Soñar nos puede transportar a todo lado: desde una playa con agua cristalina, conocer a personas famosas que admiramos o, incluso, revivir algún momento de nuestro pasado. Pero no siempre es positivo: las pesadillas nos pueden poner en situaciones confusas y peligrosas, como ser perseguidos por algún asesino que hemos visto en series.
Y es que al soñar, nuestra mente logra crear imágenes, sonidos e incluso olores y no solamente cuando dormimos, sino también cuando despiertos nos proyectamos en distintas situaciones. No obstante, no todas las personas del mundo tienen esta habilidad.
Hay gente que no sueña, ni siquiera despierto. A esto se le conoce como afantasía, “la ausencia de visión mental o incapacidad de visualizar”, según le dijo el neurólogo Adam Zeman de la Universidad de Exeter a la BBC.
Para entender mejor esta condición, el experto entregó este ejemplo: imagina una manzana roja encima de una mesa. ¿La tienes? Si es que no logras imaginarla, es probable que tengas afantasía.
Cómo es vivir con afantasía
“Mi cerebro es como una computadora que tiene el monitor apagado, o que solamente puede almacenar archivos de texto y no admite archivos de imágenes”, explicó el médico venezolano Guillermo Antonio Acevedo, quien vive con afantasía desde que tiene memoria.
El doctor es parte del 4% de la población mundial que no puede visualizar imágenes mentales.
Según relató a la BBC, se enteró de su condición cuando, trabajando en un hospital psiquiátrico, encontró un artículo que hablaba de la “mente ciega” y que existen personas que no pueden imaginar cosas.
“Allí me dije, ¿la gente en realidad puede hacer eso? Mi shock fue que hubiera personas que dijeran que podían ver cosas en su cabeza”.
Acevedo pensó que era perfectamente normal no soñar al dormir y no poder formar imágenes o historias: “Ahora entiendo por qué cuando era niño y en el colegio me pedían que dibujara a mi familia todo era muy esquemático, tipo figuritas de palo, sin ningún tipo de detalles”.
También explicó que no puede tener fantasías sexuales: “Yo tengo mis fetiches, pero los he ido descubriendo por cosas que he visto o he experimentado. Pero si alguien me cuenta algo que ha hecho o le gustaría hacer yo no soy capaz de visualizar eso en mi cabeza”.
Pero no se trata de una enfermedad. El neurólogo Zeman prefiere referirse a la afantasía como “una condición” con la que algunas personas nacen, no obstante, los estudios arrojaron que otras la desarrollan después de sufrir un infarto o lesión cerebral.
“Hasta ahora, la mejor explicación es que las personas con afantasía tienen conexiones cerebrales más débiles en aquellas áreas involucradas con las sensaciones”.
Las desventajas de tener afantasía
El médico cree que no podría haber estudiado diseño de modas o de interiores. Sin embargo, en la carrera de medicina sobresalió: la BBC lo catalogó como “una enciclopedia ambulante con la que se puede conversar sobre cualquier tema: historia, política, economía, ciencias, música o cine”.
“Las personas con afantasía tienden a trabajar en las ciencias y la tecnología, por lo que podríamos asumir que tienen ventajas para las cosas abstractas”, añadió el neurólogo Adam Zeman.
No obstante, Zeman explicó que algunas desventajas de no poder imaginar es tener problemas para recordar el pasado personal y reconocer rostros.
Por su parte, Acevedo aseguró que le cuesta planificar cosas a futuro, como vacaciones o una cena. También dijo no tener memoria de olores y sabores, por lo que no suele antojarse de ninguna comida. Además, su “arma de doble filo” es que después de una muerte o ruptura, le es muy sencillo salir adelante.
“Me cuesta mantener relaciones con las personas a las que no tengo cerca físicamente (…) Tiendo a hacerme un círculo de amigos muy cercano en donde estoy, pero cuando me mudo o cambio de trabajo las relaciones que allí tenía se van perdiendo”.