Tenía 30 años cuando me convertí en tía y madrina de Gracia, quien llegó a robarse mi corazón, mis ideas y mi profesión. A hacer que me replanteara todo, que sintiera aún más las injusticias externas como propias. Que me decidiera a sacar la salud mental de las cuatro paredes de un box de atención y quiera convertirla en una causa social de la que todes somos responsables. Que que mirara a las niñas como las agentes de cambio más poderosas.

La Gracia tenía un año y medio y fuimos a una tienda. Chillaba de felicidad frente a un espejo. Se miraba con un amor genuino, le daba besos a su reflejo y se moría de la risa frente a un objeto que en ese momento de su vida -y trabajaré para que nunca lo sea- no era su enemigo. Me derretí de amor, pero después se me apretó el pecho y no pude sacarme de la mente todos los fantasmas que a cierta edad empiezan a meterse en tu cabeza y que convierten esas miradas de amor genuino en autocríticas, en exigencias y en "debeísmos".

En simple, hay tres fuentes principales de aprendizaje y de construcción de estereotipos: la crianza; la entrada a la educación formal; y la comunicación de masas. La primera depende directamente de los cuidadores primarios. La segunda, del sistema educativo. Y la tercera se define como "la interacción entre un emisor único (o comunicador) y un receptor masivo (o audiencia)". Es decir, medios de comunicación, campañas de publicidad, estrategias de marketing, el imperio comunicacional del retail, redes sociales, "influencers" y todo lo que está en cada rincón de nuestra cultura.

¿Hay regulación pública o autorregulación consciente de esta tercera fuente? NO.

¿Hay cifras de cómo impacta en la construcción de autoestima e identidad de nuestr@s niñ@s?.

¿Hay evidencia de cómo su desregulación es uno de los factores de diferentes trastornos y síntomas a la salud mental de las personas? .

¿Hay teorías de cómo esta desreglamentación es parte importante y esencial en la construcción de brechas de género en la actualidad? .

¿Hay prevención en el sistema educacional de cómo tener herramientas para tener una perspectiva crítica y realista ante esta comunicación de masas? NO.

El 47% de las niñas entre 10 y 16 años en Chile siente presión por verse bonita. El 36% ha dejado de hacer algo que le gusta por sentirse insegura de su apariencia física (incluso levantar la mano para dar su opinión). Sólo el 53% respondió que tiene un "modelo a seguir en su vida" (¿y el 47% restante?). El 58% de las niñas entre 14 y 25 años en Chile respondió que su principal preocupación en la vida es su apariencia física.

¿No es esto una RESPONSABILIDAD SOCIAL? ¿No es esto la base del iceberg de la violencia de género?

¿No es esta la paradoja más hipócrita de un país movilizado por el tema? ¿Un Estado que abre agendas de género, pero que no ve la urgencia de poner atención en lo que los medios y la publicidad les dicen a las niñas?

Esto se llama violencia simbólica y con esto crecemos las mujeres desde que nacemos, sin elegirlo y sin siquiera salir a la calle.

*Sicóloga, fundadora Colectivo Social La Rebelión del Cuerpo y presidenta de la Fundación Niñas Valientes