La incautación de drogas es uno de los mayores dolores de cabeza en Ecuador, debido a las altas cifras que se han registrado recientemente.
Solo en los últimos dos años aquel país consiguió confiscar 400 toneladas de cocaína, de acuerdo a reportes de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). La cantidad llegó hasta el punto en que las autoridades no sabían qué hacer con todo eso.
Sin embargo, ahora parece estar funcionando un curioso método: utilizar la cocaína incautada para producir hormigón.
Qué se hace con la cocaína para convertirla en hormigón
Para que la cocaína pueda ser usada en el material de construcción, debe pasar por un estricto proceso de transformación en el que se eliminan prácticamente todos sus rastros.
En una planta de tratamientos de residuos de Ecuador —de la cual no se ha revelado su ubicación exacta, para hacerlo más seguro—, día a día llegan bloques de esta sustancia que ha sido incautada. Una vez estando en ese lugar, los bloques son procesados por una máquina y se combina con desechos de todo tipo, como vidrio, basura, residuos médicos, entre otras cosas.
Luego de que la máquina lo triture todo, la combinación queda convertida en polvo. Eso se mezcla con cemento, arena y agua, lo que poco a poco va creando el hormigón.
¿El resultado final? Un resistente material que difícilmente se puede destruir y del que, por más que se intente, no se puede extraer la cocaína.
Aquel proceso que hoy está protagonizando Ecuador quedó registrado en un video del medio Deutsche Welle, donde se consigue apreciar cómo esa sustancia queda convertida en toneladas de concreto tras varias etapas. Hasta ahora, se ha logrado procesar más de 350 toneladas de cocaína confiscada entre 2021 y 2022.
“Es más barato, lleva menos tiempo y no afecta el medio ambiente”
Hoy en día la UNODC está respaldando esta iniciativa en el país latinoamericano. En conversación con la agencia de noticias Reuters, Edmundo Mera, subsecretario de control de drogas de Ecuador, explicó que este proyecto decidieron hacerlo “a lo grande” debido “la desesperación de destruir droga”.
La decisión de optar por esta solución no se debe solo a la desesperación de las autoridades, sino que también por los tiempos que implica: sería cuatro veces más rápida que otras vías, por ejemplo, la incineración. Si se desea quemar una tonelada de cocaína, se necesita al menos de 12 horas para poder conseguirlo.
Pablo Ramírez, director de Investigación Antidrogas de Ecuador comentó a la agencia de noticias que “este procedimiento es más barato, lleva menos tiempo y no afecta el medio ambiente”.