Pizzas, cereales, papas fritas, entre otros. La ciencia y los investigadores han llegado a la conclusión de que los alimentos procesados no son la mejor alternativa para nutrirse y tener una buena salud. Y es que suelen tener ingredientes que provocan enfermedades y sobrepeso.
No obstante, nuevos estudios están apuntando a comprender específicamente qué parte del proceso de estos alimentos es perjudicial y si existen algunos que sean “menos malos” que otros.
Y es que en las tiendas y supermercados del mundo, abundan este tipo de comidas, por lo que, tanto por comodidad como por gusto, es muy difícil no consumirlos a diario.
En esta línea, los datos entregados por científicos en un taller de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) y la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos arrojaron qué alimentos procesados podrían ser “buenos” en una dieta corriente.
Qué alimentos procesados podrían ser considerados como “buenos”
Primero, hay que entender por qué consumir alimentos ultraprocesados es tan irresistible: según los científicos, la mayoría de ellos están compuestos por grasa, sal, azúcar y carbohidratos que no suelen estar presentes en la naturaleza.
Esto hace que los deseemos más.
Y, en general, los alimentos ultraprocesados son los que contienen ingredientes que no suelen encontrarse en una cocina corriente, como jarabe de maíz alto en fructosa, emulsionantes y otros aditivos.
Sin embargo, hay ultraprocesados que no tienen estas características, como los duraznos enlatados o lentejas en caja, que “no parecen llevar a las personas a comer en exceso y ganar peso, al menos no tanto”, escribió el Wall Street Journal en un reportaje.
Esto quiere decir que “podría haber una manera de crear alimentos ultraprocesados, entre comillas, saludables, que aún sean convenientes”, dijo al medio Kevin D. Hall, investigador principal del estudio y científico del NIH.
Por ejemplo, no es lo mismo comer un paquete de papas fritas que, por ejemplo, una comida congelada que tenga arroz integral, porotos y verduras.
Esto cobra gran relevancia, pues según un análisis de los datos estadounidenses, el 58% de las calorías que consumen en un día los adultos y niños de 1 año o más provienen de alimentos ultraprocesados.
Además, las investigaciones más modernas arrojaron que las dietas ricas en ultraprocesados provocan obesidad, diabetes tipo 2, cáncer, enfermedades cardiovasculares y depresión.
Solo que, hasta el momento, todos los alimentos ultraprocesados entraban en la misma bolsa. Y como la realidad estadounidense muestra que los habitantes continúan consumiéndolos pese a los riesgos, ahora, los científicos quieren analizarlos y catalogarlos entre los realmente “malos” y los que podrían ser considerados saludables.
Qué alimentos procesados podrían ser sanos
Ejemplos de alimentos ultraprocesados son la pastelería y bollería, como muffins, papas fritas, pizza, bebidas gaseosas, entre otros.
También hay productos que parecen saludables pero que, en realidad, no lo son, como algunos yogures con alto contenido de azúcar y grasa, o frutos secos salados (como el maní con sal).
Sin embargo, en los resultados preliminares de los estudios sobre alimentos ultraprocesados “menos malos” están estas alternativas saludables:
- Duraznos enlatados.
- Porotos refritos enlatados.
- Cóctel de frutas enlatado.
- Salsa en frasco.
- Sopas bajas en sodio.
- Yogur saborizado bajo en grasa.
Para llegar a esta conclusión, el estudio del NIH reunió a 36 participantes quienes vivieron durante un mes en el centro y controlaron estrictamente sus comidas: cada semana, les ofrecían una dieta distinta de 6.000 calorías.
La primera semana, comieron alimentos mínimamente procesados como avena con frutas y nueces. Pero en las siguientes, consumieron una dieta ultraprocesada.
Fue así cómo se dieron cuenta de que no todas las dietas ultraprocesadas tenían efectos muy negativos en el cuerpo, según la elección de alimentos.
Por ejemplo, en la semana que comieron solo ultraprocesados muy calóricos y poco sanos, las personas subieron cerca de medio kilo.
Sin embargo, cuando consumieron una dieta mínimamente procesada, perdieron cerca de medio kilo.
Según esto, los científicos interpretaron que comer alimentos ultraprocesados y envasados no se traduce en comer exceso o aumentar de peso, siempre que sean bajos en calorías y que, en lo posible, no tengan ingredientes problemáticos como el azúcar, grasa, sal y carbohidratos.
En esta línea, los expertos recomiendan que, al momento de elegir alimentos envasados y procesados, siempre revisar las etiquetas y calcular las calorías por gramo (se deben evitar los que tengan 2 calorías por gramo o más).