Los alrededores del lago Llanquihue no nos dejan de impresionar. Creemos que lo hemos visto todo, cuando en realidad nos faltan muchas cosas por descubrir. Una de ellas es el río Maullín, la única desembocadura del Llanquihue al mar, la cual no sólo cumple una función indispensable como desagüe natural, sino que además nos entrega una enorme riqueza. Por eso, si eres amante de la naturaleza, sobre todo de las aves, éste es el próximo lugar que deberías ir a navegar y conocer.

La popularidad de Puerto Varas, Frutillar, Llanquihue y Puerto Octay va en ascenso. Miles de personas llegan a estos lugares con ansias de conocer y disfrutar de un sector lleno de cultura, entretenciones y paisajes.

Todos los que van a esa zona le dedican un tiempo a conocer y recorrer el lago Llanquihue. Sin embargo, pocos saben de la existencia del silencioso río Maullín y menos de su exuberante belleza y la posibilidad de navegarlo en una embarcación que invita a conocer sus mayores tesoros: las aves que lo habitan.

El nacimiento del río se forma en Llanquihue, a sólo unos metros del antiguo puente de esta ciudad. Allí se puede tomar la navegación en catamarán que ofrece la empresa familiar Exploradores del Río Maullín que, tal como explican, se trata de una familia que lleva aproximadamente 50 años viviendo en los alrededores del río y cuyos conocimientos han sido traspasados de manera oral y experiencial de padre a hijo a través de varias navegaciones por el río. Guillermo Vargas es quien guía este recorrido de 14 kilómetros que durante varias horas pasa entre enormes manglares de arrayanes, pataguas, lumas y otros árboles sumergidos, rodeados de una inmensa población de aves de distintas especies.

Hoy se calcula que el río Maullín alberga a más de 90 aves, entre ellas casi un 65% del total de especies acuáticas chilenas, además de aves migratorias. No por nada el Municipio de Maullín, en conjunto con varias organizaciones ambientales locales, ha impulsado la propuesta de convertir los humedales del río Maullín en un santuario de la naturaleza. (Éstos humedales también fueron incluidos dentro de los 40 sitios prioritarios a protegerse entre 2018 y 2022, como parte del Plan Nacional de Protección de Humedales presentado por el actual gobierno).

Entre las aves que pudimos encontrar había patos, colibríes, siete colores, un martín pescador, la garza cuca y garza grande, entre otros.

No importa si no eres un especialista en aves, el avistamiento está organizado de tal manera que cualquiera pueda aprender y disfrutar de esta riqueza natural. Incluso es una actividad perfecta para niños y adultos mayores. Además, cada tour incluye dos bajadas a la costa ribereña en donde se hacen unas caminatas cortas por senderos totalmente insertos en la naturaleza y en los cuales se pueden conocer atractivos como la vertiente del Chucao.

Es importante saber que para poder realizar este paseo es necesario hacer reservas con anticipación. Se puede hacer cualquier día de la semana en dos horarios (10 a.m. o 3 p.m.) y tiene una capacidad máxima de hasta 15 personas por tour.

Por último, no se puede ignorar la amenaza que hoy enfrenta el río Maullín. A pesar de su belleza y su importantísimo rol en la zona, no existe suficiente conciencia de la población ni de las empresas vecinas en Llanquihue. Mientras recorríamos sus aguas, pudimos ver que los primeros kilómetros están saturados de basura debido a que muchos de los desechos arrojados en el lago terminan llegando hasta el río. Y sin ir más lejos, el 2018 se comenzó una investigación debido a las demandas contra Essal por contaminación con aguas servidas.

Vale ir a conocer este lugar increíble, aprender de él y aprovechar de ayudar a su preservación para que pueda seguir siendo el gran albergue natural que es hoy en día.

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