¿A quién no le ha tocado viajar en avión cerca de un bebé? El momento cuando se ve al pequeño humano sentado con su mamá o papá, el pánico se apodera de muchos, quienes esperan que no llore durante todo el vuelo, y más aún si es uno largo.
Y es que existe un pensamiento bastante común: deberían existir vuelos sin niños. Sin embargo, al igual que todos, las familias con niños pequeños están en todo su derecho de viajar en avión. Pero hay cosas que todos podemos hacer (o no hacer) para poder ayudar y tener una travesía tranquila, dentro de lo posible. Esto es lo que sugieren los expertos.
Cómo preparar a un bebé antes del vuelo
“Los padres tienen la responsabilidad de planificar con anticipación y empacar lo que su bebé o niño pequeño pueda necesitar en un vuelo para estar cómodo”, aseguró la experta en etiqueta, Jackie Vernon-Thompson a The Washington Post.
Esto podría ser llevar una mantita, un chupete preferido o un animal de peluche, además de considerar darle al pequeño o pequeña una pantalla con la que pueda distraerse viendo sus videos favoritos o audífonos de cancelación de sonidos.
Celine Brewer, la autora del sitio web Baby Can Travel (Los bebés pueden viajar), recomendó también intentar cambiar los pañales de los bebés antes de subir al avión, pues uno empapado puede provocar lágrimas interminables, y cambiarlos dentro del diminuto baño que hay en las naves puede llegar a ser muy complicado.
Lo que sí, es que en ningún caso se debe medicar a un bebé sin consultar primero con un médico: “Puede tener efectos secundarios, especialmente si se administran dosis repetidas en vuelos largos. Además, a veces, en lugar de adormecer a los niños, puede tener el efecto contrario”, aseguró la pediatra de Boston Children’s Hospital, Claire McCarthy.
Qué hacer en el avión si un bebé está llorando
La pediatra informó que las razones más comunes por las que lloran los bebés a bordo de un avión son: cambios de presión en el despegue y aterrizaje, cansancio, dificultades para dormir en un entorno que no es normal para ellos, la necesidad de moverse en un espacio confinado y estar desorientados y asustados.
Alimentar al bebé o hacer que chupe un chupete en el despegue o aterrizaje es sugerido para ayudar con el cambio de presión. Pero si el bebé está resfriado o tiene una infección en el oído, se lo debe medicar antes para que el dolor no se acreciente.
Ahora, si eres un pasajero y no es tu bebé, la azafata Sydoni O’Connor aseguró que igual puedes ayudar a que el pequeño encuentre la calma y deje de llorar. “Los padres quieren, más que cualquier otra persona en el avión, evitar que su bebé llore”, dijo, por lo que es importante tener compasión y empatía.
“No empieces a gritarle al bebé, gritándole a los padres”, dijo. “Eso no va a resolver nada”. En cambio, si quieres involucrarte activamente -y si los padres lo aceptan-, puedes intentar jugar con él o darle la mano. Así un padre estresado se puede sentir menos solo.
Y, si simplemente quieres tener un vuelo sin interacciones, una buena opción es llevar audífonos con cancelación de ruido, que te ayudarán no solo con bebés que lloran (que no siempre son lo más molesto del avión), sino con cualquier otro sonido que incomode tu bienestar en el viaje.