No es inusual que los pacientes mayores eviten visitar a un médico, ya sea por experiencias negativas que tuvieron que vivir, problemas para entender el sistema de atención médica, transporte, costo y creer que no necesitan atención por temor a encontrarse con una enfermedad grave.
Sin embargo, un gran error a la hora de intentar convencerlos de ir a una cita médica es forzarlos y ser pocos flexibles, sin entender la razón que hay detrás. Por esto, The New York Times recopiló una serie de consejos de distintos profesionales de la salud para una persuasión suave, que combina habilidades para escuchar y flexibilidad.
1. Generar confianza
“La confianza es un factor clave en este proceso”, dijo John Principe, un internista que necesitó persuadir a su hermano de 50 años para que se hiciera una colonoscopía.
“Los componentes clave para ayudar a este paciente, a través de este proceso, fueron tiempo, líneas abiertas de comunicación y educación”, aseguró. De esta manera, el médico tomó con calma la situación para que su hermano también sintiera tranquilidad, enfatizó en la importancia de hacerse la prueba para mejorar su salud, pero también le dio tiempo a su hermano para que lo aceptara.
Después de que la situación de su hermano ya no podía detenerse con medicamentos, Principe le dejó en claro que era necesario hacerse el examen y ahí fue que su hermano estuvo de acuerdo. Y nunca perdió la comunicación con él, para que se sintiera más en confianza.
2. No forzar ni imponer poder
“No hagas de esto un juego de poder”, aconsejó Amy Goyer, moderadora del Grupo de discusión de cuidadores familiares de AARP en Facebook. La experta aseguró que el objetivo es apoyar a un ser querido y no apoderarse de su vida y controlarla.
“Hable sobre las formas en que puede apoyar su independencia, incluso si eso significa hacer algunos cambios”, dijo. Además, sugirió evitar frases como “deberías” y utilizar “yo” en su lugar.
“Es normal querer evitar el cambio, así que dígales que comprende sus miedos e incluso el enojo, y que quiere ayudarlos a que el cambio les resulte más fácil. A veces solo necesitan que se les reconozca que es algo difícil de manejar”.
Por su parte, Bryan Levya, académico de medicina clínica, interna y pediatría de la Universidad de Miami recomendó preguntarle al ser querido por qué no quiere ver a un médico y buscar formas de ayudar desde ahí.
“A veces es tan simple como que no tienen transporte, o están pasando muchas cosas con su esposo y sus problemas médicos. Con esa conversación, se identifican las barreras personales para buscar atención médica”.
3. Centrarse en sus objetivos
La geriatra del Centro de Medicina Geriátrica de la Clínica Cleveland, tiene una estrategia que suele ocupar con pacientes reacios a visitarla: “Nuestras personas mayores dicen que quieren mejorar su independencia y evitar los hogares de ancianos”.
En esta línea, la doctora intenta demostrar que revisar su salud y abordar sus problemas ayudará a lograr esos objetivos, entonces la persona podría aceptar y ceder visitarla en una consulta médica.
Además, si se identificó que el problema es, por ejemplo, el transporte, ayudarlos con eso, a bajar escaleras, o acompañarlos incluso dentro de la cita, si es que así se sienten más cómodos.