Quedan tres meses para que termine el 2024 y el fenómeno La Niña todavía no se terminó de desarrollar. Los científicos han explicado que una serie de factores, como el calentamiento global, estaría provocando la incertidumbre de que este evento del clima se instale de una vez por todas.
No obstante, un reciente informe de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) actualizó el estado de La Niña y advirtió que ya nos encontramos en transición.
Aunque el desarrollo está marchando lento, las temperaturas superficiales del mar de distintas zonas del océano Pacífico están cerca o por debajo del promedio.
Estas son todas las actualizaciones que hizo la NOAA respecto al fenómeno.
Qué es el fenómeno La Niña
El fenómeno La Niña es una de las tres etapas que comprende El Niño Oscilación-Sur. Sucede cuando la temperatura superficial del mar del océano Pacífico ecuatorial se enfría por debajo del promedio (-0.5 grados Celsius).
Usualmente, se presenta después de un fenómeno El Niño (que también es otra etapa), que se da cuando las condiciones son al revés. Es decir, cuando el océano Pacífico ecuatorial se calienta por encima de lo normal (+0.5 grados Celsius).
En cambio, cuando ninguna de estas fases está activa, se dice que estamos en la etapa Neutral.
El seguimiento de estos fenómenos es importante, pues su desarrollo e intensidad tienen la capacidad de cambiar el clima en la atmósfera y provocar desastres naturales, como inundaciones, sequía, incendios, deslizamientos de tierra, entre otros.
Cuándo llega el fenómeno La Niña según la NOAA
Según el informe más reciente de la NOAA, publicado el pasado 30 de septiembre, actualmente continuamos en “condiciones neutrales respecto de ENSO”. Es decir, todavía no se ha terminado de establecer el fenómeno La Niña.
No obstante, aseguraron que las temperaturas superficiales del mar oriental central y oriental están “cerca o por debajo del promedio”.
Sin embargo, las del océano Pacífico occidental están por encima de la media todavía.
“Las temperaturas por debajo del promedio se mantienen en profundidad en el Océano Pacífico central-oriental, mientras que las temperaturas por encima del promedio prevalecen en profundidad y cerca de la superficie en el Pacífico occidental”, informaron desde el organismo.
Es por esto que se mantiene la predicción de que La Niña se establezca entre octubre y noviembre (con un 71% de probabilidad) y que persista durante enero, febrero y marzo de 2025.
Además, el modelo climático de la NOAA indicó que en octubre de 2024 entramos a una transición a La Niña.
Estas predicciones se basan en las mediciones de la temperatura del mar: desde marzo de este año, las temperaturas del mar han sido “cercanas o inferiores a la media”, el primer indicador de que La Niña estaba formándose después de un intenso El Niño, que provocó olas de calor y récords de altas temperaturas sin precedentes en el mundo.
Pero también se toman en cuenta los pequeños cambios que comienzan a notarse en la atmósfera.
Por ejemplo, la NOAA estableció que desde mediados de septiembre de este año, han persistido anomalías de “convección y lluvia suprimida” en algunas zonas del océano Pacífico.
Y es que La Niña suele estar relacionada con menores precipitaciones en esta región.
Además, el Índice Niño Oceánico (ONI), que suele ser el principal indicador de la fase en la que nos encontramos de estos fenómenos, marcó 0.1 ºC entre junio y agosto de 2024 y, para declararse que el fenómeno La Niña llegó, éste debe ser menor o igual a -0,5 ºC.
Cuáles son los efectos de La Niña en el clima
Los efectos del fenómeno La Niña varían según la zona y países: por ejemplo, los territorios afectados por las intensas precipitaciones de El Niño ahora tendrían largos períodos de sequía, mientras que los que casi no tuvieron lluvia durante El Niño, es probable que ahora tengan períodos más húmedos.
Al menos en Chile y gran parte de Sudamérica, cuando se instala La Niña, las temperaturas suelen “equilibrarse” y bajar considerablemente. La lluvia se vuelve escasa y se acrecienta la sequía que ya se vive desde hace décadas.
Sin embargo, según un pasado reporte de la NOAA, se predice que este año tendremos “una La Niña débil y de corta duración”.
“La continuación de las temperaturas negativas del subsuelo y el aumento de las anomalías de los vientos del este en niveles bajos respaldan la formación de un fenómeno de La Niña débil”, escribieron.
Adicionalmente, establecieron que “la fuerza probable de La Niña que se avecina se hará más clara a medida que nos acerquemos (...) Por supuesto, también es importante recordar que la fuerza de un determinado El Niño o La Niña no es un buen predictor de la fuerza de los impactos de la temperatura o la precipitación en un lugar particular”.
Sin embargo, existe mucha incertidumbre en el mundo científico respecto a los reales efectos que tendrá el fenómeno, pues el planeta está viviendo una situación sin precedentes con el cambio climático y el calentamiento global.
Esto, hace que sea complejo anticipar cómo cambiará el clima en la atmósfera, algo que preocupa a los investigadores, pues estos fenómenos suelen afectar en desmedida a algunos países y, en especial, a las personas más vulnerables.
También afecta a las cosechas de algunos países y perjudica gravemente a aquellos cuyas economías dependen, en gran parte, de la agricultura. Un ejemplo de ello es Argentina, Brasil y Colombia.