El miércoles, la Corte Suprema de Nepal emitió la orden de liberar al ciudadano francés Charles Sobhraj, más conocido como “La Serpiente”, cuya historia fue retratada en una serie de Netflix tras ser responsable de varios homicidios de turistas en la década de los ‘70 en Asia.
Sobhraj permanecía en una cárcel de Katmandú desde 2003. Ahora, Sapana Pradhan Malla y Til Prasad Shrestha, jueces del máximo tribunal de Nepal, argumentaron que debía ser liberado anticipadamente por razones de salud y edad.
“Mantenerlo en prisión continuamente no está en consonancia con los derechos humanos del preso”, dijo la Corte Suprema.
Además, la institución pidió al gobierno que Sobhraj fuera deportado a su país en un máximo de 15 días.
El historial de “La Serpiente”
Sobhraj nació en 1944 en la ciudad de Saigón, Vietnam, que por ese entonces era administrada por Francia. A temprana edad los problemas comenzaron a rodear su vida, adentrándose inicialmente en pequeños robos y otros delitos menores.
Pero eso luego eso le quedó corto. A medida que comenzó a crecer se dio cuenta que tenía la capacidad para encantar y seducir a otros, y se aprovechó de eso para adentrarse en situaciones mucho más problemáticas.
Ya en 1963 ingresó por primera vez a prisión: ni siquiera cumplía los 20 años.
En la década de los ‘70 se dedicó a viajar por varios países del sudeste asiático, en compañía de su entonces esposa, Chantal Compagno, una joven de familia conservadora. En ese vaivén de viajar terminó en la capital de Tailandia, Bangkok.
De ese periodo de su vida no hay mucha claridad sobre a qué se dedicó. Sin embargo, es probable que haya continuado realizando delitos pero con mucha cautela, para pasar desapercibido frente a las autoridades.
No pasaría mucho para Sobhraj escapara hacia Irán, dejando a su esposa Chantal y su hija Usha abandonadas en el sudeste asiático. Apenas se dieron cuenta de que a él no le importaba volver por ellas, volvieron a Francia.
En 1975, el ciudadano francés comenzó a usar uno de sus apodos: Alain Gautier. Para ese momento, su ocupación era la compraventa de piedras preciosas en el “Sendero Hippie”, ubicado al sur de Asia.
El motivo de que se quedara ahí era muy simple: se percató de que los turistas occidentales -jóvenes en su mayoría- iban a refugiarse a ese lugar, ya que estaban en búsqueda de vidas más sencillas que las que tenían.
A la vista de Charles, ellos eran presas fáciles de atacar.
Para llevar a cabo sus objetivos delictuales, el francés se hacía amigo de los turistas que transitaban por la zona del “Sendero Hippie”. Los invitaba a salir o a su propia casa, y les contaba asombrosas historias para atraerlos.
Una vez que sus víctimas caían en sus encantos, generalmente les daba peligrosos cócteles o drogas y les quitaba sus pasaportes, los que después utilizaba para viajar. Si alguna de ellas se daba cuenta de los actos de Charles y quería denunciarlo, eran asesinadas por él. Simplemente no tenía culpa por nada.
“Muchas personas se enfermaban en su casa (..) No era solo un estafador, un seductor, un ladrón de turistas, sino un asesino malvado”, dijo una ex amiga de Sobhraj en Bangkok, Nadine Gires, en conversación con AFP.
En esto, también jugaron ciertos factores que hicieron que los crímenes de Charles pasaran desapercibidos o que quedaran en la impunidad.
Uno de ellos es que el estilo de vida de los viajeros que andaban por el “Sendero Hippie” era mal visto por la sociedad de aquella época, por lo que si desaparecían por algunas semanas o meses, no era visto como algo extraño. En el caso de que se supiera que algún viajero había muerto, se presumía que era producto de las drogas o por la forma en que vivían.
A eso se suma las barreras comunicacionales de esos años, donde no existía la instantaneidad de internet que conocemos hoy en día.
Por último, si la policía local tenía certeza de que había ocurrido algún homicidio preferían no indagar más allá en lo que había sucedido, ya que no existía la suficiente preparación y dotación de profesionales para poder investigar esos delitos.
Por la forma en que dejaba a sus víctimas, Charles comenzó a ser llamado “El asesino del bikini”, así como también “La Serpiente” por su sigilosidad y su capacidad de adquirir otras identidades con facilidad.
No hay certeza de cuántas personas llegó realmente a asesinar. Sus biógrafos señalan que pueden ser por lo menos 12 homicidios entre 1972 y 1976, aunque la cifra podría ser mayor.
Recién en 1976 consiguió ser detenido y condenado a 12 años de cárcel producto de sus crímenes. Ese periodo incluyó una huida en 1986, pero consiguió ser capturado nuevamente.
A fines de los ‘90 salió en libertad y se refugió en París, donde ganó una gran cantidad de dinero tras vender los derechos cinematográficos de su vida. Asimismo, comenzó a cobrar en caso de que alguien quisiera fotografiarlo o entrevistarlo.
Pero las cosas volverían a cambiar para el homicida. En 2003 volvió por cuenta propia a Nepal, las razones que motivaron su regreso son más bien inciertas. Tras ser visto por un periodista en un casino de Katmandú, se publicó en la prensa que él había retornado.
Dado que estaba pendiente su orden de arresto por el doble homicidio de Henk Bintanja y Cornelia Hemker, sucedidos en 1975, la policía consiguió detenerlo. Tiempo después de ser capturado, la justicia determinó su culpabilidad en los homicidios y lo sentenció a cadena perpetua, condena que se encontraba cumpliendo hasta ahora.
Esta última etapa de cárcel en la vida de Sobhraj también incluyó un matrimonio, ya que en 2008 se casó con Nihita Biswas, hija de su abogado y quien es 44 años menor que él. Debido a la fama que tuvo el compromiso, Biswas consiguió protagonizar la versión india del popular reality show Big Brother.
En 2021, la BBC y Netflix llevaron la historia de Charles a la pantalla con la serie dramática La Serpiente.
En una temporada de ocho capítulos, la producción relata todas las veces en que el ciudadano francés evitó ir a la cárcel por sus múltiples homicidios de viajeros en Asia, además del camino que tuvo seguir el diplomático holandés Herman Knippenberg para conseguir la captura de Charles.