Por qué inventamos escenarios falsos en nuestra cabeza y cómo evitarlos
Por qué inventamos escenarios falsos en nuestra cabeza y cómo evitarlos

Por qué inventamos escenarios falsos en nuestra cabeza y cómo evitarlos

Aunque a veces pueden resultar reconfortantes, los escenarios falsos que imaginamos también nos pueden jugar en contra. Estas son las recomendaciones de dos psicólogas.


Terminó una jornada agotadora. Tu cabeza ya está sobre las almohadas y tu cuerpo se prepara para dormir, cuando de repente tu imaginación comienza a divagar. Te imaginas a ti mismo encontrándote con alguien que te gusta, empiezas a ensayar conversaciones o a confrontar a esa persona que te cae mal, diciéndole todo lo que nunca pudiste.

Esta práctica, de imaginar escenarios falsos, es bastante común y no siempre es negativa. De hecho, para muchas personas puede resultar reconfortante, como leer un cuento favorito antes de dormir. Sin embargo, cuando empiezan a tener un carácter negativo, puede convertirse en un problema.

Esta es la explicación de dos psicólogas.

Por qué inventamos escenarios falsos en nuestra cabeza y cómo evitarlos
Por qué inventamos escenarios falsos en nuestra cabeza y cómo evitarlos

Por qué inventamos escenarios falsos en nuestra cabeza

Una forma de mecanismo de afrontamiento o distracción. Esas son las razones más comunes detrás de inventar escenarios en la cabeza. Según la psicóloga Dawn Baxter, “crear escenarios falsos puede brindarnos consuelo y hacernos sentir más preparados para enfrentar el mundo real, fantaseando con cosas que aún no han sucedido”.

Es decir, una persona que tiene estos pensamientos suele ponerse a prueba en un rol hipotético —para que la idea le haga sentido— y, al momento de enfrentar la situación, se sienta preparado y equipado.

“Puede ser que pienses en cómo se sentiría si la persona que te gusta se fijara en ti: cómo reaccionarías, cómo podrías mantenerte tranquilo. Quizás estés considerando qué pasaría en caso de una situación negativa”, aseguró la experta.

Es también una especie de sueño despierto que muchas personas ocupan, sin saberlo, como un precursor necesario para impulsar al cerebro a quedarse dormido.

“Incluso los más tímidos de nosotros podemos ser extrovertidos superconfiados en nuestras fantasías internas si así lo decidimos. Esta puede ser una excelente manera de mostrarnos de qué seremos capaces algún día”, agregó Baxter.

Además, según la psicóloga, otro aspecto positivo es que nos da la libertad para experimentar distintas versiones de nosotros mismos.

Pero, ¿qué pasa cuando estos pensamientos comienzan a volverse negativos?

Por qué inventamos escenarios falsos en nuestra cabeza y cómo evitarlos
Por qué inventamos escenarios falsos en nuestra cabeza y cómo evitarlos

Qué hacer si los escenarios falsos comienzan a afectar negativamente

Generar escenarios falsos no siempre nos va a reconfortar. También puede provocar angustia y ansiedad y, por ende, no dejarnos dormir. En estos casos, la psicóloga Caroline Plumer, recomendó bajar los pensamientos a tierra y recordar dónde nos encontramos.

“Estás a salvo en la cama y no estás bajo ninguna amenaza”, dijo la psicóloga.

La experta sugirió respirar profundamente un par de veces, observar lo que nos rodea, lo que podemos ver, oír y sentir. Intentar pensar racionalmente y buscar evidencia.

Por su parte, la psicóloga Elena Touroni, aseguró que “no es sorprendente que estas imaginaciones puedan derivar en algo más desagradable, porque muchas personas descubren que su ansiedad aumenta por la noche, cuando hay menos distracciones alrededor”.

Además, aunque imaginar escenarios falsos pueda resultar reconfortante, depender mucho de ellos también es un efecto negativo: “Si te encuentras atrapado en un círculo de fantasías, pregúntate qué intentan decirte los sueños despiertos ¿Es una señal para perseguir algo que realmente deseas? También puede ser una forma de evitar o ignorar algo difícil en tu vida real”, explicó la psicóloga.

En caso de que los escenarios falsos estén afectando tu vida cotidiana, lo mejor será consultar con un psicólogo para profundizar en cuál puede ser el origen.

Comenta

Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.