Un día que Daniela Montecinos (26) navegaba por el feed principal de TikTok, se topó con el video de una artista chilena que hacía tatuajes de línea fina. De inmediato se sintió atraída por lo delicado de su trabajo. Como tenía una gran cantidad de seguidores en la plataforma y parecía ser confiable, la contactó para agendar una cita.
Para ver cómo lucirían los tatuajes que deseaba plasmar en su piel, por tener un significado especial, los fue creando ella misma en Adobe Photoshop: el número 222, además de las palabras “love” y “arte” fueron los dibujos escogidos.
Hasta que llegó el día de la sesión con su tatuadora. Todo parecía ir de acuerdo a lo esperado, la profesional se guió de su diseño y le plasmó el pigmento en la piel. A Daniela, quien es estudiante de arquitectura y bailarina, le encantó el resultado a primera vista.
“A pesar de que me dolió y todo, sentía que el tatuaje no estaba tan profundo”, cuenta la joven a La Tercera.
Al segundo día, cuando es usual sacarse el parche de protección para un tatuaje nuevo, Daniela se dio cuenta que sus diseños estaban levemente borrosos. Al quinto día, estos ni siquiera tenían las líneas rectas o sólidas. Fue ahí cuando le habló a su tatuadora y esta le dijo que era “normal” que eso ocurriera, que incluso le había advertido sobre eso en la sesión.
“Entiendo que algunos tatuajes se pueden difuminar un poco, pero creo que esto pasó demasiado rápido. Cuando dicen que se borran no es que se borren por completo, es lógico, se sale un poco la tinta. Pero este no es el caso”, señala.
El problema de Daniela no se quedó hasta ahí, sino que empeoró aún más. Al momento en que se cumplió poco más de una semana, los tres tatuajes que se hizo en el brazo desaparecieron por completo. Prácticamente ni rastros quedaron del pigmento que le habían puesto un breve tiempo atrás.
Al intentar llegar a un acuerdo con su tatuadora, esta le dijo que le ofrecía remarcarlos en un mes más. Pero al momento de concretar el día y hora para la cita, la artista no le respondía o se tardaba varios días en hacerlo. Después de insistir en una solución, Daniela dice que se cansó de su “poco profesionalismo” y escasa confiabilidad, por lo que le pidió la devolución de dinero: había pagado $25.000 por cada diseño, los que ni siquiera alcanzaron a durar un mes.
“Se negó a devolverme la plata porque dijo que esto lo había conversado conmigo y que habíamos quedado en que si era necesario se podía volver a remarcar. Yo le explico que en este caso no sería remarcar, sería volver a hacer los tatuajes desde cero, eso es de lo que me quejo”, relata.
Aunque Daniela no desea exponer el nombre de la tatuadora, para no provocarle problemas en sus otros trabajos, decidió dar a conocer su mala experiencia en un video de TikTok. Su historia dejó cientos de comentarios de usuarios que no podían creer que un tatuaje pudiera desaparecer por completo, casi sin dejar huella, en tan poco tiempo.
Pero, ¿qué es lo que le podría haber ocurrido a Daniela? ¿Un tatuaje de línea fina puede llegar a durar apenas unos días y después desaparecer hasta no dejar rastro? ¿Cuán común es que esto suceda en los usuarios? Acá, lo que dijeron dos profesionales del mundo del tatuaje.
Por qué un tatuaje podría borrarse en poco tiempo
Sherry Podesta, tattoo artist conocida en redes sociales, vio la historia de Daniela y le pareció tan interesante que quiso abordar el tema en otro video de TikTok, que más tarde se viralizó con 16 mil likes y más de 130 mil visualizaciones.
La profesional relata a La Tercera que su idea era advertir sobre este tipo de experiencias y qué soluciones se pueden brindar, debido a que los tatuajes de línea fina han tenido una gran preferencia entre los usuarios durante el último tiempo. El problema es que este estilo también tiene riesgos y dificultades, principalmente porque es complejo que mantengan su definición y grosor en el tiempo, si se les compara con aquellos tatuajes de líneas gruesas y colores saturados.
“A la gente le gusta esa línea muy fina, casi que de lejos no se vea. Es bueno advertirles lo que puede pasar, así como puede que no, y es bueno también que como tatuadores nos hagamos cargo de esto. Por lo menos yo lo hago, pero no podría hablar por todo el rubro porque estamos muy a la deriva en ese tipo de situaciones”, explica Sherry.
A pesar de que se trata de un peligro de esta técnica, la tatuadora tiene claro por qué la tinta que Daniela tenía en su piel se desvaneció tan rápidamente: una mala práctica de parte de la artista, dado que el tatuaje fue hecho en la capa más superior de la piel.
