Qué hacer cuando los celos de pareja se convierten en un problema
Preguntas severas y agresivas, controlar el celular y redes sociales, apariciones inesperadas y escenas de celos son algunas de las conductas controladoras que las personas celosas ejercen contra su pareja.
En el viaje del amor, se experimentan una serie de emociones: felicidad, tristeza, enojo, ternura y muchas más. Positivas o negativas, todas ellas desempeñan una función dentro de una relación de pareja para lograr establecer lazos, sentir empatía y compasión, alertarse de un posible peligro o querer reparar lo que se dañó.
En esta línea, a veces aparecen los celos, una respuesta emocional que tenemos todos los humanos y que no siempre son malos: de hecho, según el psicólogo clínico de la Universidad del País Vasco, Enrique Echeburúa, “los celos ejercen también una función protectora, que es preservar la estabilidad de la pareja y garantizar el cuidado de la prole”.
El experto afirmó que este sentimiento puede contribuir a que la pareja se esfuerce en la convivencia y fomentar una mejor comunicación, no obstante, los problemas comienzan cuando hay personas que comienzan a sentirse profundamente celosas, sin tener ningún motivo.
“Estos celos resultan problemáticos y constituyen una reacción de profundo malestar emocional ante lo que se percibe como una amenaza exterior, hacia una relación que el celoso considera valiosa y que ve en peligro”, aseguró Echeburúa.
¿Qué hago si mi pareja es demasiado celosa?
Según el especialista, los celos desmedidos y sin motivo están compuestos por “el amor a la pareja, el sentido de posesión, la sospecha o certeza de un rival y el temor a la pérdida y el desvalimiento consiguiente”.
El académico los llama celos patológicos, que no tienen una provocación lógica, que provocan un sufrimiento intenso para el celoso, pero también para la víctima, que sufre de conductas controladoras por parte de su pareja.
Preguntas severas y agresivas, controlar el celular y redes sociales de la otra persona, apariciones inesperadas, escenas de celos, chantaje emocional e, incluso, adivinar y atribuir pensamientos y fantasías de su pareja que están puestos en otra persona de su entorno.
“De este modo, la relación se deteriora rápidamente porque la persona celosa se siente profundamente humillada. Y, al mismo tiempo, socava el bienestar emocional de la persona querida, sembrando dudas, desestabilizándola psicológicamente y llegando a generar, en el peor de los casos, actitudes y conductas controladoras y violentas sobre ella”, explicó el psicólogo clínico.
Como aseguró anteriormente, sentir celos en un momento determinado no es algo de qué tener vergüenza, no obstante, es necesario abordarlos “si los celos invaden la libertad de la pareja, implican comportamientos controladores, impiden el disfrute del amor e incluso generan conductas violentas”.
Los celos patológicos suelen ser el reflejo de distintos trastornos mentales o de abuso de alcohol.
En esta línea, explicó que “las personalidades celosas son muy resistentes al cambio de conducta; los celos patológicos, sin embargo, pueden remitir si la persona afectada se somete a un tratamiento adecuado”.
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