La semaglutida es un principio activo en medicamentos como Ozempic y Wegovy, que se indican para el tratamiento de la diabetes 2 ya que, al estimular la producción de insulina, permiten bajar los niveles de azúcar en la sangre.
Ahora científicos también han descubierto que ese tipo de fármacos podrían ser beneficiosos en otro propósito: la reducción del deseo de fumar.
En un estudio publicado recientemente en la revista Annals of Internal Medicine, investigadores sugieren que la semaglutida podría ser un aliado para calmar el consumo de tabaco.
Por qué Ozempic podría ayudar dejar de fumar
El equipo, conformado por investigadores del Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas de EE.UU. y la Universidad Case Western Reserve, buscó explorar la relación del uso de semaglutida en pacientes con diabetes tipo 2 y que también eran consumidores de tabaco.
Lo que hicieron fue analizar los datos de ensayos anteriores, que incluyeron a fumadores con diabetes tipo 2. Durante un año se les hizo seguimiento a casi 223.000 pacientes que usaban diversos tipos de medicamentos para tratar su enfermedad. De ese total, casi 6.000 utilizaba fármacos que contienen semaglutida, como Ozempic.
Tras realizar los análisis, los investigadores hallaron que las personas que utilizaban semaglutida tenían menos riesgos de buscar terapia médica para tratar el consumo de tabaco, en comparación a las que usaban otros medicamentos. La semaglutida también se asoció con una disminución de prescripciones de medicamentos para dejar de fumar y asesoramiento.
Específicamente, los que consumían semaglutida tenían un 32% menos de probabilidades en comparación a los que tomaban insulina, y un 18% menos en comparación a los que consumían metformina.
Para el equipo investigador, el hallazgo no provocó tanta sorpresa por “las anécdotas clínicas de que los pacientes tratados con semaglutida han informado una reducción del deseo de fumar”.
Al mismo tiempo, aseguran que con esto no se debe interpretar que hay que recetar estos fármacos para detener el consumo de tabaco, puesto que hay que realizar más investigaciones al respecto. “Deben examinarse en ensayos clínicos aleatorios”, explicaron.
Ozempic y el consumo de alcohol
Desde hace años que científicos han buscado descubrir si es que la semaglutida puede tener efectos en frenar otras conductas dañinas, como el deseo de tomar alcohol en exceso.
Uno de los estudios más recientes, realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Oklahoma y la Universidad Estatal de Oklahoma, exploró la relación entre el uso del principio activo y el trastorno por consumo de alcohol.
De acuerdo al Instituto Nacional sobre el abuso del Alcohol y el Alcoholismo de EE.UU., el trastorno por alcohol es una afección que consiste en “la capacidad disminuida de detener o controlar el consumo del alcohol a pesar de las consecuencias adversas sociales, ocupacionales o de salud”.
Teniendo eso en cuenta, los científicos exploraron casos de personas que habían dado positivo en pruebas de detección de alcoholismo y que precisamente estaban consumiendo fármacos con semaglutida.
En el seguimiento, se descubrió de manera accidental que los seis pacientes tuvieron una significativa mejoría en los síntomas del trastorno por consumo de alcohol.
Lo anterior se debe a que, durante la Prueba Identificación de Trastornos por Consumo de Alcohol (AUDIT), todos los participantes mostraron puntuaciones que indicaban “bajo riesgo”, dice un comunicado.
“Esta investigación supone un avance significativo en nuestra comprensión de las posibles aplicaciones terapéuticas de la semaglutida en el campo de la medicina de las adicciones”, detalló Jesse Richards, autor principal del estudio y profesor de Medicina en la Escuela de Medicina Comunitaria de la Universidad de Oklahoma.
Mientras que Kyle Simmons, autor del artículo y profesor de Farmacología y Fisiología en el Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad Estatal de Oklahoma, explicó que este estudio cimienta el camino para que se realicen ensayos clínicos al respecto.
Cómo actúa Ozempic
El Ozempic es un medicamento inyectable que, sumado a una dieta balanceada y ejercicio, sirve para tener controlado los niveles de azúcar en la sangre. Funciona de una manera similar a la hormona GLP-1, que se dedica a estimular la secreción de insulina.
Su principio activo, la semaglutida, es capaz de ayudar al páncreas a liberar la cantidad correcta de insulina, la que a su vez permite trasladar azúcar de la sangre hacia otros tejidos del cuerpo. El ingrediente también ralentiza los movimientos de los alimentos en el estómago, lo que favorece la reducción del apetito y la pérdida de peso.
Si bien se trata de un medicamento destinado para el tratamiento de la diabetes tipo 2, en los últimos años comenzó a usarse únicamente para perder peso. Eso ha desatado la preocupación entre las autoridades de salud y los fabricantes, ya que muchos comienzan a usarlo sin supervisión médica y también incrementa el riesgo de productos falsificados.
Fabio Moura, endocrinólogo y director de la Sociedad Brasileña de Endocrinología y Metabología (SBEM), explicó a BBC que el Ozempic “tiene posibles efectos secundarios y contraindicaciones”, como ocurre con cualquier tipo de medicamento.
Tener un embarazo, presentar antecedentes de gastroparesia, endocrina múltiple o ser alérgico a la semaglutida, son solo algunas de sus contraindicaciones. Pese a que está enfocado en los pacientes con diabetes tipo 2, en ellos también podrían aparecer algunos efectos secundarios.
Bruno Geloneze, endocrinólogo y miembro de la Asociación Brasileña para el Estudio de la Obesidad y el Síndrome Metabólico (Abeso), explicó al mismo medio que los más recurrentes “son náuseas y, con menos frecuencia, vómitos y estreñimiento”.