Desde las categorías de los deportistas hasta en la elección de mascota, los Juegos Olímpicos de París 2024, en Francia, pretenden marcar un antes y un después en la historia de las competencias. Y es que, fiel al espíritu francés, implementaron cambios radicales que los espectadores podremos disfrutar desde este viernes, 26 de julio.
Por ejemplo, serán los primeros juegos paritarios, donde competirán exactamente el mismo número de hombres y mujeres. También, la ceremonia de apertura, que tradicionalmente se hacía dentro de un estadio, se celebrará al aire libre: primero en el río Sena y, después, a los pies de la torre Eiffel.
Pero un elemento clave de las Olimpiadas de este año fue la elección de la mascota que animará esta fiesta del deporte por 19 días: se llama Phyrge y —contrario a todos los juegos pasados, donde se escogía un animal— es una prenda de vestir.
Esta es la explicación del origen de Phyrge, la mascota ‘sombrero’ de París 2024.
Qué significa la mascota Phyrge de los Juegos Olímpicos de París 2024
En los últimos Juegos Olímpicos del año 2022, que se realizaron en China, la mascota era un tierno oso panda, llamado Bing Dwen Dwen. Antes de eso, vimos figuras como Miraitowa (2020), un zorro futurista de Tokio, Japón, y Soohorang (2018), un tigre blanco de Corea.
Pero ahora, París ha elegido como su mascota de las Olimpiadas a Phyrge, un gorro frigio —una especie de capucha— que representa la Revolución Francesa. En paralelo, el ícono para los Juegos Paraolímpicos es el mismo sombrero, pero con una pierna prostética.
“Más que un animal hemos elegido un ideal”, dijo Tony Estanguet, presidente del Comité Organizador de París 2024 cuando presentó a estos embajadores rojos.
“Elegimos el gorro frigio porque es un símbolo muy fuerte para la República francesa. Para los franceses es un objeto muy conocido y es un símbolo de libertad”.
Y es que, aunque su origen no es francés, esta figura históricamente sí representa la libertad, no solo para Francia, sino también para otros países, incluso de Latinoamérica.
Según explicó a BBC Mundo el historiador de la Universidad de Burgos, en España, Sergio Sánchez Collantes, la forma de este gorro, bautizado en ese lugar como píleo, se utilizó por primera vez en el Imperio Romano: se la entregaba a los esclavos que iban a ser liberados por sus amos.
Pero, con el paso del tiempo, los europeos “redescubrieron” a estos gorros: “El resurgimiento de la prenda en la Era Moderna se produjo en el siglo XVII, durante la lucha de los holandeses por independizarse de España”, dijo el historiador J. David Harder en su libro Las gorras y árboles de la libertad.
Después fueron usados de nuevo por los revolucionarios estadounidenses, cuando buscaban independizarse de la corona británica.
El gorro rojo terminó en Francia porque los marineros y campesinos utilizaban una prenda similar en los tiempos medievales y, en la Revolución Francesa, lo incorporaron en su simbología. Además de representar la libertad, le agregaron el concepto de republicanismo.
Los países latinoamericanos, que también estaban empezando sus procesos independistas, también adoptaron este gorro como símbolo de libertad. Hoy está presente en las banderas o escudos nacionales de Cuba, Argentina, Bolivia, Colombia, El Salvador, Haití y Nicaragua.