“Seguramente la tatuadora no llegó a la capa correcta de la piel. El tatuaje normalmente tiene que ir en la epidermis, no se debe hacer tan superficial porque si no no queda bien adherido el pigmento a la piel. Esto también tiene su complejidad, porque como se usa una aguja tan finita, si se mete demasiado tiende a reventarse la tinta, entonces no quedaría fino y por debajo se ve como una expansión. Eso no es muy estético”, indica.
Tana González, artista de Mahawk Tattoo, también apunta que en este caso no se consiguió llegar a la epidermis y por lo mismo la tinta terminó borrándose. Si bien cree que la desaparición total de un tatuaje no es una situación que se dé frecuentemente, destaca que existen otros elementos que se deben considerar en este proceso, como el grosor de la piel del cliente o si hay mucho roce en los días posteriores.
“Puede haber una combinación de factores o directamente una mala ejecución, pero a cualquier tatuador le puede pasar enfrentándose a una nueva piel. También va a depender mucho del conocimiento y experiencia del tatuador de poder calcular a qué profundidad puede trabajar una línea fina”, recalca.
Otro punto a considerar es el lugar del cuerpo donde Daniela se tatuó sus diseños. Hay zonas donde los tatuajes suelen ser más propensos a esfumarse con mayor facilidad y en menor cantidad de tiempo: los dedos, las manos y los pies, incluyendo a los tobillos.
Eso sucede porque la piel en esas partes es mucho más diferente y está en constante roce con el agua o la ropa. Pero en los antebrazos no ocurre lo mismo, ya que es una zona del cuerpo mucho más resistente. Y ahí fue donde la universitaria recibió tinta, por lo que debería haber tenido problemas en ese sentido.
A eso se suma que Daniela tiene varios tatuajes en distintas zonas de su cuerpo, incluyendo algunos de línea fina, entonces sabía de antemano cómo cuidarlos: “Para mí hacerme un tatuaje, aparte de que es algo para toda la vida, es una inversión. Yo quiero que la inversión valga la pena, nunca me haría un tatuaje para después no cuidarlo”.
La importancia de los retoques en tatuajes de línea fina
Para las dos profesionales, hay que tener en claro que siempre existe la posibilidad de que usando esta técnica el pigmento no sea consistente, pero por la misma razón es recomendable que los usuarios pidan un retoque a los artistas. El tiempo en que ese repaso se puede hacer va a depender de la visión que tiene cada tatuador, aunque en general se debe realizar en las primeras semanas posteriores a que el tatuaje haya cicatrizado.
El problema es que no a todos los tatuadores les gusta hacer retoques y prefieren evitarlos a toda costa, por lo que no siempre la actitud es positiva cuando el consumidor lo solicita, apunta Sherry.
“Les complica porque no están cobrando por eso y están gastando insumos y tiempo. En lugar de hacer otro tatuaje nuevo, van a tener que hacer ese repaso gratis. Pero creo que uno tiene como un deber moral tener en cuenta que si hiciste algo mal, tienes que arreglarlo, porque después pueden haber consecuencias”.
Precisamente, eso último que menciona la artista fue lo que le ocurrió a Daniela: la tatuadora que se equivocó en su caso eludió enmendar el error, al dilatar constantemente el acuerdo por las citas de repaso. Como no vio solución en el servicio, la joven quiso contar su mala experiencia en redes sociales para alertar a otras personas que podrían verse envueltos en la misma situación.
“Cuando tienes un mal resultado visible de un tatuaje, por lo menos tratas de buscar una solución junto al cliente. Para mí es súper importante dejar a la persona contenta porque está pagando por algo que tú le estás haciendo”, dice Tana sobre este caso.
Luego, añade: “Siempre es muy necesario dentro de la ética profesional de un tatuador dejar a la otra persona contenta. Por último buscar un punto intermedio para darle una solución lo más pronto posible, ya se te pagó, ya le hiciste el trabajo, entonces es mejor solucionarlo”.
A juicio de Sherry, la práctica de no responder frente a un mal trabajo no debería suceder, pero enfatiza que todo depende del profesionalismo y ética de cada artista. “Yo creo que el masificar este tipo de situaciones puede que ayude al rubro a hacerse cargo, sobre qué pasa si se borra o pierde la definición de un tatuaje, si es válido o no hacerle un repaso. Por último se va a cuestionar”, concluye.
Daniela ha sacado varias conclusiones sobre este proceso. Una de ellas es que desde ahora en adelante será más complejo que nunca escoger a la persona con la que te vas a marcar el cuerpo para toda la vida: “Diría que la única forma de saber si un tatuador lo hace bien o no es teniendo cercanos que ya hayan ido con él. No hay otra forma”.