Una calurosa Navidad vivieron los santiaguinos el pasado 25 de diciembre. Los termómetros marcaron hasta los 35 °C convirtiendo así la festividad en una de las más calurosas en la historia del país.
Sin embargo, tan solo dos días después de las altas temperaturas, la capital amaneció con un cielo gris, lleno de nubes y con temperaturas mucho más bajas, un cambio repentino en el clima que llamó la atención de muchas personas.
¿Por qué, de repente, Santiago se llenó de nubosidad? Esta es la explicación de un experto.
Por qué Santiago está nublado en pleno verano
Aunque cueste creer, los días más fríos y nublados en el verano santiaguino son posibles. Así lo explica el meteorólogo de la Universidad de Santiago de Chile, Raúl Cordero, quien en conversación con La Tercera asegura que “estamos en presencia de una baja segregada”.
Este fenómeno —según explica la Dirección Meteorológica de Chile (DMC)— es un “gran núcleo de aire muy frío que rota en el sentido de las agujas del reloj (...) y que se manifiesta de manera importante en los niveles altos y medios de la troposfera (la capa de la superficie del planeta donde se producen los fenómenos como nubes, lluvias, vientos y huracanes)”.
En esta línea, Cordero indica que actualmente en Santiago hay una masa de aire frío en altura que, en contraste con el aire más cálido que está presente en el verano, provoca que el aire esté en un flujo ascendente.
Aunque todavía no ha pasado en la capital, estos cambios bruscos “pueden dar lugar a la formación de granizo. Por eso es que los núcleos fríos en altura pueden producir chubascos y a veces caída de granizo”.
El meteorólogo asegura que se trata de condiciones que “no son extrañas a la zona central durante el verano y que se mantengan algunos días. De acuerdo a las estadísticas que ha preparado la Dirección Meteorológica de Chile sobre este tipo de eventos, el número de días con bajas segregadas en verano ha aumentado de manera considerable en las últimas décadas”.
Complementando la información del climatólogo, la DMC señala que las masas de aire frío que provocan días más grises y fríos suelen tener entre 800 y 1.200 kilómetros de diámetro y “pueden permanecer en actividad un par de días”.
Durante el año, suelen producirse al menos 10 bajas segregadas y, tal como declara Cordero, las cifras están en alza en los últimos tiempos, principalmente en la zona centro-norte del país.
“Las bajas segregadas son capaces de generar mucha precipitación en un abrir y cerrar de ojos, además de producir tormentas eléctricas, granizos y otros fenómenos peligrosos”, declaró el organismo.