La isla de Ko Pha Ngan, en Tailandia, es conocida por la belleza de su paisaje: está rodeada de montañas de verde, las aguas son de tonalidad turquesa y su arena blanca. Todo eso evoca a un paraíso de la naturaleza, pero no es lo único que atrae a sus visitantes. Y es que en la isla también se desarrolla mensualmente la fiesta de la luna llena, evento donde todos se reúnen en la playa de Haad Rin para disfrutar y bailar bajo la luminosidad del astro.
Sin embargo, en las últimos días la atractiva isla ha sido protagonista de algo mucho más oscuro y escalofriante que ha impactado no solo a su comunidad y los turistas que están de paso, sino que también al resto del mundo.
Daniel Sancho, chef español de 29 años, asesinó y desmembró en el cuarto de un hotel a quien lo había acompañado a visitar la isla, Edwin Arrieta, cirujano plástico colombiano de 44 años. El joven también es hijo de Rodolfo Sancho, famoso actor español que ha participado en varias producciones televisivas.
El hecho ocurrió el 2 de agosto, el mismo día en que el doctor llegó a Ko Pha Ngan para pasar unos días de descanso y celebrar la fiesta de la luna llena junto a Sancho. Se presume que ambos mantenían una relación amorosa desde hace un año, lo que todavía no ha sido despejado del todo, dado que Sancho argumenta que más bien fue “rehén” del colombiano.
El crimen ha causado conmoción por la serie de episodios que hizo el español para ocultar cualquier tipo de evidencia en su responsabilidad y el cuerpo de su amigo. El 3 de agosto llegó hasta una estación de policía a reportar la supuesta desaparición del médico, asegurando que no lo había visto desde la noche anterior. Tan solo horas antes lo había desmembrado y ocultó sus restos entre distintas bolsas, que luego repartió entre el mar y la basura.
Acá, quién era Edwin Arrieta, la víctima de Daniel Sancho.
La historia de Edwin Arrieta, el cirujano plástico que fue asesinado en una isla de Tailandia
Arrieta nació en el municipio de Lorica, departamento de Córdoba, al norte de Colombia. Era el menor de sus hermanos y creció en el barrio de Cascajal, en el seno de una familia humilde.
Según reporta el periódico colombiano El Tiempo, el padre de Edwin se dedicaba a arreglar televisores y radios, mientras que su madre era profesora. Con mucho esfuerzo y trabajo pudieron sacar adelante a sus hijos. Coincidió con que era una época de éxito para los aparatos de radio, ya que nadie del municipio quería perderse las transmisiones de partidos o campeonatos, lo que generó que al padre de Edwin no le faltara trabajo.
En su paso por el colegio, el colombiano caracterizó por ser un buen estudiante y lograr matrículas de honor. Al graduarse de la escuela quiso seguir sus sueños y convertirse en médico.
“Lograron costearle los estudios y en ocasiones pasaban muchos trabajos para enviarle los alimentos, pero se hizo profesional de la Medicina”, aseguró al citado medio Deibys Palomino, un amigo de la familia.
Tras haber culminado sus estudios universitarios en la Universidad Metropolitana de Barranquilla, se trasladó a Argentina para especializarse como cirujano plástico, estético y reconstructivo en la Universidad de Buenos Aires.
Más tarde se radicó en el barrio El Recreo de la ciudad colombiana de Montería, a poco más de 60 kilómetros de su natal Lorica. En Montería instaló su clínica privada para dedicarse a las operaciones.
El médico comenzó a destacar por su trabajo y se convirtió en un profesional exitoso. Se repartía entre Colombia y Chile, ya que también tenía una consulta en nuestro país. Al parecer tenía planes a futuro de abrir otra sede más, esta vez en España, según contó a la revista Hola! Colombia en diciembre de 2022: “Tengo muchas pacientes de Chile y Argentina, por eso, hace un año decidí abrir consultorio en Santiago y próximamente en España”.
Era muy activo en las redes sociales: las usaba con frecuencia para mostrar algunos de los resultados de sus procedimientos estéticos y también se dedicaba a entregar algunas recomendaciones a quienes lo seguían. Su última publicación, en la que describe una lipoescultura que realizó, fue el 1 de agosto, un día antes de su fallecimiento.
Edwin también integraba la Sociedad Colombiana de Cirugía Plástica, Estética y Reconstructiva (SCCP).
Si de hobbies se trata, el cirujano era fanático del deporte de polo y también parecía tener una afinidad con la gastronomía.
“Era una persona noble, de un corazón generoso. Un excelente hijo, hermano, tío, amigo. Una persona a la que le gustaba hacer obras de caridad. Su sueño era conocer el mundo entero, por eso se la pasaba viajando”, contó Darling Arrieta, hermana de la víctima, en diálogo con Noticias Caracol.
La comunidad de su natal Lorica está conmocionada por el brutal homicidio del médico colombiano en la isla tailandesa. El alcalde del municipio, Jorge Negrete, decretó tres días de luto para la localidad.
“Lorica está estremecida por el doloroso episodio que rodea la muerte del cirujano Edwin Arrieta Arteaga, a su familia un inmenso y considerado abrazo”, comentó el edil a través de su cuenta de Twitter.
Apenas trascendió lo ocurrido en la isla tailandesa, la familia de Edwin publicó un comunicado en que dejaban en claro su postura: preferían mantener el silencio sobre la muerte para no obstaculizar la investigación de la policía tailandesa. “Agradecemos respeto por este difícil momento que estamos viviendo”, cerraron.
Sin embargo, en los días siguientes fue Darling Arrieta quien decidió romper el silencio: “Estamos destrozados. Daniel Sancho no solo ha desmembrado a Edwin, sino que desmembró a mi familia, a nosotros nos arrancó el corazón vivos. Daniel Sancho lo organizó y lo hizo consciente”.
La mujer también ha relatado a la prensa colombiana cuán cercano era Edwin a su familia. Era común que se comunicara varias veces al día con sus padres, por lo que cuando se fue de vacaciones al país asiático y dejó de responderles, algo no cuadraba. El martes 1 de agosto, el médico llamó a su hermana tras haber llegado a Bangkok. Esa sería la última comunicación telefónica que ambos tendrían. Desde el miércoles, el entorno familiar de Edwin no volvió a recibir más llamadas ni mensajes de su parte, mucho menos respuestas cuando intentaban contactarlo.
Durante los últimos días los investigadores locales han podido recuperar algunos de los restos de Edwin. Las primeras evidencias fueron halladas por recolectores de basura de la isla: una pelvis e intestinos estaban escondidos en bolsas de basura en un vertedero. Eso, sumado a otros indicios, hizo que la policía enfocara sus esfuerzos en Sancho como sospechoso por lo ocurrido.
El fin de semana el español confesó haber sido el autor del crimen, tras lo cual pasó a manos de la justicia. Estará bajo prisión provisional en la cárcel de Koh Samui hasta que llegue el juicio.
“Soy culpable, pero yo era el rehén de Edwin. Me tenía como rehén. Era una jaula de cristal, pero era una jaula. Me hizo destruir la relación con mi novia, me ha obligado a hacer cosas que nunca hubiera hecho”, expresó a EFE.
Los delitos que se le acusan son homicidio premeditado, ocultamiento y sustracción de partes del cuerpo con el fin de esconder la muerte o la causa de muerte de una persona. La policía tendrá 9 semanas para investigar lo ocurrido con el cirujano colombiano.