Tras la noticia de que Japón vivió un intenso terremoto el 1 de enero de 2024, en algunos chilenos se encendió la alarma sobre qué podría pasar en caso de que también nos tocara un sismo de tal intensidad.
Y es que los 7.6 grados de magnitud en Escala de Richter —que sacudieron a la costa del país asiático Ishikawa, y cuyo movimiento se percibió incluso en Tokio— dejó hasta el momento un saldo de 48 personas fallecidas, varias desaparecidas e, incluso, las autoridades todavía no saben cuántas de ellas continúan atrapadas debajo de los escombros.
Algunas casas y edificios colapsaron, las autopistas fueron destruidas y distintos postes eléctricos se cayeron, provocando que al menos 36.000 hogares quedaran sin luz. También se registraron incendios que serían, en parte, culpables de las pérdidas humanas.
¿Estas graves consecuencias podrían repetirse en Chile, en caso de que viviéramos un sismo similar? Esta es la opinión de un experto.
¿Chile está preparado si hubiese un terremoto igual a Japón 2024?
Algunas personas en redes sociales comenzaron rápidamente a especular que el terremoto en Japón podría anunciar uno en Chile en los próximos días, no obstante, Luis Donoso, sismólogo y académico de Geofísica Aplicada de la Universidad del Desarrollo, desmiente tajantemente esta predicción.
“Correlacionar algo que está fuera de esa falla geológica a cientos o miles de kilómetros no tiene ningún sentido. Es como que ocurra un choque cerca de Vicuña Mackenna y que lo relacione con un choque en Concepción”, explica el experto a La Tercera.
Sin embargo, si es que un megaterremoto llegara a ocurrir en algún momento —lo que no significa que está relacionado con el reciente de Japón— Donoso cree que podría ser en la zona central y que provocaría “daños probablemente significativos”.
Para hacerse una idea de qué tan fuerte fue el sismo en Japón, el sismólogo lo compara con la aceleración de gravedad que hubo en el 2010 en Chile: “Medir más de 1 g es complicado. El terremoto del 27 fue de 0.7 g, y en Japón fueron casi 3.8. Eso es mucho. Ninguna estructura que no esté específicamente diseñada o aislada, va a sobrevivir”.
Pero una variable importante que puede cambiar completamente el escenario de los daños, en comparación a cómo sucedió en Japón, es que el país asiático cuenta con tecnología de punta para registrar sismos y tomar decisiones que reduzcan el daño, además de dar a conocer esta información a su población a tiempo, mientras que en Chile, esto todavía está al debe.
Por ello, en caso de un terremoto de tal intensidad en el país, “la información va a ser confusa las primeras horas, ya que va a depender de los reportes locales”.
Por ejemplo, cada vez que hay un sismo en el país, después de algunos minutos llega un informe del Centro Sismológico Nacional que dice dónde fue el epicentro y de qué magnitud fue.
En cambio la Agencia de Meteorología de Japón cuenta con herramientas donde entregan segundo a segundo esta información (en tiempo real), además que está disponible para todo el público.
“El Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) no tiene organismos técnicos al interior, sino que es alimentado por organismos fuera de la institución, como el sismológico. La capacidad de analizar y darle una mirada distinta a esa información no existe, ellos tienen que confiar en lo que se le está entregando”, dice Donoso a LT.
Es decir, esta institución no tiene forma de verificar la información sobre los distintos desastres que suceden en el país, sino que simplemente funciona bajo la lógica de confiar en que lo que le entregan los organismos externos está bien.
Por ello, la transparencia de la información es clave para evitar pérdidas humanas y materiales en este tipo de desastres naturales.
“El objetivo es hacer que se muera la menor cantidad de gente posible. No se pueden evitar los fenómenos, con suerte se pueden mitigar algunas cosas, pero mientras más información tengan las personas, mejor van a reaccionar”.