En marzo de este año, una de las revistas médicas más importantes del mundo, el New England Journal of Medicine, publicó un análisis sobre un tema controversial: la enfermedad de alzhéimer en médicos y su capacidad para seguir trabajando.

El alzhéimer, indica la publicación, a menudo se considera erróneamente como una enfermedad monolítica, marcada por un declive inexorable hacia la incompetencia, pero "este concepto erróneo estigmatiza excesivamente a los pacientes".

¿Es el alzhéimer una limitante para trabajar? No necesariamente, indica Patricio Fuentes, neurólogo y académico de la Facultad de Medicina de la U. de Chile. "Eso depende de la evolución de la enfermedad", explica.

La enfermedad atraviesa por diferentes etapas, que van desde una condición leve, a una moderada a severa. Muchas personas que están en etapa leve tienen conciencia de lo que les ocurre, pueden reconocer su déficit y sacar adelante su trabajo, indica Fuentes. "Hay colegas médicos con alzhéimer leve que siguen trabajando. No hay restricciones legales para que estos pacientes puedan trabajar".

Carlos García, geriatra de Clínica Las Condes, sostiene que el tema es más complejo de lo que parece. "Yo tengo varios pacientes que están trabajando con demencia. Lo que hay que hacer es una conciencia de que a medida que aumenta la edad aumenta la probabilidad de enfermar, y un paciente con demencia moderada debería dejar de tomar responsabilidades importantes".

La enfermedad muestra diferentes subtipos patológicos y cursos clínicos. "La conciencia de esta heterogeneidad puede fomentar una mejor atención del paciente, y la implementación de políticas puede mitigar los prejuicios", subraya la publicación médica.