Agosto ya cumplió una semana y todavía no hay indicios de La Niña. Según los modelos de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA), el fenómeno debería establecerse en este trimestre (agosto, septiembre, octubre) con un 70% de probabilidad.
No obstante, las condiciones de los océanos —que deben enfriarse al menos 0,5 °C— todavía no han cumplido los requisitos para que hablemos de la instalación de La Niña.
En esta línea, ha sido muy difícil para las agencias e institutos de meteorología poder predecir con exactitud cuál es la fecha de llegada certera de este fenómeno que cambiará el clima del mundo. Y es que, como muchas cosas en la naturaleza, el comportamiento de La Niña ha sido impredecible.
No obstante, la Oficina de Meteorología de Australia (BoM por sus siglas en inglés) ha propuesto una nueva fecha de llegada, confirmando así que el fenómeno todavía tardará unos meses en aparecer.
Cuándo es la nueva fecha de llegada del fenómeno La Niña
“Es probable que ENSO (El Niño-Oscilación del Sur) se mantenga neutral al menos hasta principios de la primavera”, aseguró la Oficina de Meteorología de Australia (BoM), en su último reporte publicado el pasado martes.
Según explicó la institución, tres de los siete modelos climáticos “sugieren la posibilidad de que las temperaturas de la superficie del mar alcancen el umbral de La Niña (por debajo de -0,8 °C) en octubre. Los cuatro modelos restantes sugieren una continuación de ENSO neutral durante todo el período de previsión”
Para entenderlo mejor, el ENSO tiene tres etapas: El Niño (temperatura del mar sobre el promedio), El Niño (temperatura bajo el promedio) y Neutral. Actualmente, nos encontramos en la fase Neutral, es decir, la temperatura del mar se mantiene ‘estable’, en una temperatura promedio.
Los científicos, para afirmar que nos encontramos con el fenómeno La Niña, deben cerciorarse de que las temperaturas han bajado debajo del promedio. Hasta que eso pase, el mundo se mantendrá en la fase Neutral del ENSO.
En esta línea, el BoM aseguró que la fecha de llegada de La Niña se retrasará al menos hasta la primera semana de octubre.
Este pronóstico coincide con el del Centro de Predicción Climática (CPC) de Estados Unidos, que aseguró que la transición a La Niña sería entre agosto y octubre. No obstante, el organismo australiano apunta a que debiese suceder con más certeza después de que comience la primavera austral, el 22 de septiembre.
A principios de año, se creía que La Niña comenzaría en el invierno del hemisferio sur (en junio o julio), no obstante, según explicó el CPC, después de un intenso El Niño que aumentó la temperatura superficial del mar en desmedida, durante todos estos meses el océano ha estado intentando enfriarse de a poco para llegar a La Niña.
Según el último reporte del pasado lunes, el CPC añadió que el valor más reciente de la temperatura del océano es de 0,40 °C. Para hablar de una Niña, las desviaciones mensuales debieran alcanzar menos de 0,50 °C mensuales, con “características atmosféricas constantes”.
Además, esta baja de temperatura debería persistir durante tres meses consecutivos.
El pronóstico de la NOAA sobre la próxima llegada de La Niña
Un nuevo reporte de la NOAA fue emitido este viernes, donde el pronóstico de la llegada de La Niña no ha cambiado, en comparación al último mes: nos mantenemos en una fase neutral, mientras que existe un 70% de probabilidad de que La Niña comience entre agosto, septiembre y octubre.
En caso de que no se establezca el fenómeno, hay un 79% de probabilidad de que sí lo haga entre noviembre, diciembre y enero.
Es decir, para el organismo estadounidense, es altamente probable que este verano austral ya estemos con el fenómeno La Niña.
“El equipo de pronóstico anticipa que la transición ocurrirá antes (agosto-octubre). Esto se apoya, en parte, en la continuación de las temperaturas subsuperficiales del océano por debajo del promedio y los pronósticos a corto plazo que sugieren un resurgimiento de las anomalías de los vientos del este en julio”, escribieron en el reporte los científicos.
La dificultad de predecir la llegada de La Niña con precisión se daría, en parte, por otros fenómenos de clima que suceden en paralelo al ENSO, como el calentamiento global. Según explicó a La Tercera el investigador e ingeniero físico de la Universidad de Santiago de Chile (Usach), Edgardo Sepúlveda, el calentamiento global podría estar provocando la incertidumbre en los pronósticos.
“Tenemos una tendencia de lo que se espera climatológicamente hablando, pero de todas maneras, al estar a temperaturas nunca antes registradas por la humanidad, estamos prácticamente enfrentando escenarios que nunca antes hemos visto”, aseguró el experto, aludiendo a los récords de calor que se registraron en 2023 y mitad de este 2024.
En esta línea, Sepúlveda explicó que “las estadísticas nos pueden ayudar a pronosticar una tendencia, pero lamentablemente el detalle de cómo serán estos eventos meteorológicos está siendo muy complejo de conocer”.
Y es que no solo habría pocas certezas sobre la llegada de La Niña, sino también de cuán fuerte será su intensidad esta ocasión y qué tan larga será su visita: usualmente, puede durar entre 12 meses y tres años.
Aún así, el investigador de la Usach reafirma que es altamente probable que este 2025 “sea un año completo de La Niña”.
Al menos en Chile, los antecedentes muestran que este fenómeno trae consigo sequía, falta de precipitaciones y temperaturas más bajas, un patrón que podría repetirse en esta nueva llegada.