiking

Páginas: 288

Editorial: Libros Cúpula, 2017

Precio: $ 16.900

Lykke

Autor: Meik Wiking

Páginas: 288

Editorial: Libros Cúpula, 2018

Precio: $ 16.900