En los gélidos puertos de Punta Arenas, algunos gobiernos y multinacionales han encontrado soluciones. Con el mundo convulsionado por las guerras y el cambio climático, las rutas marítimas clásicas se han vuelto difíciles de navegar, y la remota región chilena “se ha convertido en un improbable centro neurálgico del transporte marítimo mundial”.
Así lo explicó un reportaje de la revista Americas Quarterly, que resaltó que el tráfico de buques mercantes que cruzan el Estrecho de Magallanes se disparó en un 25% en enero y febrero de 2024 —en comparación al mismo período en 2024— y en un 83% —en comparación al 2021—.
China y Estados Unidos serían los países más interesados en los puertos magallánicos del Estrecho, que es una vía marítima en forma de “V” que conecta el océano Pacífico con el Atlántico.
“Estamos en una parte del mundo que es cada vez más estratégica, y eso trasciende al país”, declaró el alcalde de Punta Arenas, Claudio Radonich, a AQ.
Pero, ¿están los puertos de Chile preparados para tanto tráfico? ¿Qué es lo que le llama más la atención a las grandes empresas para llegar hasta esta zona remota?
Por qué Punta Arenas está en la mira de otros gobiernos y multinacionales
Según el mismo artículo, China aseguró estar interesado en construir un complejo portuario en Argentina, muy cerca de la entrada al Estrecho desde el océano Atlántico, al otro lado de la frontera con Chile.
Por su parte, la jefa del comando Sur del ejército de Estados Unidos, la general Laura Richardson, visitó Argentina y Chile en 2023 y se quedó en Punta Arenas, donde se le brindó una sesión informativa sobre la seguridad y, además, recorrió el Estrecho.
Estos son indicios de la atención que está recibiendo la región de Magallanes y la Antártica de Chile que, aunque está lejos de la capital, está posicionada en un punto que, a todas luces, la convierte en un lugar clave y estratégico para el resto del mundo.
Pero para ello se necesita mejorar la infraestructura de los puertos.
Según explicó AQ, actualmente solo hay “algunos embarcaderos y rampas, capaces de recibir embarcaciones de tamaño medio, algunos cruceros y barcazas, pero no grandes petroleros y portacontenedores del tipo que navegan cada vez más a través del Estrecho. No hay grúas de carga ni cuencas protegidas. Ni siquiera la Armada dispone de un puerto propio”.
El Presidente de Chile, Gabriel Boric, había mencionado el año pasado que en el país se necesitaban “más y mejores puertos”, y en noviembre firmó un programa de inversión de $400 millones a cinco años para modernizar puertos y otras infraestructuras de Magallanes.
No obstante, pensando en el vertiginoso desarrollo que podría tener la región, esa cifra parece no ser suficiente.
Según explicaron en el mismo medio, en 2018 el banco de desarrollo regional CAF declaró que América Latina y el Caribe necesitaban reunir $55.000 millones en inversión marítima y portuaria para 2040.
Pero, ¿por qué se necesita que puertos como los de Punta Arenas puedan ser mejorados?
Gracias al calentamiento global, el Canal de Panamá está sufriendo niveles de agua bajos, impidiendo que los tránsitos marítimos se realicen con normalidad. Mientras tanto, el Canal de Suez ha reducido su tránsito por rebeldes los rebeldes Houthi que atacan barcos en el Mar Rojo.
Y, en el Mar Negro, la guerra de Rusia y Ucrania ha precarizado el transporte marítimo.
Es por esto que los países y empresas multinacionales están buscando vías alternativas, incluso si estas son más largas de lo que les gustaría.
Otra opción que está tomando fuerza es el puerto de Ushuaia, en Tierra del Fuego, Argentina: esta semana, se anunció que habría una recalada de 550 cruceros para esta temporada que “marcará un nuevo récord de arribos de naves de turismo en la ciudad argentina austral”, aseguraron desde La Prensa Austral.
Al mismo tiempo, en la temporada de cruceros 2024-2025, llegarían 186 recaladas a Magallanes, trasladando a cerca de 100.000 visitantes.
“Chile no les garantiza la cantidad de combustible, en cambio Argentina sí. Un barco de las características del Eclipse carga 14 camiones de combustible. La maniobra de carga se hace en las horas que el barco está en el muelle. A su vez se complementa con la carga de víveres, con lo cual el movimiento logístico es muy importante y ellos están muy satisfechos de hacer toda esa operación localmente”, dijo Roberto Murcia, presidente de la Dirección Provincial de Puertos de Argentina.
Es decir, Chile podría quedarse atrás en la competencia por tener una infraestructura y estrategia deficiente.
Qué es el hidrógeno verde, el “oro” que Magallanes podría ofrecer al mundo
Según explicaron desde AQ, “el ancla económico de Magallanes en la modernidad podría ser el hidrógeno verde”.
Se trata de un hidrógeno producido por energías renovables con bajas emisiones, que sería la pieza clave para combatir el cambio climático del mundo. Y es que al emplearlo, y dejar de lado los combustibles fósiles, las grandes industrias pueden reducir considerablemente su huella de carbono.
Para obtener este recurso, se utiliza la electrólisis (una corriente eléctrica) que logra separar la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno.
“Chile posee una ventaja comparativa para la producción de hidrógeno verde, porque tiene un alto potencial de generación de energías renovables, cuenta con personas capacitadas en actividades productivas similares y posee también una alta demanda de energía interna”, se lee en el portal del Gobierno de Chile.
En este sentido, el mercado del hidrógeno verde podría ser fructífero, aunque todavía no está clara su viabilidad económica.
Pero, ¿qué tiene que ver la región de Magallanes con el hidrógeno verde?
Esta región sería el lugar ideal para producir hidrógeno verde, gracias a sus vientos intensos y escasa población. Es decir, en Magallanes hay un ambiente óptimo para hacer plantas eólicas.
Desde AQ aseguraron que la región ya tiene más de 15 propuestas de proyectos de empresas europeas que quieren reducir sus emisiones y, además, “diversificarse para alejarse del gas ruso”: “La lista de proyectos asciende a más de 3.6000 turbinas eólicas”.
Esto, “para Magallanes será como retroceder en el tiempo, cuando éramos un puerto libre y el tráfico de barcos era enorme”, aseguró la directora regional de la agencia estatal de desarrollo Corfo, María José Navajas, al mismo medio.
Para Navajas, la llegada del hidrógeno verde a Magallanes “estará centrada en el bienestar de toda la región”.
No obstante, para ello, desde AQ enfatizan en la necesidad de comenzar a construir y remodelar los puertos para dar abasto, “para permitir la importación de equipos para turbinas, electrolizadores, plantas desalinizadoras y otras instalaciones, y después para facilitar las exportaciones a mercados como Alemania y Japón”.