Llámenlo Beyonflación, o quizá Swiftflación. El costo de algunos bienes está retrocediendo en varios lugares, pero eso no incluye la música en vivo.
El precio de las entradas para los conciertos se ha disparado, hasta el punto de que los economistas se están dando cuenta.
Los aficionados están desembolsando una fortuna por entradas para ver a los artistas más populares del mundo, incluidos cantantes como Taylor Swift y Bruce Springsteen.
Y aunque pocos dudan del poder de Beyoncé en directo, hasta ahora la gente no la tenía en cuenta en las cifras de inflación nacional.
“La gente está dispuesta a gastarse un dineral porque sabe que recibirá contenido de calidad, y además quién sabe si después de esta gira volverá a hacer otra”, dijo Mario Ihieme, seguidor de Beyoncé afincado en Londres.
Los precios del ocio y la cultura en el Reino Unido subieron un 6,8% en el año hasta mayo de 2023, la mayor alza en 30 años, con el mayor efecto de los servicios culturales, “en particular las entradas a eventos musicales en directo”.
Los precios de los eventos en los datos de inflación del Reino Unido se basan en el momento en que tienen lugar los espectáculos, no en el momento en que se compran las entradas.
Sin embargo, como cada mes actúan artistas diferentes, es difícil comparar unos con otros, según un portavoz de la Oficina de Estadísticas Nacionales.
“La calidad (subjetiva) de los artistas musicales pone de relieve lo difícil que es calcular una subida de precios ‘limpia’”, dijo el economista jefe de UBS Global Wealth Management, Paul Donovan.
“Y para la inflación británica, las presiones pueden persistir”, añadió, señalando una serie de conciertos en el Reino Unido del cantante Harry Styles en junio.
¿Los precios de los conciertos pueden tener un efecto sobre la inflación?
Una ojeada a los sitios web de compra de entradas pone de manifiesto el impacto de los precios.
En Stubhub, el asiento más barato para un concierto de Taylor Swift en Seattle en julio cuesta 1.200 dólares; las entradas para un concierto en Ciudad de México en agosto cuestan 500 dólares cada una.
“Tuve que conseguir nueve números de teléfono para tres cuentas distintas en Ticketmaster con tres tarjetas de crédito diferentes”, explica Joel Barrios, un fan de Beyoncé en Los Ángeles.
Gastó unos 7.000 dólares en tres espectáculos en Estados Unidos para él y sus amigos, así como otros 6.650 dólares en varios espectáculos en Europa.
Otros dicen que les fue más fácil. Carolina Candelas se gastó 92 euros cada una para ver a Beyoncé con sus hermanas y padres en Barcelona.
“Mi hermana los compró en un enlace de preventa que le envió Ticketmaster, así que creo que fue muy fácil”, dijo.
Pero como la música en directo no es más que un subconjunto de los gastos generales de ocio, que representan una parte menor del gasto de los consumidores en comparación con la vivienda o la alimentación, algunos cuestionaron la idea de que los precios de los conciertos puedan tener un efecto apreciable sobre la inflación.
Andy Gensler, editor ejecutivo de Pollstar, una publicación que realiza un seguimiento de la industria mundial de conciertos, calificó de “afirmación ridícula” que los espectáculos de Beyoncé puedan afectar la inflación.
Si bien los precios de las entradas han aumentado, dijo, las cifras de mitad de año no han mostrado un aumento apreciable desde mayo de 2022, cuando la inflación en Estados Unidos era del 8,6%.
Con una demanda muy superior a la oferta, el vicepresidente de investigación de renta variable de TD Cowen, Stephen Glagola, dijo que los precios de las entradas en el mercado secundario se habían disparado a un promedio del 75% al 100% por encima del valor nominal.
El Departamento de Trabajo de Estados Unidos no mide específicamente la inflación de los precios de los conciertos, pero la tasa de aumento del costo de las entradas para espectáculos en directo es actualmente 2,6 puntos porcentuales superior a la inflación general de Estados Unidos.
La diferencia ha aumentado este año a medida que el índice general de precios ha bajado.
Los precios de las entradas en otras latitudes
En toda Asia, el público acude en masa a ver a artistas de la talla de Bruno Mars, Coldplay y los Backstreet Boys.
“Si no hubiera sido por el concierto, no habría viajado”, afirma Fairuz Zahari, malasia de 36 años que ha visitado numerosos países para asistir a conciertos, el último de ellos el de Ed Sheeran en Australia.
En la India, los aficionados están dispuestos a pagar más por un espectáculo de calidad, según Owen Roncon, jefe de negocio de Entretenimiento en Directo de BookMyShow.
“El precio promedio de las entradas para la gira DNA World Tour de los Backstreet Boys en la India osciló entre 7.000 y 8.000 rupias (85-98 dólares), lo que supone un crecimiento muy saludable”, afirma Roncon en referencia al concierto de mayo.
Una encuesta reciente de la empresa estadounidense de gestión de eventos Eventbrite mostraba que el 80% de los consumidores quiere salir lo mismo o más este año, aun cuando tengan que soportar el costo y la dificultad de conseguir entradas para los grandes eventos.
El CEO de Live Nation Entertainment, Michael Rapino, declaró el mes pasado que la venta de entradas había aumentado un 41% en el primer trimestre, con una subida de precios de dos dígitos.
En Gran Bretaña, unos 150.000 aficionados a la música pagaron 340 libras (431 dólares) por una entrada para el festival de Glastonbury, celebrado en junio, para ver a Elton John y otros cientos de artistas.