“La conducta en este caso está entre las peores, sino la peor que he visto”, dijo el juez federal del distrito sur de Nueva York, Vernon S. Broderick. Y es que el atentado terrorista que sucedió esa noche de Halloween en el año 2017, conmocionó a todo el mundo.
Sayfullo Saipov, un hombre yihadista de Uzbekistán embistió con su camioneta a un grupo de personas que andaban en bicicleta en Manhattan, provocando un siniestro que mató a ocho personas (entre ellos, cinco argentinos) y dejó heridas de gravedad a otras doce, con graves secuelas psicológicas y físicas, como una de las víctimas que quedó sin las extremidades inferiores.
Pero, ¿por qué este hombre decidió cometer este crimen que le costó estar su vida entera en prisión?
El crimen de Sayfullo Saipov en Nueva York
El 31 de octubre de 2017, el hombre -que había emigrado a Estados Unidos tras obtener una visa en una lotería- sabía que ese día de celebración de Halloween habrían más personas en la calle. Buscaba matar a la mayor cantidad posible, por lo que alquiló una camioneta con la que cruzó de Nueva Jersey a Manhattan.
Allí, entró a una ciclovía paralela al río Hudson, y a una velocidad de más de 100 kilómetros por hora, atropelló al grupo de ciclistas. Continuó su camino y chocó con un bus escolar. Se bajó del vehículo con dos pistolas en las manos (una de paintball y otra de perdigones) y cuatro cuchillos entre la ropa, buscando a quién más herir, hasta que fue detenido por un policía que lo hirió en la pierna.
¿Su objetivo? Entrar a una organización terrorista del Estado Islámico (EI) y participar en su yihad, según los fiscales del caso.
En su teléfono celular, encontraron distintos videos e imágenes del grupo terrorista y que se inspiró en matanzas previas del EI para preparar el atentado.
Ya en tribunales, antes de escuchar su sentencia, Saipov comenzó a alabar al Estado Islámico y aseguró que sus víctimas sufrían menos que los musulmanes de todo el mundo. Dijo que las lágrimas de quienes había herido y de sus familiares eran diminutas en comparación con la sangre y las lágrimas que sufrieron los que profesan la fe islámica.
La reacción de los familiares y la dura sentencia
“Este malvado asesino ha destruido tantas vidas”, dijo, al borde del llanto, Mónica Missio, la madre de Nicholas Cleves, una de las víctimas fatales. “Me repugna que pueda levantarse todos los días y mi hijo no. Su barbarie y crueldad me llenan de rabia”, agregó.
Marion Van Reeth perdió las piernas en el ataque y también tuvo la oportunidad de dirigirse al asesino: “Nunca podré caminar como tú”, le dijo entre lágrimas.
Los fiscales pidieron una sentencia de ocho cadenas perpetuas consecutivas, una por cada muerte, y 260 años adicionales en prisión. Además, escribieron que “Saipov es un terrorista descarado, un asesino orgulloso que no merece indulgencia y debe ser castigado con todo el peso de la ley”.
El yihadista cumplirá su condena en la prisión federal más segura de Estados Unidos, la cárcel Supermax de Colorado, donde estará 22 o 23 horas al día absolutamente solo en una celda.