Qué son las altas capacidades y por qué es importante la detección en niños
Aunque esta neurodivergencia puede reflejarse en distintos grados, áreas y características, hay indicios que son claves para identificarla a temprana edad.
Cuando Luciana Sutovsky observaba a su hija Noah en sus primeros años de vida, comenzó a identificar algunas conductas llamativas. Aún recuerda cómo la niña sostenía la mirada cuando quería tomar la mamadera, agarraba sus juguetes y los clasificaba con facilidad. Más tarde, comenzó a mostrar un desarrollo del lenguaje adelantado para su edad y sabía cómo usar algunas funciones del computador.
En ese entonces Luciana no lo sabía, pero Noah mostraba las primeras señales de tener altas capacidades. Si bien esos comportamientos le llamaban la atención, al ser su primera hija pensaba que era algo normal. “Los veíamos mayoritariamente desde la admiración y la curiosidad”, explica.
Los choques vinieron cuando cumplió cuatro años y tuvo que entrar al jardín infantil. Allí, las profesoras le comentaron a la madre de Noah que supuestamente tenía baja tolerancia a la frustración y que no sabía trabajar en equipo.
“Si a ella y sus compañeros les tocaba jugar con bloques, insistían en armar una torre usando las piezas más pequeñas como base. Ella les decía que la torre se iba a caer, que así no funcionaba. A esa edad es natural experimentar hasta darse cuenta que eso no resultaba, pero eso ella lo sabía previamente”, cuenta.
En lugar de potenciar sus habilidades con más estímulos, las docentes le plantearon a Luciana que la niña podría tener un “problema” o una “rareza”. Le recomendaron que fuera a un especialista para identificar si tenía Asperger. El resultado de la evaluación fue negativo.
“En aquel momento la mirada era así: es o no es y punto. Y dijeron que no era”, relata la diseñadora, quien hoy es vicepresidenta de la Fundación Altas Capacidades Chile - Abrazando el Talento. También le advirtieron que su hija era “altamente inteligente” y que había que prestar atención en su desarrollo social.
Las dudas quedaron en pausa durante mucho tiempo. En la década del 2010, los especialistas que pudieran educar o acompañar sobre esta condición eran pocos y la información disponible también era escasa. Al bucear por internet, lo que más se repetía era el término superdotado, pero Luciana no estaba tan segura de que esa fuera la respuesta.
“Necesitaba entender un poco más lo que ocurría con ella. Era impactante, muy sensible y tantas cosas le generaban emocionalidad. Por ejemplo, al llevarla a obras de teatro se sobrecogía, pero de tanta belleza y emoción que no podía manejar”, dice.
Las cosas comenzaron a cambiar cuando Noah tenía 9. A esa edad llegó al programa PENTA de la Universidad Católica, una iniciativa que busca impulsar la formación de “estudiantes con potencial de talento académico”, según indica su sitio web. Allí la evaluó un equipo de especialistas e identificaron Noah tenía altas capacidades.
“Significó que ella pudiera encontrar pares intelectuales y emocionales, también encontrar profesores que la motivaron a seguir siendo curiosa, a preguntar y a seguir pensando de esa manera tan peculiar que tenía. Fue maravilloso”, recuerda Luciana.
Tiempo después confirmaría que sus otros hijos, hoy de 16 y 12 años, también tendrían altas capacidades.
Qué son las altas capacidades
Si bien es habitual que las altas capacidades y la superdotación sean empleadas como sinónimo, no son lo mismo. En realidad, las altas capacidades se distinguen de tres formas: el talento simple, talento complejo y la superdotación.
Hasta ahora no hay una definición universal sobre qué significan exactamente las altas capacidades. En las primeras décadas el concepto era asociado al alto rendimiento en el plano académico, luego al coeficiente intelectual (CI) elevado, pero las perspectivas más modernas indican que es mucho más que eso.
Según la descripción realizada por The Columbus Group, corresponden a un “desarrollo asincrónico en el que la capacidad cognitiva avanzada y una exacerbada intensidad emocional, se combinan de tal modo que crean experiencias interiores y una conciencia del mundo, cualitativamente, diferentes de la norma”.
Para María Paz Gómez, psicóloga, Ph.D en Educación Especial y profesora investigadora en la Escuela de Psicología de la USACH, la descripción anterior otorga una mirada mucho más amplia que solo mirarlo a través del CI. Esto, porque es necesario comprender que las personas con altas capacidades no se caracterizan únicamente por las habilidades intelectuales superiores a la norma, sino que también por sus características socioemocionales, las que también deben ser priorizadas.
“Los niños, adolescentes y adolescentes pueden mostrar mucha sensibilidad, más que el promedio. Eso puede ser hacia la injusticia, los animales y el entorno. A veces las emociones se presentan de forma más intensificada que el resto”, dice la académica. Lo anterior también se traduce en que también que les sea mucho más fácil empatizar y leer las emociones de otros.
“Es ver que estas personas no solamente son un número o una medición, sino que son muchas otras áreas que los hacen diferentes al resto”, recalca la psicóloga.
Cómo se reflejan las altas capacidades
Algo presente en el mundo de las altas capacidades son los estereotipos. Por desconocimiento, otros podrían pensar que todos se ven y actúan de la misma forma: reservados, quietos, sumidos en libros y que siempre se desenvuelven de forma sobresaliente en los estudios.
