Ya terminó la etapa de prevención y están preparándose para enfrentar los efectos del fenómeno El Niño. Esa es la situación de Ecuador, el país de Latinoamérica que decidió anunciar alerta naranja, después de evaluar la situación climática en su territorio, que coincidirá con la época lluviosa.
Después de analizar el cumplimiento de ciertos criterios técnicos sobre las condiciones oceánicas y atmosféricas, el ministro del Interior y presidente del Comité de Operaciones de Emergencia Nacional de Ecuador, Juan Zapata, aseguró que la posibilidad de que El Niño ocurra es elevada para este trimestre.
Qué significa que Ecuador esté en alerta naranja por El Niño
El Servicio de Gestión de Riesgos y Emergencias de Ecuador (SNGRE) clasifica los niveles de alerta por la llegada del fenómeno El Niño en cuatro niveles: blanco para condiciones normales, amarillo como alerta de llegada, naranja cuando el evento es inminente y rojo cuando el evento está en curso.
Lo anterior es parte del plan de acción que el gobierno ecuatoriano presentó para este fenómeno climatológico, pues los análisis indicaban que para septiembre, la probabilidad de que se presente era de un 94%, no obstante, durante este mes, los técnicos aseguraron que la cifra aumentó a 99%.
Ecuador prevé que al menos 2.2 millones de personas serán afectadas por El Niño, donde más de 1.5 millones estarán expuestas a inundaciones y 742.000 a movimientos en masa.
Y es que la historia del país con el evento climático en pasadas ocasiones dejó como resultado numerosas muertes, daños significativos a infraestructuras y cultivos, además de pérdidas económicas millonarias.
Por ello, el gobierno y el SNGRE están difundiendo, a través de sus gobiernos autónomos y municipalidades, los planes de emergencia, rutas de evacuación y las zonas seguras, como parte de su “alerta naranja”. Además, sugirieron mantener los vecindarios limpios y no arrojar basura que pueda tapar las alcantarillas, sumideros y canales, para evitar inundaciones más intensas.
Por su parte, los gobiernos autónomos descentralizados del Ecuador deben intensificar las acciones que mitiguen el impacto de El Niño, como elaborar planes de respuesta, mecanismos de limpieza, remoción de lodo y escombros, además de gestionar la asistencia humanitaria y los canales de comunicación con la población.
Mientras tanto, los municipios comenzarán a preparar la provisión de agua potable y saneamiento, gestionar las donaciones y centros de acopio, habilitar alojamientos temporales, brindar soporte logístico al gobierno, rehabilitar servicios básicos, entre otras funciones.