Una oscura sombra está comenzando a tapar los cielos de ciertas regiones de Argentina. Se trata de una próxima “lluvia negra”, un fenómeno que preocupa a los meteorólogos, pues sus consecuencias podrían ser graves.
Y es que se trata de un tipo de precipitación de color negro, que se origina cuando el humo de los incendios forestales se encuentra con los frentes fríos. De esta manera, el agua de la lluvia se ensucia (se vuelve negra) y arrastra todas las partículas contaminantes a la tierra donde cae.
Según explicaron los expertos, las consecuencias de la lluvia negra pueden ser graves no solo para el entorno, sino también para la salud de las personas.
Es por esto que las autoridades argentinas están en alerta: a raíz de los graves incendios forestales que están activos en Bolivia y Brasil, se pronosticó que pronto caería lluvia negra sobre una buena parte de Argentina.
Esto es lo que se sabe hasta ahora de este peligroso fenómeno.
Qué es la lluvia negra que caerá sobre Argentina los próximos días
Según las últimas alertas del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) de Argentina, seis provincias del país están con advertencias por humo: Chaco, Corrientes, Formosa, Misiones, Salta y Santa Fe.
Además, pronosticaron la formación de tormentas en el norte del país, que consistirán en “lluvias intensas y granizo”.
En paralelo, este frente de precipitaciones ya habría ingresado al norte de Paraguay en las últimas horas y, en redes sociales, se han reportado casos de la “lluvia negra”, producto de los incendios en la selva amazónica del continente.
En los registros, se ven baldes llenos de agua de lluvia de color negro, producto del hollín, carbono negro y la ceniza que viajan en el aire desde los intensos incendios forestales, que están quemando miles de hectáreas en Bolivia y Brasil.
Lo que hacen las precipitaciones es “capturar” estas partículas y luego verterlas sobre la tierra, mezcladas con el agua.
Es decir, la lluvia negra es básicamente lluvia contaminada con partículas peligrosas de los incendios forestales.
Sobre las consecuencias para el entorno y la salud de las personas, Greenpeace Argentina advirtió que “la calidad del aire y la visibilidad se ven afectadas mientras el agua puede arrastrar sustancias tóxicas que afectan el suelo, el agua potable, la vegetación e incluso las infraestructuras”.
En esta línea, el humo y la lluvia negra pueden provocar irritación en los ojos y las vías respiratorias, posibles infecciones respiratorias, daño celular y de mucosas, riesgo de complicaciones en personas con problemas preexistentes, entre otros efectos.
Además, las personas que tienen asma o enfermedad pulmonar obstructiva crónica, pueden tener síntomas agravados.
Ante ello, el Ministerio de Salud de Argentina sugirió:
- Limitar la exposición al aire libre, especialmente durante los días en los que se espera mayor concentración de humo en la atmósfera.
- Las personas con condiciones preexistentes (enfermedades respiratorias crónicas, como el asma, la EPOC, alergias y cardiovasculares) deben estar especialmente atentas a cualquier síntoma de empeoramiento y buscar atención médica en caso de ser necesario.
- Mantener puertas y ventanas cerradas para evitar que las partículas ingresen en los hogares, así como utilizar mascarillas adecuadas para quienes deban permanecer al aire libre.
- Evitar actividades físicas intensas al aire libre y mantener los espacios interiores lo más libres posible de contaminantes, usando aire acondicionado en modo ventilación o recirculación y evitando encender velas o chimeneas.
Qué está pasando en la selva amazónica de Bolivia y Brasil
Incendios colosales y fuera de control están quemando millones de hectáreas en la selva amazónica del continente, lo que ha forzado a muchos habitantes a evacuar, y la emergencia pareciera no dar abasto.
Tan solo en Bolivia, los incendios forestales han consumido, en lo que va del año, cerca de 4 millones de hectáreas. Para hacerse una idea del impacto del daño, este tamaño es casi equivalente a la totalidad de la superficie de Suiza.
Según los últimos reportes, hay 74 incendios activos solo en el departamento de Santa Cruz, y el gobierno boliviano parece haber superado su capacidad máxima de apoyo a los bomberos.
Al menos dos comunidades completas han tenido que ser evacuadas, después de que el fuego llegara a decenas de viviendas.
Además, las ciudades alrededor de Santa Cruz continúan cubiertas de humo: por la pésima calidad del aire, muchos colegios decidieron suspender las clases presenciales.
Por su parte, en Brasil se han detectado 59.000 incendios en lo que va del año y, ahora, están viviendo una temporada de incendios “más intensa en los últimos 14 años”, según explicó Reuters.
Según el gobierno brasileño, hasta este martes se registró un total de 6.718.025 hectáreas de la Amazonía brasileña arrasadas por el fuego desde principios de año.
Los incendios estarían provocados, entre otras cosas, por la profunda sequía extrema que sufre la Amazonía. La falta de agua y vegetación seca sería un “combustible” fácil para los incendios forestales, más aún cuando el planeta está experimentando temperaturas cálidas sobre lo normal.
Además, algunos no descartan que hayan sido provocados por el humano: “Los incendios en el Amazonas son a menudo ilegales y en su mayoría son provocados por el hombre, ya que la selva es húmeda y, por lo tanto, es muy raro que un incendio ocurra de forma natural”, dijeron desde Greenpeace Bolivia.
“Los incendios son casi siempre ilegales, son raros los incendios forestales que ocurren de forma natural y cuando ocurren, cubren pequeñas áreas”, concluyeron desde la organización.