Sin embargo, la realidad es que esta condición puede reflejarse en distintas características, áreas y grados. El talento no se refleja estrictamente en lo académico, sino que también en lo verbal, lo espacial, lo creativo, lo lógico y lo matemático. Por tanto, una persona con altas capacidades puede ser un ávido orador, deportista o artista. Asimismo, el talento puede darse en un área o más.
Luciana menciona que en esto el estímulo es algo clave. “Está tu potencial, que son estas capacidades innatas que vienen configuradas en tu cerebro y que te permiten aprender más rápido sobre ciertas áreas. Pero si tú no tienes la motivación o el estímulo, eso va a quedar estancado. Y si esa motivación no es suficiente, no vas a aprender”.
Si bien también las características dependen de cada realidad, pues no se presentan obligatoriamente como si fuera una lista, hay algunas que suelen repetirse. La académica USACH plantea que algunas de ellas son exhibir un lenguaje avanzado para la edad, la lectura precoz, rapidez en el aprendizaje, la capacidad de memoria, la creatividad, resolver problemas de formas diferentes a las normales y una sensibilidad mucho más exacerbada.
La curiosidad insaciable y la necesidad de hallar respuestas es también algo que podrían exhibir. “Son niños que constantemente te hacen cambiar la mirada sobre el mundo. Te hacen cuestionarte sobre muchas cosas, uno tiene que argumentar y las cosas que tienen que tener un sentido. Hay una necesidad de comprensión profunda”, menciona Luciana.
Por qué es importante la detección
Si se compara con años anteriores, ahora hay más especialistas capacitados y pruebas para identificar formalmente las altas capacidades en todas las edades. En los últimos años, han ido apareciendo otros programas a lo largo de todo Chile que pueden servir de orientación.
María Paz destaca que no hay que guiarse únicamente por los test estandarizados, sino que también por otras herramientas que pueden ser complementarias, como test de creatividad y pruebas no verbales. Ahondar en cómo es la historia familiar de un niño o adolescente también es un paso necesario.
“No hay que olvidar que esto está en todos los niveles económicos, pero muchos de los test están sesgados, hacen preguntas de cultura general y no todos los niños van a saberlas”, menciona.
Luego, añade: “Desde los 5 o 6 años es una edad más o menos idónea para empezar a mirar. Puede que los test no identifiquen de inmediato y no reflejen lo que realmente es, porque son largos, tediosos y los niños se cansan”.
La detección temprana no es relevante únicamente para potenciar a un niño desde sus primeros años, sino que también para que sea comprendido por su entorno y por sí mismo, enfatiza la psicóloga. “Es una parte de la identidad. Es entenderme y reconocerme como tal”.
Las dificultades
A menudo, quienes tienen altas capacidades se enfrentan a varias adversidades y una de ellas se relaciona con los diagnósticos erróneos. Si bien puede suceder una doble excepcionalidad, es decir, tener un alto potencial y una dificultad -que puede ser trastorno del espectro autista, dislexia, hiperactividad, entre otros-, también se ha identificado que últimamente existe una tendencia a mal diagnosticar.
“Lo vemos mucho con supuestos déficit atencionales o autismos. Y hay medicación”, relata María Paz.
Otro gran obstáculo es la falta de estrategias que tiene el sistema educativo para responder a los estudiantes con esta neurodivergencia, lo que en ocasiones puede conducir a la deserción escolar.
“Falta una política educativa que esté presente en las escuelas y que diga ‘vamos a potenciar nuestro talento’. Hay muchas trabas, depende de la voluntad de los directivos o docentes”, agrega la psicóloga.
En 2018, Luciana se unió a un grupo de madres que estaba en el mismo proceso que ella. Inicialmente fue para compartir información, que sus hijos se vincularan y poder ser un soporte, pero luego eso avanzó y quisieron llegar hasta el Congreso para visibilizar una problemática: en Chile, la legislación no menciona de forma explícita las altas capacidades.
“No se considera que esta condición sea una necesidad educativa especial, lo que quiere decir que los colegios no están obligados a hacer algo”, asegura. Si bien se consiguió presentar un proyecto de ley, quedó estancado.
Eso no las detuvo, sino que les dio fuerza para formalizarse: crearon la Fundación Altas Capacidades Chile - Abrazando el Talento, que tiene como misión apoyar y orientar a otras familias que están buscando respuestas sobre esta condición.
A la fecha, la fundación está ayudando a 400 familias en todo Chile. Un efecto colateral que ha ocurrido es que muchos padres acuden por las sospechas que tienen de sus hijos, pero una vez que entran en el proceso de exploración, se dan cuenta que también tienen algunas características de altas capacidades.
“Empiezan a entender cosas que les pasaron a lo largo de la vida y que antes no tenían explicación. Es un renacer”, explica Luciana.
María Paz coincide en eso: “El adulto está super poco mirado en general a nivel mundial, pero lo más interesante que estamos viendo es que a raíz de sus hijos, muchísimos adultos están evaluándose hoy en día”.
Cuando se adentró en este mundo con Noah, y luego con sus otros hijos, Luciana no imaginó el impacto que esto tendría en su vida. “Me cambió completamente cuando encontré la posibilidad de acompañar a otros y de ser acompañada. Es una exploración constante, un aprendizaje permanente. Ojalá que esto sea el camino para entender que hay muchos matices en la vida y que uno tiene que estar abierto a ver que todos, aunque algunos sean distintos, merecen un espacio”, concluye.
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.